INSTITUCIONES
PENITENCIARIAS
Los vigilantes que sustituirán
a la Guardia Civil llegan a Zuera
Dos
guardas privados por turno se incorporan a la seguridad del penal. Acompañan a
los agentes que vigilan los monitores y rondan el perímetro
Los vigilantes de empresas de seguridad privada
comenzaron ayer a hacerse cargo de la vigilancia de los accesos y el perímetro
de la cárcel de Zuera.
Su presencia se enmarca en una iniciativa del
Ministerio del Interior dirigida a dar empleo a las firmas que se encargaban de
la protección de potenciales víctimas de ETA, que se han quedado prácticamente
sin trabajo tras el alto el fuego, aunque en la práctica supondrá que varias
decenas de guardias civiles --más de cien, según algunas estimaciones--,
asignados ahora a la seguridad de Zuera y Daroca, se queden sin destino.
Los mandos han asegurado a los agentes que esos
efectivos serán adscritos a otros servicios en la provincia y que algunos de
ellos seguirán efectuando las conducciones de presos.
LOS PRIMEROS
Ayer se
incorporaron al penal de Zuera dos vigilantes por turno, que se dedicaron a
acompañar a los guardias civiles encargados de los monitores de la
videovigilancia y del control de las mercancías. Por ahora no pueden tomar
ninguna iniciativa ni permanecer solos. Únicamente observan la labor de los
agentes.
En unas semanas, pasarán a ocuparse también de la
vigilancia del perímetro exterior del penal, cuyas rondas realizarán en los
vehículos del instituto armado por carecer de coches propios. Permanecerán
durante un periodo de prueba de nueve meses, tras el que Interior decidirá si
mantiene, suprime o refuerza la seguridad privada en detrimento de la Guardia
Civil.
La plantilla del instituto armado carecía ayer de
instrucciones por escrito sobre la nueva situación, aunque a lo largo de la
mañana --los vigilantes se incorporaron al turno que comienza a las 7.00
horas-- las recibieron verbalmente.
La llegada de los vigilantes privados ha recibido
fuertes críticas tanto por parte de la Asociación Unificada de Guardias Civiles
(AUGC, mayoritaria en el cuerpo y en Aragón) y del sindicato de prisiones
ACAIP, de amplia implantación en las plantillas de los centros aragoneses.