Casto García
- Jefe de la Unidad de Seguridad Privada de la Comisaría de Vigo
"El intrusismo es la gran lacra de la seguridad privada; lo detectamos
sobre todo en obras de construcción"
"Es
destacable el aumento de locales de compraventa de oro en Vigo; actualmente ya
hay 58 y seguimos inspeccionando nuevas aperturas"
Casto García Velado. // M.G.Brea
M. FONTÁN Casto García
Velado está desde hace cuatro años al frente de la Unidad Territorial de
Seguridad Privada de la comisaría de la Policía Nacional de Vigo, grupo cuya
demarcación territorial comprende la ciudad olívica y otros 24 municipios del
sur de la provincia pontevedresa. Este inspector es uno de los expertos que
imparte un curso sobre seguridad privada organizado por el Sindicato Unificado
de Policía (SUP) y que comenzó ayer en Chapela (Redondela) con la asistencia de
60 agentes.
– El de Seguridad Privada es uno de los grupos menos conocidos de los que
funcionan en la Policía Nacional, ¿su cometido?
– Es cierto que somos los grandes
desconocidos. Una de nuestras funciones es la tramitación de todo tipo de
documentación relacionada con la seguridad privada y que se presenta en esta
unidad, tanto para habilitarse como personal de seguridad como para obtener
autorización del Ministerio del Interior como empresa de seguridad. En la parte
operativa, además de la inspección de empresas y servicios de seguridad,
tenemos encomendada también la inspección de aquellos establecimientos que
están obligados a tener medidas de seguridad y que solicitan su apertura.
También hacemos controles de forma posterior para ver si se mantienen estas
medidas.
– ¿Qué establecimientos deben tener seguridad?
– Son bancos, joyerías, estaciones
de servicio, farmacias, administraciones de lotería... También los
establecimientos de compraventa de oro y, como anécdota, es destacable el
aumento brutal en el número de estos negocios debido a la crisis. Si hace tres
años se contaban con los dedos de una mano, actualmente en Vigo hay 58
establecimientos y en toda la demarcación territorial, 75 [31 de ellos abiertos
en 2011]. En algunos casos es gente del sur de España, de lugares como Málaga o
Cádiz..., los que vienen a abrir estos negocios. Y el ritmo continúa siendo
alto, ya que como media cada 10 o 15 días seguimos inspeccionando la apertura
de nuevos locales. Además, ninguna ha cerrado. Frente al incremento de estos
locales, notamos que han cerrado por ejemplo algunas entidades bancarias, sobre
todo a raíz de las fusiones. Igual que cuando abren, deben comunicarnos cuando
cierran.
– ¿A qué medidas están obligados estos establecimientos de compraventa de
oro?
– Son los mismos requisitos que se
le exigen a las joyerías. Básicamente un sistema electrónico de alarma de grado
´3´ conectado con una central receptora, una caja fuerte y grados de seguridad
concretos en los cristales exteriores [cristales antibalas].
– ¿Cuántas denuncias elevó su unidad en 2011 a la Subdelegación del
Gobierno para la imposición de sanciones?
– Hubo 31 contra empresas de
seguridad y otras 15 contra establecimientos obligados a tener medidas y que
incurrieron en alguna infracción a la normativa. Lo más grave que detectamos es
el intrusismo que existe en la seguridad privada, es la gran lacra del sector:
personal y empresas que realizan estas funciones y no están habilitados. Para
combatir el intrusismo solemos hacer inspecciones en horario nocturno en
polígonos industriales, empresas, obras... La mayoría de los casos donde
detectamos a personal ejerciendo de vigilante de seguridad pese a no contar con
la autorización ni él ni su empresa son en obras de construcción.
– El pasado 2011 se aprobaron seis nuevas órdenes ministeriales, una sobre
sistemas de alarma, y en el horizonte está la posible aprobación de una nueva
ley de seguridad privada. Al margen de estas importantes novedades, ¿hacia
dónde camina el sector?
– El futuro del sector está en su
internacionalización.