Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid… te envío a Canarias
Carlos Blanco es un personaje curioso. Como sabéis, preside el Olimpo de la
Seguridad Privada - APROSER - y, desde hace algún tiempo, se despacha a gusto
contra las empresas pedorras en discursos “intelectualmente apasionantes”,
sobre lo que tienen o no tienen que hacer los reguladores, los directivos
y las empresas de seguridad privada “legales” para ayudar a salvar el sector
y mantener los puestos de trabajo de los vigilantes.
Sin embargo, a pesar de tantas reivindicaciones,
últimamente, Carlos Blanco parece empeñado en ponerse la soga al cuello con
cada movimiento que realiza. Y no estamos trayendo a colación el “caso Falcón”,
que ya ha derramado mucho tinta… “Vaya ojo brother”, pensamos en su
día…Pero, no. No se trata de eso.
¿De qué se trata, entonces? Ahí va… Carlos Blanco, como presidente
de EULEN SEGURIDAD, hace unos meses saltó al ruedo en el coso de Valladolid a
fin de liquidar el despido objetivo de ocho vigilantes.
Mal comienzo, desde luego. Sobre todo, porque mientras se
intentaba despedir a estos compañeros, se contrataba a nuevos trabajadores con
condiciones mucho más precarias y se realizaban la tira de horas
extraordinarias. Puesto en suerte el morlaco, que pesaba unos cuantos miles de
euros, el fracaso más estrepitoso, aviso del juzgado de lo social y toro
al corral tras un mítico “No ha colao”
En resumidas cuentas, ocho compañeros defendidos por los
Servicios Jurídicos de CCOO, ocho sentencias ganadas a EULEN Seguridad, ocho
despidos Nulos.
Cuando parecía que las aguas volvían a
su cauce, el peor Carlos Blanco, ese que emplea tácticas cobardes y
pedorriles de no mancharse los pies en los campos de batallas legales por si le
vuelven a dar en los carrillos, hace su aparición sorpresivamente.
Porque ¿sabéis lo qué pasó con los
compañeros reincorporados a la plantilla? Pues, les dijeron “chatos, esto es lo
que hay…un servicio con buenas vistas, junto al mar… en Alicante, Canarias,
Cádiz, Melilla”…Y no les ha mandado a otros sitios más “turísticos” como
Afganistán, Irak, etc., porque, seguramente, aún no termina de “tunear” los
blindados para tal efecto….
Es decir, al perder las sentencias por
despidos objetivos, Carlos
Blanco ha optado por llevar a cabo un Expediente de Traslado, tratando de
enviar a los compañeros a servicios, cuyo único requisito, sea encontrarse lo
más lejos posible de Valladolid y por supuesto, de su domicilio habitual ¿Con
qué fin? A fin de que sean los propios vigilantes los que se despidan de la
empresa.
Vieja táctica. O sea que, “Carlos, te han
pillao con el carrito de los helaos” como dicen en Valladolid.
No obstante, desde la representación de los
trabajadores de CCOO no se ha tirado la toalla, ni mucho menos, y se sigue
instando a la empresa para que los excesos de jornada de algunos trabajadores
sean amortizados en los meses siguientes a pesar de que, a día de hoy, EULEN
insiste en el pago de horas extraordinarias.
¿Qué se puede concluir después de este
despropósito? Que
Carlos Blanco ha vuelto a traicionar sus reivindicaciones, lo que nos da un
indicio de lo que será su aporte en el ámbito del gallinero sectorial. Si es
que tratándose de la”pasta” no hay ninguna novedad referida a cuál será
el objeto de sus actuaciones. Está claro, soplar y sorber al mismo tiempo,
es físicamente imposible.
Ciertamente, en nuestro sector siempre se ha
pensado egoístamente. Por lo tanto, en una patronal como la nuestra, que
prefiere morir matando antes que adoptar una postura única que acepte
“sacrificios colectivos” a cambio de defender la viabilidad de la industria de
la seguridad privada, encuentra escaso acomodo la idea de que ya es hora
de que todos “arrimemos el hombro”. Pero, ojo, el día menos pensado...pum, se
acabó. Este es un aviso a navegantes…