De la ola de calor que vivimos estos días, no se libra nadie, nadie, nadie....
Y, a medida que suben las temperaturas, también se van calentando
los ánimos sectoriales… Incluyendo el ánimo de los empresarios más fuertes de
seguridad privada - los de APROSER - y, lógicamente, el de su nuevo
presidente, Ángel Córdoba.
Si, si…habéis entendido bien, “habemus”
presidente “nuevo, a estrenar” porque, últimamente, esta
asociación de empresarios de seguridad privada, la flor y nata sectorial, funciona
como las comunidades de vecinos …o sea, cambia de presidente más que de camisa
sus asociados. En fin, cosas de la vida empresarial.
Pero, vamos a lo que vamos. Es decir, a
los nuevos aires (o mejor dicho, tifones) que soplan por la plaza patronal.
Para ello, nos basaremos en la “carta del presidente” de Aproser, o, lo que es
lo mismo, el debut de Ángel Córdoba (revista
julio 2013).
Veamos. En un articulo intitulado “Restaurar
la Confianza” el nuevo presidente hace un, ¿cómo decirlo?, un
“repaso” a las Administraciones –sus
potenciales clientes-por aquella manera
en que, últimamente, lleva a cabo la contratación de
las empresas de servicios. Lo que ha generado, según su opinión, una “ola de
desconfianza y desapego” a todo olor a
político y la malísima reputación que ronda sobre sus cabezas.
A esta altura de los acontecimientos, en que día sí
y otro también, el currito se entera de
algún que otro escándalo gracias a Bárcenas y compañía, faltaba más que la ciudadanía
no exija la tan mentada búsqueda de la transparencia en
la adjudicación de las contratas. Evidentemente, esta demanda no resulta de la
lectura de la marimorena que vuelcan los periódicos, ni de los programas de
debates televisivos, sino de la
inteligencia ciudadana.
Es decir, hasta aquí, el presidente
de Aproser no aporta nada nuevo. Sin embargo, hay un par de cosas que pasa por
alto en su carta. No se sabe si voluntariamente o no…. 1) ¡Que semejante cuadro
de corruptela no es más que el resultado de los devaneos “empresariales-
políticos” y de la formidable incapacidad que exhiben quienes pudiendo haber
hecho algo para evitarla, han ido haciendo la vista gorda “echando un tupido
velo” sobre los chanchullos! 2) Que, no
es baladí pensar que también algún súper empresario de seguridad privada ha aportado su “granito de arena” a esta escabechina,
es decir, “aportado” un sobre para obtener la adjudicación de algún servicio.
La cosa no está clara. Pero, siguiendo la
carta del presidente, hasta da la
impresión de que su faena es puro toreo de
salón. Seguramente, esto se deba a que cada día cuesta más soportar la doble moral de una
patronal que predica mientras que en los hechos no practica. Valga como prueba
su prédica respecto a la
Responsabilidad Social… ¿Tal vez, el sr. Presidente de Aproser piensa
que realmente las empresas cumplen a rajatabla con el articulado de la
Responsabilidad Social de la que hacen gala? ¿O es sólo maquillaje?
En nuestra opinión, lejos del ataque contra las malas prácticas con las
contratas de servicios por parte de la Administración, lo que se aprecia en la
carta del recién estrenado presidente de Aproser es, en definitiva, un cierto
temor al avance imparable de las
empresas pedorras porque nadie sabe dónde terminará la paranoia gubernamental
respecto a la austeridad en los gastos (austericidio) para acallar las duras y merecidas críticas de los
ciudadanos, y sus consecuencias en un sector como el nuestro, siendo como es
uno de sus grandes clientes.
” Pero ahí se revela, sin embargo, un
aspecto negativo, ya que muchos estudios (estudios desconocidos para ccoo) y opiniones se quejan de que la
comprensible, pero desproporcionada, bajada de precios ha ido en detrimento de
la mínima calidad exigible y, por lo tanto, de la cuenta de resultados de los
verdaderos proveedores de la calidad en los servicios (que están mes tras mes
perdiendo cuota de mercado, bajando los niveles de facturación deteriorando irreversiblemente sus márgenes
comerciales) Y en beneficio de los
expertos en subastas, generando un
marco casi legal en su percepción y aceptación, para el intrusismo y la
competencia desleal” “ La tendencia de los organismos públicos a apostar
exclusivamente…., adjudicándose cada vez más los contratos a los servicios con
cifras más bajas, sin más, en lugar de a los más innovadores, o en general, a
los mejores, aunque la diferencia económica entre ambos fuera insignificante” Como diría
Rajoy, “fin de la cita”
Bien visto, una reacción
así, es decir, la reacción de un presidente ofuscado, habla de algo más que de
un probable cambio de clima o de una cierta insatisfacción de la patronal de
seguridad privada con el Gobierno de Rajoy, que hasta hace poco contaba con
niveles de aceptación muy altos desde que se legisla a golpe de decreto
ley. ¿Será que, finalmente, el tiro del “neo-liberalismo a ultranza “está saliendo por la culata? ¿O es que estamos frente a un nuevo
caso del Síndrome de la gatita de doña Flora: si se la sacan, grita y si se la
meten, llora?
Como decía Eurípides, para todo problema humano -incluyendo el avance de las empresas pedorras- hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada. Restaurar la confianza en los políticos que lideran en las Administraciones Públicas puede ser una solución, como propone Ángel Córdoba. Pero, como también decía un sabio: la confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar…
Desde luego, a " ojo de buen cubero ",
Aproser se enfrenta ahora a la peor de sus contradicciones: el de una fuerza
que apoya a ultranza el neoliberalismo cañí donde el empresario hace lo que le
sale de los co..nes, campo abonado para el avance de las pedorras; o, seguir
fabricando enemigos que utilizando las mismas armas (reforma laboral) estén
dispuestos a entrar en cualquier charco, y que, en lugar de ampliar el mercado,
se recluya en pequeños círculos de clientes.
Y tal vez lo que más
inquieta es esa frescura empresarial de manipular discursos y hasta la realidad
misma, para justificar y poder salvaguardar sus terquedades. Porque, en definitiva,
¿Quiénes son los más perjudicados? ¡Las plantillas de trabajadores que tienen
la mala fortuna de caer en las empresas pedorras (amparadas por el sistema que
se han montado empresarios y gobierno), a sabiendas que ni siquiera cobraran a
final de mes la nómina que les permitirá mantener a sus familias! Pero, de eso ni
se dice una palabra… Así estamos…en universos paralelos.