¿Sabéis cual es el ave con peor fama del mundo animal? …¿el buitre?,… ¿quizás el cuervo? Pues no. El ave con peor
fama es el cuco común. De
hecho,- y como los humanos tendemos a clasificar los comportamientos de los
animales según nuestra escala moral-, los adjetivos que se le
brindan al cuco son nada halagadores: explotador, tramposo,
farsante, etc., entre otras lindezas...
Y si os preguntáis a qué se debe este cartel tan poco cariñoso, la respuesta la encontraréis en su
“táctica de supervivencia” que consiste, nada más y nada menos, que en
aprovecharse de otras aves a las cuales explota, engaña y por último convierte en esclavas…
Veréis. El
"cuco" tiene dos características muy singulares, una muy agradable y otra muy odiosa: la primera, su
inconfundible canto "cu-cu", "cu-cu","cu-cu" y,
la segunda, poner sus huevos en nido ajeno (normalmente de un ave
pequeña e insectívora) que es lo
que, en definitiva, provoca esta "enemistad" hacia el cuco.
Es decir, la hembra
del cuco pone sus huevos (aproximadamente unos
trece), de uno en uno, en los nidos de otras especies de aves para que sean “esas
madres” las que se den el trabajito de incubarlos y criarlos. Para ello, la
señora cuco vigila estrechamente el nido de otras aves y cuando uno es
abandonado por un instante, ¡ahí va ella rápidamente y en dos segundos pone su
huevo!… ¡qué cuca!... Pero, la cosa no acaba ahí…no, no…qué va...Porque para
que el engaño sea completo, ¡va y se come un huevo de la madre huésped!
¡No vaya a ser cosa que sepa contar....!
Pero la malicia del cuco no acaba ahí…Para nada…. Porque cuando los huevos eclosionan – y normalmente
el del cuco es el primero- resulta que el “pollito cuco” se dedica a deshacerse
de todos los demás pajarillos, ya sea empujándolos del nido o dándoles de picotazos
hasta matarles. De esa manera consigue quedarse todo el alimento que traen sus
“padres adoptivos” que, engañados, alimentan con esmero al único pajarillo, que
es hijo del cuco y el asesino de sus propios hijos.
Curiosamente, la estrategia del cuco la pueden repetir otras
“especies”…y…así resulta aterrador comprobar cómo se
reproduce la misma conducta “cuca” entre los empresarios españoles. Basta
hacer un recorrido por los predios sectoriales, incluyendo el de la seguridad
privada, para comprobar cómo los “empresarios cucos” van repartiendo
sus huevos por todas partes...dinamitando el sistema... involucrando
desde partidos políticos de todos los pelajes (con políticos corruptos y
muy cucos) hasta sindicatos de todos los colores (con sindicalistas de postín y
muy cucos)…pasando por “empujar del nido” a todos los que no les ríen la gracia
o amenazan su feudo.
Así las cosas, cuando vemos, día a día, lo que hay debajo de la
manta, la insoslayable realidad nos dice que
los empresarios “cucos” no tan sólo han colocado sus “huevos” en la política
con el fin de obtener contratos públicos y leyes que les beneficien, sino que,
además, los han colocado en los sindicatos para obtener la firma de acuerdos,
convenios sectoriales, la firma en los EREs, que claramente perjudican al
trabajador porque, aparentemente, no se encuentra otra fórmula para ganar
competitividad que no pase por el despido o la reducción salarial.
Evidentemente, el problema de la corruptela ha saltado de los políticos a los sindicatos y, amenaza con
relegar la negociación colectiva al baúl de los recuerdos, principalmente, por
el descrédito de algunos sindicatos y porque ya nadie se cree que negociar
“recortando” nómina se hace para asegurar “puestos de trabajo”.
Diréis, y con toda la razón, que cada palo aguante su vela, que es muy fácil echar la culpa al empedrado. Pero, ahora que las miradas se han vuelto hacia la posible reducción de plantilla de 700 vigilantes de Metro y de los derechos laborales de los restantes veremos qué pasa con los empresarios de seguridad, con los políticos de la Comunidad de Madrid y con los sindicatos… ¿Será posible demostrar que Metro es un servicio sostenible sin recortes... ni despidos… sin que el peso del esfuerzo recaiga únicamente en el mismo?