jueves, 11 de octubre de 2012

El vigilante herido en el tornado de Gandía se recupera


´Tengo suerte de estar vivo´
El vigilante herido en el tornado que sacudió las fiestas de Gandia, se recupera tras salir de la UCI

Fuente: levante-emv.com – 11 Octubre 2012


TONI ÁLVAREZ CASANOVA ALZIRA
 A José Manuel Giner, vecino de Alzira de 36 años, aún le cuesta levantarse de la cama porque se marea. Todo eso es un mal menor si piensa en lo que le pasó la noche del 28 de septiembre en Gandia, cuando una turbonada desfiló justo por el lugar donde él trabaja, causándole heridas que, como reconoce, podrían haber sido mucho peores.
José Manuel es el vigilante de seguridad de las obras del futuro hospital de Gandia y alrededor de las ocho y media de la tarde de aquel día el fortísimo viento levantó y desplazó la caseta varios centenares de metros. Él fue el peor parado de los 35 heridos que aquel episodio meteorológico causó en el día inaugural de las fiestas y que dejó como imagen más impactante decenas de atracciones feriales tiradas por el suelo.
"Con los golpes que me di tengo suerte de estar vivo", señala tras salir de la UCI del hospital de Alzira. El golpe más fuerte se lo llevó en la cabeza y por eso no recuerda absolutamente nada de aquella noche. La última imagen que tiene de aquel suceso es la necesidad que tenía de agarrarse a algo firme.

José Manuel asegura que en el momento en el que empezó el fenómeno había salido a hacer ronda por el solar y al ver que la cosa se ponía peligrosa decidió acudir a la caseta a llamar por teléfono a la central para dar aviso de que allí corría peligro. "Por lo visto no me dio tiempo a llegar al teléfono. Abrí la puerta de la caseta y ya no recuerdo nada más, supongo que empezaría a golpearme por todos los sitios".

Agentes de la policía le hallaron deambulando sin rumbo por el inmenso solar del hospital, lleno de sangre, sin zapatos, manchado de barro y con una importante brecha en la cabeza. "No sabía ni cómo me llamaba, ni dónde trabajaba ni qué hacía allí", narra.

"Mis compañeros me contaron que en un bordillo situado cerca de la caseta había un charco de sangre y creen que podía haberme golpeado ahí", indica mientras repite: "Estoy vivo de milagro".

Sufrió un traumatismo craneoencefálico que le ha mantenido en la UCI seis días. Aún tiene el coágulo de sangre en la cabeza, aunque el daño ya es mucho menor. "Gracias al tratamiento, la sangre se va absorbiendo", indica con cierta satisfacción después del mal trago que ha tenido que pasar.