Y parece que ahora lloverán los palos…así que comprenderéis, nuestra sorpresa
primero y nuestra incredulidad después, ante una resolución de este tipo, visto
lo que ha pasado en VINSA y resto de empresas de seguridad. ¿A qué nos
estamos refiriendo? Pues, a la resolución de la Inspección de Trabajo, en la
cual, se levanta Acta de Infracción y se inicia el Procedimiento Sancionador
contra la empresa Seguma Seguridad y Vigilancia S. A. por bipedestación
prolongada de un trabajador. Con dos coj...es…
Pero, vayamos por partes. Ya sabéis -porque forma parte de la historia de
esta Sección Sindical-, que tras denunciar en la
Inspección de Trabajo, reiteradamente, lo mismo, es decir, que los vigilantes, por ejemplo, del museo
del Prado, de Atocha Renfe, del Hospital Gregorio Marañón, de Telefónica Gran
Vía, del Aeropuerto de Barajas, y un largo etc., debían permanecer largas horas
de pie (esto es lo que se denomina bipedestación prolongada), principalmente,
porque tanto a la empresa o al cliente les salía de los hu..os, lo único que se
conseguía, después de una dura pelea era, por parte de la Inspección, una
colleja a la empresa de aquellas que se le dan a los niños cuando no hacen los
deberes.
Amén de un requerimiento, casi en plan "receta médica", para que la
empresa reorganizara la operativa del servicio y así se permitiera al vigilante
que 1) se sentará cada dos horas o 2) cambiara de postura cada cierto tiempo.
Esto era así, como te lo
estamos contando, porque la política de la Inspección era la de la zanahoria.
Es decir, "Tú, Empresa, haces los deberes y yo te perdono y te doy el
postre": la zanahoria.
Entonces, podían
suceder tres cosas:
1) que la empresa, a regañadientes, efectuase los cambios necesarios y
todos felices, caso Telefónica Gran Vía,
2) que el “cliente”, no lo entendía y, a pesar de que esto era una normativa “obligatoria”
dentro de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, dicho sea de paso,
obligatoria para él y para Vinsa, procedía a rebotarse. Acto seguido, procedía
a contratar con una empresa de seguridad, cuyo comité de empresa y
delegados de prevención fueran mas “receptivos” con sus deseos desenfrenados de
Joder a los vigilantes. Este fue el caso, por ejemplo, del Hospital Gregorio
Marañón y de Atocha Renfe.
Tampoco es un hecho extraordinario. Sí, porque de todo hay en la viña del Señor. Hasta
puedes encontrar “representantes de los trabajadores” que son para echarles de
comer aparte. No nos engañemos. Ya lo estamos viendo con los “firmantes” de
convenios de empresa, de descuelgues, etc.
3) Y, llegamos al tercer caso: si el “cliente” o la empresa no encontraban el
camino para hacer convivir en perfecta comunión el cumplimiento de la
normativa, el respeto por la salud de los vigilantes y su cortedad de miras y,
-vuelta la burra al trigo-, se insistía “erre” que “erre” en que la
forma más eficaz para controlar un servicio es tener a un ser humano doce o
dieciséis horitas de pie, se sacaban de la manga el Plan C (C de cazurros, por
cierto). ¿En qué consistía el Plan C? Consistía en reemplazar a los
vigilantes por auxiliares, por ejemplo, caso Museo del Prado.
Por lo tanto, no nos deja de
sorprender el giro en 180º de la política de intervención en Riesgos
Laborales de la Inspección de Trabajo. ¿Será que, por fin, se han dado cuenta
que la política de la zanahoria sirve de poco, por no decir, de nada? ¿Es
posible que, en esta época de “las vacas flacas”, la administración vislumbre
“un filón de Oro” en la sanción económica contra las empresas?
Y, por último, dándoles
ahí, donde más le duele al empresario de seguridad privada, en el bolsillo
¿Podemos tener esperanza , si es verdad de que la letra con sangre entra, de
que esta vez es la definitiva y se hará prevención?
Desde luego, tenemos muchas dudas. Demasiadas. Sobre todo, porque aunque las conductas
preventivas se deben explicar e integrarse desde el primer día en que el
trabajador se incorpora a su puesto de trabajo para evitar que, los malos
hábitos posturales provoquen problemas importantes a nivel musculo-esquelético
(por ejemplo, problemas de columna) o circulatorio (por ejemplo, várices) ¿qué
es lo que siguen haciendo las empresas para “cumplir con el expediente” en
prevención?
De sobra lo sabéis. Te dan un manual, rellenas el test y… a correr. Se acabó la prevención.
Es decir, en las empresas de seguridad privada ¿prevención? Ni de coña. Ni por
asomo. Jamás. Ah! Eso sí. Rápido que cuelgan el cartelito de “esta empresa
cumple con la prevención de riesgos laborales” con todo el morro del que son
capaces de aguantar para que no les entren las arcadas cuando se miran en el
espejo.
Así es. ¡Aunque las
estadísticas lo desmientan! Pregunta: ¿Cuantas bajas anuales tienen las
empresas de seguridad por algún trastorno musculo esquelético? Muchas. Las
suficientes para saber que no se están haciendo las evaluaciones de riegos por
parte de los Servicios de Prevención.
Seamos realistas. Prevención no se hace porque no les interesa y esto se explica muy
fácilmente: es la suma de una putada detrás de otra. En concreto de las
siguientes:
1) Si
quiero “quitarme” a un trabajador, y que no me cueste un duro, ¿qué hago?
Putearlo hasta que reviente en un servicio “malo”…un servicio en que permanezca
doce horas de pie, por ejemplo
2) Si quiero
“favorecer” a un trabajador por motivos desconocidos, y que más vale no
conocer, le envío a un servicio en que pueda sentarse
3) Si
quiero, amenazar con las siete plagas de Egipto a un trabajador díscolo
menciono, así de paso, y como quien no quiere la cosa, la posibilidad de
traslado a un servicio de pie..
Todo está inventado. Por eso, esperemos que el “palo” les haga ver la luz de la
prevención tanto a las empresas como a los servicios de prevención. La
causa lo merece ya que la
bipedestación prolongada, con el tiempo, acaba por impedir el desempeño regular
de la persona. Y, en el caso de los vigilantes, podría conllevar un riesgo
añadido para el desempeño de la profesión, lo que conduce, inevitablemente, a
la Incapacidad para la profesión, en el mejor de los casos y, al despido
objetivo por acumulación de bajas, en el peor de los casos.
Desde luego, a pesar que
las empresas de seguridad nos intentan hacer comulgar con ruedas de molino
vendiendo la moto con dogmas tan simplones como que “se perderá el
cliente si las cosas se hacen de otro modo”, aquí la cosa está clara: o cumples
con la normativa, tu y el cliente, o te lloverán palos como a Seguma Seguridad
y Vigilancia … como dirían en mi pueblo: empresa prevenida, vale por dos.