Uno de ellos agarró por el
cuello a un vigilante de seguridad mientras un familiar suyo instigaba a otros
sirios a lanzar piedras contra el control de seguridad. La Guardia Civil tuvo
que intervenir.
Fuente:
elfarodigital.es - 29 ABRIL 2014 SILVIA PERDIGUERO
El
último incidente registrado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes
(CETI) el pasado jueves en el que resultaron detenidos dos ciudadanos sirios,
se saldó en la mañana de ayer con una multa de 30 euros para cada uno por una
falta de amenazas. Ambos, asistidos de un abogado, se declararon culpables y
aceptaron la sanción previamente pactada con el Ministerio Fiscal durante el
juicio celebrado en el Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 1. La
víctima de la agresión y denunciante, un vigilante de seguridad del CETI, no
quedó contento con la resolución, pues según dijo ante la juez: “Me han
intentado matar”.
Aseguró
que uno de los sirios denunciados le agarró del cuello, mientras que el otro,
un familiar suyo, instigaba a otros inmigrantes de su misma nacionalidad a
participar en el altercado. Testigos presenciales de los hechos y compañeros
del denunciante aseguraron a este diario que un grupo de ciudadanos sirios
comenzó a lanzar piedras contra el control de seguridad de la puerta del CETI,
donde normalmente trabajan los vigilantes. La Guardia Civil tuvo que intervenir
en la refriega protagonizada por los dos sirios detenidos.
El
origen del incidente
La
causa del incidente fue que uno de los dos sirios detenidos intentó saltarse la
cola de espera para entrar al comedor. Teniendo en cuenta que en el CETI
residen más de 1.800 inmigrantes, las colas para entrar en el comedor en hora
punta son importantes.
Las
dificultades y sobrecarga de trabajo que tienen que soportar los empleados del
CETI son conocidas.
De hecho, El Faro se ha hecho eco frecuentemente de los
problemas e incidentes en los que tienen que intervenir y resolver trabajadores
de las diferentes áreas y, especialmente, los vigilantes de seguridad.
La
intervención de la Benemérita
El
trabajador agredido, al ver que el ciudadano sirio intentaba pasar al comedor
sin esperar su turno, le sacó de la cola y le llevó a las dependencias de la
Oficina de Mediación. Allí, junto con la mediadora, trataron de explicarle que
tenía que aguardar su turno para comer. Lejos de entrar en razón, según la
declaración del vigilante, el inmigrante sirio comenzó a vociferar. Salió de la
oficina y gritando llamó a otros conciudadanos suyos. Empezó entonces un
forcejeo con el vigilante de seguridad en el que éste asegura que el sirio le
agarró del cuello.
Otros
compatriotas acudieron al lugar y comenzó una reyerta en la que tuvo que
intervenir la Guardia Civil. Uno de los agentes consiguió reducir a uno de los
ciudadanos sirios y junto a él, se llevó a otro más detenido.
Poco
antes de comenzar el juicio de faltas, celebrado ayer, el abogado defensor de
los dos sirios les informó de la oferta del Ministerio Fiscal, una multa de 30
euros para cada uno por sendas faltas de amenazas. “Queremos contar la verdad
de lo que ha pasado”, afirmó uno de ellos. Sin embargo, el letrado les informó
que, de celebrarse el juicio y escuchar sus testimonios, la sanción podría ser
mayor.
Finalmente,
ambos se conformaron con aceptar la acusación y los 30 euros de multa, aunque
si no abonan esta cantidad podrían ingresar en prisión.
El
vigilante no le pegó una paliza al ciudadano sirio
La
aceptación de la acusación por parte de los dos sirios detenidos el pasado
jueves tras la refriega con los vigilantes de seguridad, contradice la versión
que ofrecieron el día de los hechos otros compatriotas sirios.
Una inmigrante
del CETI comentó a El Faro que la pelea se originó en el comedor y que un
vigilante de seguridad le dio una paliza a uno de los sirios detenidos. Sin
embargo, en el juicio quedó claro que la agresión fue a la inversa y fue el
vigilante de seguridad el que fue agredido por uno de los sirios detenidos. De
hecho, la víctima (el vigilante) aseguró que aún tiene molestias porque su
agresor “le agarró por el cuello”.