MÁLAGA
Intenta disparar a un
vigilante que lo sorprendió al robar una bici en el campus
El
detenido presuntamente golpeó con la culata de la pistola al empleado de
seguridad después de que el arma se le encasquillara
Fuente:
diariosur.es - 12.02.14 - SUSANA ZAMORA | JUAN CANO |
La Escuela de las Ingenierías vivió ayer una imagen
insólita para un campus universitario. La escena: una pistola en el suelo, un
vigilante herido por un golpe en la cabeza y la zona de los aparcamientos
tomada por la policía, que detuvo al asaltante. Y los alumnos, alrededor del
cordón policial tomando fotos y preguntándose qué había sucedido. Un hombre
intentó presuntamente disparar al empleado de seguridad, que lo sorprendió
cuando planeaba robar una bicicleta.
Todo empezó en torno a las 17.20 horas en los
aparcamientos que separan el edificio principal de Ingeniería Industrial y la
Politécnica Superior de los talleres que utilizan estas titulaciones para sus
prácticas, una zona poco transitada en estas fechas al ser época de exámenes.
Un hombre ajeno a la UMA llegó en un ciclomotor y se acercó al ‘parking’ de
bicicletas, que está cerca de la garita de los vigilantes de seguridad del
recinto.
Su apariencia descuidada y su merodeo por el
aparcamiento sin un rumbo fijo –la policía sospecha que su intención era
sustraer una bici– levantó las sospechas de uno de los empleados de seguridad
que hacía la ronda en ese momento, que se acercó para identificarlo. Al
parecer, y siempre según las fuentes consultadas, el individuo, que iba armado
con una pistola, se enfrentó a él. Y se inició un forcejeo entre ambos.
Las pesquisas apuntan a que el sospechoso habría
intentado disparar hasta en dos ocasiones contra el vigilante, pero el arma se
le habría encasquillado. Finalmente, le golpeó con la culata de la pistola en
la cabeza y le ocasionó una brecha en la ceja. Pese a ello, el guarda de
seguridad logró reducir al individuo y arrebatarle el arma. Según un testigo
presencial, lo inmovilizó con ayuda de unos grilletes e incluso le dio agua
mientras esperaba la llegada de las patrullas. Los agentes detuvieron al sujeto
y lo condujeron a la Comisaría Provincial, donde el Grupo de Homicidios
instruye las diligencias del caso. La víctima, por su parte, fue trasladada a
un centro hospitalario para que le curaran la herida.
Pocos en el campus se percataron de lo ocurrido hasta
que escucharon las sirenas de la policía. Ignacio González, un alumno de
doctorado y con un contrato para un proyecto, que en ese momento se encontraba
en los talleres, pudo ver cómo sangraba el vigilante, mientras que su presunto
agresor gritaba: «Ha sido sin querer, no pretendía herirlo». González no pudo
oír las detonaciones porque el ruido de la maquinaria se lo impedía, aunque sí
vio las dos marcas de tiza en el suelo que señalizaban los casquillos.
Su preocupación se deja entrever en la conversación.
«Igual que se fue a por una bici, podía haber entrado armado a los
laboratorios, y a saber qué habría pasado», declaró González. La misma
inquietud manifestó otro grupo de alumnos que se acercó hasta el ‘parking’.
«Sin duda, no solo es inquietante, sino desproporcionado robar una bici a punta
de pistola; no es para estar tranquilos», apostilló este estudiante.