TRIBUNALES
Los dos
acusados de matar a un vigilante en Marchena para robar cobre se niegan a
declarar
SEVILLA,
20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los dos
jóvenes de nacionalidad rumana acusados de asesinar a un vigilante de seguridad
en la planta fotovoltaica de Marchena (Sevilla) para robar cobre se han acogido
a su derecho constitucional a no declarar durante el juicio celebrado este
miércoles en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial.
Durante
la vista oral, la defensa de los imputados --para quienes la Fiscalía pide 28
años de cárcel-- ha solicitado la nulidad de la prueba de ADN practicada,
mientras que la representante del Ministerio Público ha aportado el resultado
de otra prueba de ADN realizada a los acusados en otra causa que tuvieron en
Almendralejo (Badajoz), la cual ha sido aceptada por la Sala como prueba.
Después
de que A.D., de 24 años, y M.L., de 25 años, se hayan acogido a su derecho a no
declarar, ha comparecido como testigo en el juicio un compañero de trabajo y
amigo de la víctima, quien ha relatado que sobre las 19,00 horas del 24 de
noviembre de 2009 recibió una llamada en la que el fallecido le avisaba de que
dos individuos habían intentado entrar en la planta fotovoltaica haciendo para
ello un agujero en la valla perimetral.
La
víctima logró atajar este primer intento de robo "al alumbrar con la
linterna y pegar una voz" a los acusados, ha narrado este testigo,
responsable de la empresa de seguridad, quien ha añadido que, sobre las 4,00
horas del día siguiente, se sintió intranquilo por dicho intento de robo y
llamó al finado tanto al teléfono móvil del trabajo como al particular, pero
ambos estaban apagados.
Por
este motivo, se trasladó en su coche hasta la planta fotovoltaica, donde halló
a su compañero, que no portaba arma de fuego alguna, "esposado" con
sus propios grilletes, "malherido, ensangrentado y tirado en el
suelo", pudiendo comprobar que los acusados "le habían metido las
hombreras del uniforme de vigilante en la boca".
Ha
señalado que, tras el primer intento de robo, llegó a proponer a la víctima
"la posibilidad de mandar" un segundo vigilante a la planta, pero
"me dijo que no era necesario".
Los
hechos ocurrieron el 24 de noviembre de 2009, pero no fue hasta finales de
enero cuando murió la víctima, a quien los imputados robaron el coche y los dos
teléfonos móviles que portaba tras darle una paliza en la que llegaron a
introducirle un punzón en un ojo.
El
fiscal pide para cada uno de los dos acusados 21 años y medio de prisión por un
delito de asesinato; tres años y medio por un delito de robo con violencia, y
tres años de cárcel por un delito de daños mediante incendio, ya que
supuestamente quemaron el coche del fallecido tras huir en él.