"Trabajar en el metro no está pagado
porque cada día es una lotería", lamenta un vigilante
Fuente: lavanguardia.es Barcelona | 22/07/2012 - 12:55h
Barcelona.
(EP).- Los vigilantes de seguridad del Metro de Barcelona sufren una media de
20 agresiones al año, la mayoría consistentes en fracturas, contusiones,
navajazos, arañazos e incluso mordiscos, según revelan datos de entre 2009 y
2011 a los que ha tenido acceso Europa Press. Según fuentes sindicales de
Securitas, en 2011 se registraron 21 bajas laborales por agresión, tres menos
que en el año anterior, cuando incrementaron en cinco los casos, pasando de 19
a 24 -a razón de dos al mes-, cifras que contrastan con las proporcionadas por
fuentes de Prosegur que incrementan a seis el número de ataques mensuales.
Las
mismas fuentes han explicado a Europa Press que se sienten "totalmente
desprotegidos" porque funcionan con patrullas de sólo dos personas por
turno en cada una de las ocho líneas, lo que consideran insuficiente para
enfrentar situaciones de conflicto que se generan a diario en el transporte
subterráneo. Además, desde hace unos tres años, con la llegada de la crisis
económica, se ha introducido la figura del "agente único" que hace
funciones tanto de vigilancia en los vagones como en los tornos para validar el
tique, donde se producen la mayoría de los incidentes.
Fuentes
de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han indicado a Europa Press que
disponen de un protocolo de seguridad que, no obstante, tiene "una
operativa reservada", y tampoco han podido concretar el número de
vigilantes que trabajan en el metro porque, según dicen, están contratados por
horas. Para protegerse están dotados de los llamados Equipos de Protección
Individual (EPI) formados por una gorra americana revestida de chapa, chalecos
antipinchazos y guantes anticortes para evitar hacerse daño con navajas y
jeringuillas, además de porra, esposas y chaleco de ropa reflectante, aunque
desde hace una década no llevan pistola.
El pan de cada día. Un vigilante del metro interviene para evitar la actuación de un grupo de carteristas en la estación de Drassanes Kim Manresa
De 'trileros' a latin kings
De 'trileros' a latin kings
Y es
que la afluencia de gente diversa que se aglomera en el metro les lleva a
enfrentarse a todo tipo de sujetos: desde carteristas, 'trileros' y vendedores
ambulantes a bandas latinas, los más peligrosos porque suelen ir armados con
navajas y cuchillos: "Cuando te enfrentas con la mayoría de latinos o
carteristas ya sabes que la cosa va a acabar mal". "Para mí, trabajar
en el metro no está pagado porque cada día es una lotería", ha lamentado
un vigilante en declaraciones a Europa Press, quien ha reclamado más efectivos
para trabajar con más seguridad y efectividad y ha criticado la lentitud en la
respuesta de la policía.
Hace un
año que los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana iniciaron un operativo
conjunto en el metro barcelonés que ha permitido ahuyentar a 150 carteristas
-casi la mitad que en 2011- y reducir de 28.000 a 22.7000 los hechos delictivos
en un año. No obstante, los vigilantes critican que no colaboran de forma
directa y organizada con los cuerpos policiales y que tampoco pueden
comunicarse directamente con ellos cuando hay sucesos, puesto que deben pasar
siempre por el Centro de Control.
Por
todo ello puntualizan que el operativo de los vigilantes de metro sirve
"más bien para dar imagen que para evitar atracos" y que a menudo,
los agentes únicos reciben órdenes de alejarse si les sobreviene un conflicto.
Las mismas fuentes han explicado que las zonas más conflictivas, donde se
producen la mayor parte de estas agresiones, son las más concurridas como la L3
en Les Rambles -Liceu, Plaça Catalunya, Drassanes- y la L1 -Espanya, Glòries y
Sant Andreu Arenal- por la proximidad de centros comerciales.