Desde el inicio de esta crisis ya se sabía… no todas las quiebras son financieras. No, no.
También hay quiebras de valores y morales. De hecho, las más peligrosas son las
morales. Y de eso, desgraciadamente, estamos aprendiendo bastante y a toda
pastilla en el sector. ¿Para qué nos vamos a engañar?...literalmente, vamos
chapoteando de mierda en mierda porque la "malicia empresarial" se
perfecciona día a día en un intento brutal de deshacerse, como sea, de
los “costes fijos”: los trabajadores.
Actualmente, lo más extendido entre los empresarios de seguridad privada es liársela “de aquella
manera” a los vigilantes que caen en alguna subrogación, - una vez se ha
perdido el servicio, por supuesto -, y cuando no les queda otra a esos
trabajadores, que entenderse con la empresa entrante.
Ahí entra a jugar la “putada” de moda. Y es el punto preciso que provoca a los "listos" de la patronal, la risa floja y hasta llegar a mearse de risa si, por fin, tras algún rifi-rafe logran “meterle un gol” a la otra empresa dejándole en plantilla algún vigilante que no cumplía los requisitos o, por el contrario. no admitiendo al que si los cumplía…Vamos, de juzgado de guardia...
Sin ir más lejos, ahora mismo están viviendo esta pesadilla unos cuantos vigilantes que formaban parte de la plantilla de Vinsa en Vodafone. en el trámite de subrogación a CASESA.
Pero,¿Cuál es, entonces la situación de estos vigilantes? La peor
posible, puesto que la empresa saliente no les reconoce
como parte de su plantilla y la empresa entrante, tampoco …. Es decir, entran a
formar parte de la larga lista de vigilantes en el “limbo laboral":
esto quiere decir que no trabajas para nadie pero, tampoco estás en situación
legal de despido…Desgraciadamente, no estamos hablando de un caso o dos,
sino de cientos…, pensemos en los vigilantes de Esabe, Sequor, etc… hasta
llegar al tan sonado caso de “escrache” en Prosetecnisa.
Aunque esto representa una terrible condición para el
trabajador - puesto que, hasta que llegue el día en que los tribunales
decidan quién es su empleador pueden pasar hasta ocho meses en que no vea
ni un euro y ya se sabe que el banco no perdona-, aparentemente, pareciera una
ventaja para las empresas en cuestión…
Pero, esta situación, que tristemente
se está haciendo cada día más frecuente, roza ya la burla. Sobre todo, si
tenemos en cuenta que la patronal más fuerte de seguridad – APROSER
- acaba de “sacar del horno” (por no decir de la manga”) un documento en el que
se recaba la gestión profesional y deontológica (conjunto de valores, la ética)
de la seguridad privada, con el único fin de “diferenciarse” de las empresas
“pedorras”.
Sin lugar a dudas, el hombre es un lobo para el hombre, a pesar de códigos
deontológicos y otras milongas que, en el fondo, para muchos, no son más
que la punta del iceberg de los compromisos que no se cumplen, ni se
piensa cumplir. Sobre todo, por la falta de soluciones de la Administración
-aparte de una hiperinflación de los plazos (y coste)- para que sea un
juez el que finalmente dictamine sobre quien tiene que pagar al trabajador.
Y, sobre todo, por la aparente falta de
soluciones de los sindicatos, que no va más allá del reconocimiento de nuestra
ruina colectiva… O sea,...Mal vamos, es hora de dar el puñetazo sobre la mesa.
El mismo que llevamos esperando desde la negociación del convenio colectivo…
aunque, claro está, alguno dirá que el que no se consuela es porque no
quiere….