No creo que le haya sorprendido a nadie el Acuerdo firmado entre la patronal de seguridad y los sindicatos USO-UGT el pasado 21 de febrero donde se pierde un buen pico de nuestros salarios - 1,8% que sumado a lo que ya se ha recortado da un total de un 5,4%- y menos aún, su ratificación el 28 de Febrero cara al Convenio Sectorial.
Desde luego,
no ha sorprendido a los trabajadores testigos en primera línea del vaivén de
reuniones, declaraciones apocalípticas de las empresas, o del aburridísimo
baile de un pasito pa´lante tres pasitos pa´tras de los sindicatos firmantes. Eso, en sí mismo, ya
tenía toda la pinta de ser un
claro indicador de por dónde irían los tiros: por “…ésima vez” se lograría un
acuerdo de “ultima hora” (acuerdo de viernes negro) donde los que saldrían “mal
parados”, mejor dicho, “re-re-re- rebajados” serían los mismos… los trabajadores.
Evidentemente,
en el sector sobran lobos pero, ¿por qué
hay unos cuantos representantes de los trabajadores que están aparentemente interesados
en exagerar la amenaza y de esta forma dar sentido a acuerdos que responden
solo a intereses empresariales? Misterio de cuarto milenio…
Veamos.
La guinda de la semana, a todas luces, es la Nota Informativa del 6 de marzo de FTSP-USO
y aunque resulta comprensible ese “nerviosismo”
frente a las duras críticas recibidas por
los trabajadores (afiliados y no afiliados) tras el nuevo fiasco, no deja de ser llamativo que se pierdan los
papeles hasta el punto de pretender
ahora descargar adrenalina dando batalla (la misma que no se vio dar en la
arena de la patronal) a sindicatos no firmantes, entre ellos CCOO.
Ciertamente, la
economía no tiene alma y la mejora de las condiciones de los trabajadores son
algo puramente residual ya que todo se reduce a una pretendida “competitividad”
que ni siquiera es tal pero,… aún así… con
todo y eso, reconozcamos, la caída
salarial en el sector es algo vergonzoso. En la forma y en el fondo.
Evidentemente,
hay sindicatos como USO que, al igual que las antiguas culturas precolombinas,
insisten en la necesidad de realizar “sacrificios humanos” en la creencia de que dando de comer a la “bestia”
se garantiza no tan sólo el orden cósmico sino que también el orden terrenal y
por tanto, su propia supervivencia.
Y en esta creencia mística religiosa,
USO no admite sindicatos irreverentes que, como CCOO se niegue a alimentar a la
bestia (ya que entiende que lo único que se consigue es fortalecerla) y
arremete con afirmaciones de grueso calado: Si no se firma la rebaja salarial y
demás “lo que se pretende es la desaparición
del sector”….
¿Cómo explicarles que
por mucho que USO se
esfuerce en el relato y en los sacrificios no conseguirá sofocar las ansias del
beneficio de esta insaciable patronal ni
la impaciencia de los accionistas de los fondos de capital riesgo (mayoritarios
en el sector) en busca de un retorno de capital cada vez más apetitosos?
Por otra parte, debería
bastarles con saber que la falta de
compromiso y garantías de cumplimiento de lo pactado en convenio por parte de
la patronal coloca a los sindicatos firmantes en una encrucijada: Quedar como
un “pardillo” porque se ha decidido firmar
y para el colmo se haya vendido que viene el lobo, a modo de justificación,
cuando no se oía un triste aullido. O, por otro lado, quedar como un “pardillo”
cuando las “ovejas” se nieguen a aceptar que fue otra tomadura de pelo, se
nieguen a seguir al rebaño otra vez más, arda Troya y la lana eche un olorcillo
a chamusquina de aquí a Estocolmo.
También se echa en falta esa exitosa
Uso que presionaba a Aldeasa para que cumpliera lo pactado en materia salarial, recordándole
a la empresa que el incremento de 0,75% que recogía el convenio no era una “prerrogativa”
de la empresa, sino la estricta aplicación de lo pactado en la negociación del
convenio.