El canto de la lechuza
Ya sabéis que Eulen
significa lechuza en alemán. De hecho, su logotipo es
una lechuza, ave que pertenece a las rapaces nocturnas que acostumbra a cazar
en la más absoluta oscuridad y suele alimentarse de presas vivas. Pero, ahí no para
la cosa. La sabia naturaleza le ha dado un sentido del oído muy fino, unos ojos
desarrollados para ver sin apenas luz, unas plumas que le permiten volar casi
sin hacer ruido y un cuello flexible que le permite girar la cabeza en 270º,
como la niña del exorcista. Vamos, que lo ve todo sin necesidad de retrovisor.
Con tales facultades, hasta yo aparcaría el coche…
También Eulen, o más bien su gestor insigne, Carlos Blanco, ha desarrollado
algunas de estas características tan espectaculares de la lechuza para
adaptarse al medio y asegurar la supervivencia de la empresa. Sobre todo, el
oído fino y el volar casi sin hacer ruido. Lamentablemente, el giro de la
cabeza, eso sí que no. Qué pena. Por eso no vio lo que se le avecinaba con la
Reforma Laboral, con los planes de Rajoy, con Falcon, y con las empresas pedorras…
Así las cosas, aunque uno de los principales cometidos de cualquier gestor,-
que se precie de tal, claro-, es hacer las cosas cuando se debe, ni antes ni
después, parece ser que, en este caso, se ha impuesto la cultura del efecto
retardado donde buscamos poner el parche cuando ya la herida amenaza con gangrenarse
por pura falta de previsión.
Y, sí, me estoy refiriendo al contenido de la Reunión de CCOO con la Dirección de Eulen del
pasado 3 de septiembre. O, lo que es lo mismo, me estoy refiriendo al canto de la lechuza de Eulen. Ya
sabéis que, de acuerdo a las leyendas mexicanas, el canto de la lechuza dice
“cavar, cavar” es decir, te avisa que vayas cavando la fosa porque un indio morirá pronto o, al menos, algo terrible está por suceder.
Y no es por ser agorero
pero, desde luego, vale la pena detenerse un pelín en la letra de la
canción de la lechuza de Eulen. Entre otras cosas, porque dar carta de validez
a la “rumorología” suele ser receta para el descrédito de quien lo hace, sobre
todo, si ese “rumor” se refiere a un descuelgue o “modificación” sobre el
Convenio Estatal.
Evidentemente, serían tan relevantes
las consecuencias que se derivarían a partir de que ese hecho ocurriera – no
olvidemos que Eulen lidera las empresas de Aproser, con Carlos Blanco como presidente- que las implicaciones sobre
el convenio estatal y sobre los salarios y condiciones de los vigilantes serían
catastróficas. El efecto “dominó” de las empresas “descolgadas” estaría
garantizado…
Por lo tanto, aquí la lectura de la letra pequeña hay que hacerla en términos
de estabilidad para el sector ya que,
aparte de los desastres “naturales” (decretazos) que vienen sin que los llamen,
parece que la incapacidad de controlar las calamidades futuras del sector
(empresas pedorras, cotización de los pluses de vestuario y transporte, etc.),
es la mayor fuente de desgracia para los que vivimos de la seguridad privada.
Así que, releyendo el contenido de la reunión, uno siente un raro
escalofrío en el cuerpo. Una sensación de brujuleo… un
brujuleo que se hace más intenso por momentos por parte de la dirección de
Eulen y que multiplicaría los supuestos de lo que, aparentemente, se pretende
sea el futuro sectorial.
Lo que viene a aumentar, sin duda, la confusión entre los vigilantes: ¿Qué significa
que se intentará mantener el convenio estatal? ¿Significa, tal vez que, según
vengan rodadas, se mantendrá o no se mantendrá el actual convenio? ¿Cuánto de receptivos tiene que ser CCOO
frente a las nuevas propuestas de la patronal? ¿Sobre qué concepto van las
propuestas? Y, lo que es más importante ¿Sobre qué es lo que tiene que reflexionar CCOO para
estar preparados para asistir a las próximas reuniones entre la patronal y los
sindicatos?
En cualquier caso, la reunión de Eulen con CCOO pone de manifiesto que la precipitación en la patronal
se ha instalado y que tiende a dejar más
puertas abiertas de las que pretende cerrar.
En definitiva,… ¡menudo veranito nos han dado entre Seguriber, Securitas y
ahora Eulen… por no hablar de Esabe! Y no te cuento el otoño “calentito” que se
avecina. Para unos más que otros puesto que, seamos sinceros,.. Carlos Blanco
navegando entre la lealtad a los “caprichos” de su empresa y la fidelidad al
Convenio Estatal y a la asociación que preside, APROSER, ¿no influirá en unos cuantos grados en la temperatura
sectorial?.