Como os podéis imaginar, muchos ojos interesados
siguieron la manifestación del pasado Martes 10 de julio, frente al Museo del
Prado, en contra del recientemente firmado Convenio de Empresa de
Seguriber. Y, cuando nos referimos a los muchos ojos, incluimos desde luego, a
los de la presidenta de Seguriber. No en vano, tiene en nómina “lameculos” que
saben “coordinar” algún trabajito en los que, nos consta, han ido
ganando mucha experiencia, como mentir sobre las condiciones laborales de los
vigilantes en la Inspección de Trabajo, quitar del medio a los delegados de
comisiones o espiar en una manifestación…Todo eso menos, cerrar puertas
exitosamente!
Así las cosas, no podía ser de otra
forma, este convenio nos ha dejado
literalmente “a cuadros”. Se admita o no se admita abiertamente, supone para
nuestro sector, una suerte de “pistoletazo de salida” para los convenios de
empresa, tras el fiasco de los descuelgues salariales.
Pero, sobre todo, representa el nuevo escaparate
empresarial de seguridad privada… Muy cercano al perfil de las empresas
asociadas a AESPRI ¡Dios nos pille confesados!
Mónica de Oriol, fervorosa
cristiana, presidenta de
Seguriber y presidenta del Círculo de Empresarios, sabía perfectamente que, el
factor R de reforma laboral, el factor T de tiempo y la Virgen del Carmen, por
supuesto, jugaban a favor de sus intereses y, por lo tanto, ¿qué sentido
tenía retrasar lo inevitable y dar un respiro veraniego a su plantilla de
vigilantes, en primer lugar, y al sector en su conjunto para terminar? Y, si de
paso, le da un puntazo fuerte a APROSER ¿qué más se puede pedir?
Desde luego, a partir de la firma de
este Convenio han proliferado interpretaciones para
todos los gustos. Van desde el ámbito 1) estrictamente económico, pasando por
el 2) puramente sindical hasta aterrizar en el 3) lado conspiranoico del
asunto. Entremos en detalles…
1.-Desde el punto de vista económico
y, aunque muchos voceras de estómago
agradecido sigan insistiendo en lo contrario, la realidad nos confirma que Dña.
Mónica de Oriol sacó las tijeras sin remordimientos… De hecho, el vigilante de
Seguriber (y los que vengan a continuación), a partir de este momento,
notará que su bolsillo es más liviano en unos 1600 euros/anuales. Unas dos o
tres mensualidades de pago de hipoteca para que nos hagamos a la idea.
Evidentemente, y sólo ya por este motivo, cobra
una nueva dimensión la subrogación de puestos de trabajo. Un ejemplo, para que
quede mejor ilustrado: A partir del 15 de Julio, la plantilla de vigilantes del
Palacio de Congreso (una veintena), subroga a Seguriber. Estos vigilantes, que
hasta hoy pertenecían a una empresa que paga según el convenio estatal como es
Securitas, por obra y gracia de los avatares del destino y una subrogación,
dejan de percibir la friolera de 1600 euros/anuales. Pero, hay más. En la
próxima revisión anual, tanto del convenio de Seguriber, como de la licitación
del contrato - donde lo único que prima, como sabéis, es el precio del
servicio-, esta situación podría ir a peor…pensemos, ¿qué pasaría si la empresa
entrante venga, del mismo modo, con un convenio de empresa bajo el brazo que
aún contenga condiciones más leoninas?…Peligrosa espiral!
¿Qué queremos decir con todo esto?
Que el problema NO es exclusivamente de la plantilla de Seguriber. El problema
es de todos. Absolutamente, NADIE ya está a salvo de los empresarios
depredadores. ¿No es suficiente razón para implicarnos a fondo?
2.- Desde el punto de vista sindical, la firma de este convenio, es un
escándalo en toda regla que tendrá consecuencias prácticas. O, si no, al
tiempo. Habrá menos pan y menos circo, aunque el número de payasos no disminuya
e intenten, ocasionalmente, dar “alternativamente” el cante.
Aparte de eso, ¿qué queréis que os
diga? De
los “representantes de los trabajadores” firmantes de este despropósito
sabemos una cosa: son los primeros de la clase en desvergüenza sindical.
Y, aunque quieran vender la moto de que con la que está cayendo menos da una
piedra, NO CUELA!...sepan señores, que hasta para eso, depende. Si ese guijarro
hubiese tenido la fortuna de ir a parar en el mismísimo Museo del Prado,
ya estaríamos hablando de un valor cercano al de la piedra filosofal. La
profesionalidad también se paga!
Y otra cosa. Coincidiendo con la
llegada a Madrid de los mineros asturianos, ejemplo de
dignidad y lucha, es necesario preguntarse: ¿podemos los sindicatos de clase
permanecer más tiempo “pasivos” ante las agresiones que están haciendo al
sector (y a los propios sindicatos) estos descerebrados que, de tanto
llenar el mondongo de chuletones y el body de prebendas y favorcillos, son
capaces de vender hasta a su abuela?¿No ha llegado el momento de dar el puñetazo
en la mesa y mandar urgentemente a la puta calle a todos estos “sindicaleros”
de todo a cien que sólo se dedican a dar patadas en los testículos del sector?
Inevitablemente, lo que ha sucedido
en el “caso de Seguriber” nos conduce a los sindicatos de clase,
a la conclusión de que postergar ciertas decisiones, ir por detrás de los
acontecimientos o asumir de que la mejor manera de reconducir los
problemas es no menearlos demasiados es, claramente, suicida cuando de descolgarse del convenio
estatal se trata. No caben excusas cuando sabemos lo que sabemos: que
unos cuantos “fichajes” han salido rana y que de charca en charca, nos salpican
de mierda a unos cuantos.
Se dice que una mentira no se convierte en verdad aunque la repitas cien veces
pero, la experiencia dicta que siempre algo queda. Por lo tanto,
aclararemos dos cosas : 1) CCOO reconoce sólo la legalidad del Convenio
Estatal de Seguridad Privada y 2) Para expresarlo gráficamente, digamos
que, como en las mejores películas dramáticas, también en esta ocasión,
los interesados (incluida CCOO) han sido los últimos en enterarse de que
le habían puesto los leños en la cabeza . De hecho, hasta el lunes mismo, a un
alto porcentaje de vigilantes de Seguriber, no se les había informado por parte
de la representación sindical, qué es lo que se había firmado. Es decir, desde
el principio se ha actuado en forma solapada.
3.- En
cuanto al lado conspiranoico del tema, está demás decir que, el tiempo ha
demostrado la invalidez de la teoría de la reforma laboral como generadora de
empleo. Y, que en cuanto a la seguridad privada se refiere, más bien, ha sido
la piedra que ha roto el escaparate haciendo añicos todo el sistema que hasta
ahora conocíamos. De ahora en adelante, esto será una selva con todo el
zoológico disparado por ahí… Cierto es que, el momento ha llegado antes de lo
previsto, sacando los colores a los que por activa y por pasiva negaron lo que
era evidente que sucedería: los grandes empresarios de seguridad privada
APROSER.
Una selva, donde tal vez, debuten los primeros “sindicatos de
empresas”. Y, si no, tiempo al tiempo. Es verdad que, se llega a este punto,
también a resultas de la obstinada machaconería en el “ajuste” del modelo
económico de Rajoy que ha propiciado la “competencia desleal” entre empresas.
Pero, a estas alturas, estando como estamos de “intervenidos” cabe lamentarse
ya poco de los motivos que han conducido a esta situación.
Eso sí, cuando nos tocan el
bolsillo de esta manera, lo
menos que hay que exigir a los que toman sin escrúpulos esta
decisión(tanto se trate de empresarios como del gobierno) es que prediquen con
el ejemplo y conviertan, de una vez por todas, lo superfluo en prescindible, lo
redundante en liquidable, lo innecesario en residual. Lo dicho, este va a ser
un verano bien calentito. Y no solo por las razones que cabe imaginar.
Desafortunadamente.