Se dice por ahí que hay dos cosas que es preferible no saber cómo se hacen: las salchichas y los negocios. Como sabéis, en nuestro sector, hubo y hay todo tipo de “corruptela” sin importar el color del chándal que se vista…contratación de no habilitados, pago de horas extras bajo cuerda, cursos que se facturaban sin haberse impartido, y un largo etc. con el único fin de llenar la saca empresarial. Y el modelo funcionó mientras bastaba con remontar la ola. Pero, cuando ha bajado la marea, muchos empresarios han enseñado sus vergüenzas. Y de qué manera.
Ese es el punto en el que nos encontramos en este momento. Somos, a la vez, victimas y espectadores del tinglado que han montado. En parte, la crisis económica pero, especialmente, de lo que los entendidos en economía llaman “dumping” (del inglés “dumping” que significa “arrojar basura”). También, se conoce a este fenómeno como “competencia desleal”.¿Os suena la palabreja?
En definitiva, y para decirlo en román paladino ya que lo entendemos todos los vigilantes, el “dumping” no es más que una estrategia empresarial que permite que una empresa haga quebrar a sus competidores y se quede con el mercado, fijando precios artificialmente bajos en sus productos o servicios sin importar el daño producido o la supervivencia de la industria o el sector afectado a mediano o largo plazo.
Ahora bien, las consecuencias del “dumping” en nuestro sector, no tan sólo son importantes sino dramáticas para los vigilantes… Y tiene muchas caras. Veamos tres de ellas:
1.- Descuelgue del Convenio Estatal: aquí la empresa recorta salario, pluses y derechos (ej. Seguridad Integral Canaria)
2.- Impago de nóminas y pagas extras (Ej. ESABE) por decirlo de forma educada, es una especie de semi descuelgue del Convenio Estatal.
3.- Ofertando a los clientes la seguridad B, la de los AUXILIARES. Esta es la más sutil de las caras del “dumping” sectorial!!!
En realidad, mucho antes de lo que recordamos, y precisamente a través de la contratación de auxiliares de seguridad, YA SE PRACTICABA EL “DUMPING” EN SEGURIDAD PRIVADA. Y aunque el presidente de Aproser, Carlos Blanco, nos intente convencer de que el objetivo de las empresas que forman parte de la Asociación es “desterrar de nuestra profesión a aquellos falsos empresarios que practican el intrusismo y la competencia desleal que tanto perjudican nuestra imagen, al tiempo que defraudan a la Administración, ponen en riesgo a los clientes y causan inseguridad a sus empleados y familias”(Boletín nº 26 APROSER) muchos continuamos pensando que, en el fondo de sus corazoncitos empresariales, se trata de vestir de seda la mona puesto que cuesta creer que se desconozca que la actividad de las empresas de auxiliares, ligadas a las grandes empresas de seguridad privada, no pocas veces, cruce la línea de lo permitido legalmente.
No se trata de maquillar las incompatibilidades de las funciones de los auxiliares, y mucho menos de salvar uno de los clásicos del sector “los vigilantes se chupan el dedo”, si no plantear verdades como puños. Y aquí le va una al presidente de Aproser que, para más inri, es director nacional de EULEN Seguridad, que lleva la seguridad en Barajas: Sr. Blanco, ¿a qué se dedican los auxiliares de EULEN Servicios Auxiliares en los Controles A, B, C, etc. en el Aeropuerto Barajas? ¿Quizás están haciendo un control de acceso puro y duro?¿Qué entiende EULEN por intrusismo? Y una última pregunta: ¿Cuántos puestos de trabajo en el Aeropuerto de Barajas les ha costado a los vigilantes la ocupación de auxiliares? A esto, Sr. Blanco, se le llama dumping laboral…y lo demás es tontería.
Algunos dirán que la empresa que esté libre de pecado tire la primera piedra. Porque el asunto suma y sigue: desde auxiliares que, a falta de vigilantes mujeres, cachean en los Alcampo , o vigilantes que son relevados por auxiliares en las Fallas de Valencia o vigilantes que son sustituidos por auxiliares en el Ayuntamiento de Orotova…Con todo, esta es la punta del iceberg, desgraciadamente. Porque si determinadas paredes hablaran…Madre del amor hermoso, como diría un costalero en Semana Santa.
Evidentemente, el asunto de las horas extras, la revisión salarial, etc., han consumido muchas horas y esfuerzo sindical y, quizás por este motivo, aún no se ha trabajado suficientemente el “otro” peligro para la supervivencia del sector: el “dumping” en todas sus facetas. Es hora de que los sindicatos junto con los trabajadores, sin diferencia de colores o siglas, empecemos a tirar de la manta. Romper con la corruptela sectorial.
Es difícil pero, no imposible. Depende, en gran medida, de la presión interna y externa, depende de la denuncia y de la disposición a dar la pelea. Entonces, manos a la obra y a echarle un par de huevos para salvar al sector.