En cualquier caso,
el limbo es “ese” mundo entre los vivos y los muertos donde
1.- permanecen las almas de los
justos hasta que son rescatadas por
Jesús;
2.- o donde van los que, no
habiendo cometido ningún pecado por sí mismos, cargan con la culpa del pecado
original.
Curiosamente, el
concepto esta actualmente muy de moda entre los empresarios de seguridad privada y se aplica con “celestial”
destreza en cada subrogación de servicios y con el mismo sentido de la palabra
original…, es decir, dejar al personal en tierra de nadie, o dicho de otra
manera más gráfica, a las mismísimas puertas del infierno esperando hasta el
momento en que “sus almas” sean
rescatadas por la jurisprudencia y se decida su incierto destino…el paro o la
reincorporación a su puesto de trabajo.
Evidentemente, el
proceso no es corto… pueden pasar meses y meses hasta que la sentencia del juez
sea firme… y, hasta entonces, los vigilantes afectados no verán un “p. ..duro” pero si
tragarán bilis a punta pala…
Un
caso muy ilustrativo es el caso de la subrogación
del aeropuerto de Menorca donde se encuentran implicados dos super empresarios
de la seguridad privada: el de EULEN (empresa saliente) y el de TRABLISA
(empresa entrante). Pero, hay más casos… los vigilantes de ESABE-SEQUOR con
Prosetecnisa, OMBUDS con PROSEGUR, etc.
Los motivos de tanta “desfachatez” son puramente económicos cuyo origen viene siendo
siempre el mismo… El “cliente”… Ese, es ¿cómo decirlo? El súper poder, casi de ficción, que un buen
día decide hacer recorte en seguridad por la razón que sea… La más utilizada,-
sobre todo por la administración -, es el Austericidio. Por lo tanto, los
dineros de los contratos se reducen y dónde era muy rentable colocar diez
vigilantes, ahora, para que el negocio de la seguridad les siga siendo muy
“rentable”, pongo cinco….
¿Y qué pasa con
los otros cinco?... Directamente al limbo laboral. Porque los empresarios, que
son muy “cucos”, no se van a comer el tarro de ninguna manera…aunque lleven
grabado a fuego en su corazón aquello de la Marca España, etc. Tampoco es cosa
de demostrar una especial sensibilidad frente a las consecuencias que la no- subrogación o la no-
reincorporación del trabajador, pueden provocar a éste y a su familia.
De hecho, la contratación de la empresa TRABLISA para garantizar
la seguridad del aeropuerto de Menorca fue una magnífica ocasión para
analizar dos cosas:
1.- la versatilidad de criterio y
flexibilidad de cintura que pueden demostrar ciertos empresarios, como el
presidente de la Asociación de Industriales de Mallorca (Asima) y de TRABLISA,
Miguel Bordoy, quien por un lado es capaz de apoyar generosamente un gasto de
30000 euros y ceder las instalaciones
para las nuevas dependencias de la Policía Nacional en los bajos del edificio
Asima en aras de la seguridad ciudadana granjeándose los aplausos de todos y,
por otro lado, incumplir el requerimiento de 20 de Junio que le obliga a
reincorporar al personal subrogado de EULEN en aras de asegurar esa misma
seguridad ciudadana con vigilantes experimentados y probados…
2.- y, por otro lado, queda claro
que, después de la escabechina de recortes practicada por los grandes clientes
de la seguridad privada –AENA, METRO Madrid, RENFE,etc.-, se ha generado un
nuevo fenómeno que afecta a la seguridad privada: el juego del limbo.
Veréis, el juego del limbo, es
ese en el cual hay que pasar bajo una vara, la cual a cada pasada se va
acercando más al suelo y sólo el último participante que quede en pie será el
ganador. O sea que la pregunta es de cajón: ¿hasta dónde el cliente piensa
bajar la vara?
Visto lo visto, la
conclusión es sólo una: la estabilidad del sector está en juego no por lo que
se hace, sino por lo que se deja hacer… las bases de los juegos empresariales
están bastante claras: se sustentan cada vez más en la extendida y admitida
competencia desleal “devaluativa” de derechos y salarios…Que lamentable!