La
suplantación de guardias o la infiltración de delincuentes hace vulnerables a
las compañías de seguridad privada, coincidieron empresarios del sector
Fuente: eluniversal.com - Miguel
Ángel Pallares Gómez| Martes 26 de agosto de 2014
El mercado de seguridad privada en México,
valorado en 240 mil millones de pesos, tiene grietas importantes —por
paradójico que parezca— en materia de seguridad, que lo vuelven vulnerable a
suplantaciones de guardias o filtraciones de delincuentes, advirtieron
empresarios del sector.
Su valor, que equivale al 1.5% del Producto Interno
Bruto (PIB) de México, contemplan la contratación de guardias, blindajes de
unidades, adquisición de equipo de rastreo, entre otros factores,
En el país comprar un uniforme apócrifo de guardia o
custodio tiene un costo de alrededor de 500 pesos y convertir una camioneta
común en una unidad de transporte de valores no va más allá del valor de las
etiquetas y algunos detalles que no sobrepasan los mil pesos, destacaron en
entrevista los principales actores de este mercado.
La Confederación Nacional de Empresarios de Seguridad
Privada y Similares de los Servicios del Ramo (Conesprysir) estima que en
México hay 600 mil guardias en la ilegalidad y otros 450 dentro de empresas
constituidas de manera legal, lo cual representa un peligro incluso para la
seguridad del Estado mexicano, aseveró.
“Hay entre 8 mil y 10 mil empresas de seguridad
privada, tomando en cuanto las formales e informales, donde labora un millón 50
mil guardias; de ellos, 600 mil pertenecen a compañías de las llamadas
‘patito’, lo cual representa un gran peligro para la propia seguridad del
Estado”, comentó el presidente de la Conesprysir, Arnulfo Garibo.
El también director del Corporativo de Seguridad
Privada Gara, aseguró que los propios clientes, o empresas que contratan
servicios a muy bajo precio, propician el incremento de la informalidad en el
sector. Por ejemplo, pagan por un custodio 6 mil pesos mensuales lo cual es una
cifra contundente de que se trata de una empresa informal.
“El empresariado mexicano fomenta el surgimiento de
empresas informales, resulta que contratan un elemento de seguridad privada por
6 mil pesos, cuando el costo promedio de un guardia se ubica en los 13 mil o 14
mil pesos mensuales, pero por estar a mitad de precio se van con las
informales.
“Esto se vuelve riesgoso cuando pasa algún
acontecimiento negativo, donde el guardia está involucrado y entonces la
empresa desaparece. La policía no tiene la capacidad de supervisar a su propia
seguridad y mucho menos de supervisar a las compañías de seguridad privada
informales”, detalló Garibo.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de
Empresas de Seguridad Privada, 40% de estas empresas en el país son informales,
lo cual representa que más de 4 mil compañías no tengan ningún respaldo de la
autoridad y cuenten con los mínimos filtros para la contratación de sus
elementos.
Una empresas de seguridad privada formal exige a sus
elementos desde evaluaciones psicométricas, exámenes toxicológicos, pruebas de
polígrafo, estudios socioeconómicos, recomendaciones, carta de antecedentes no
penales y otro tipo de requisitos, mismos que un negocio informal no solicita.
“Nosotros obligamos a los guardias a tener una certificación,
pero considero que el riesgo se encuentra en que cualquier puede uniformarse
como guardia. Se venden uniformes en cualquier esquina y sin restricciones. Es
muy fácil la clonación de un guardia”, alertó Alberto Rivera,
presidente de la Asociación Mexicana de Seguridad Privada, Información, Rastreo
e Inteligencia Aplicada (Amsiria).
El director de Hided Image explicó que por 500 pesos
en un local del Centro Histórico se puede comprar un uniforme de vigilante,
guardia o custodio y, en caso de querer contar con una camioneta de valor,
basta con pagar el costo de las calcomanías de la supuesta empresa, ya que no
hay características específicas exigidas para estas unidades.
“Cada vez hay más personas que se están ostentando
como dueños de empresas de seguridad privada y no lo son. Las empresas
fantasmas imitan a una formal con los riesgos que conlleva”, indicó el
directivo.
Para Eduardo Llanos, presidente de la
Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA), es difícil
identificar cuando una camioneta o unidad de transporte está blindada, pero se
puede corroborar la legalidad en la Dirección General de Empresas Privada en la
Secretaría de Seguridad Pública.
La semana pasada, custodios falsos clonaron los signos
distintivos de la empresa Tecnoval y acudieron a una sucursal de Bancomer en el
Centro Histórico, donde robaron 9 millones 800 mil pesos en efectivo. Para los
empresarios del ramo, este podría ser el primero de otros casos semejantes por
la falta de controles para evitar las suplantaciones.
“Las empresas y los guardias son fáciles de clonar, y
difícil de identificar. Se venden garrotes, porta gases, porta armas,
insignias, cordones, gorras y todos los accesorios policías sin ningún control,
frente a lugares donde haya guardias o policías”, resaltó Mario
Espinoza, presidente de la Amesp.
Espinoza, quien dirige la empresa Serviseg, comentó
que han buscado tratar el tema con las autoridades, pero dependencias como la
Secretaría de Economía han negado la constitución de la Cámara Nacional de Seguridad
Privada para regular y supervisar a estas compañías.
“Nos están negando un derecho para poder constituirnos
y asociarnos para defender nuestros derechos. La Cámara fue rechazada por la
Secretaría de Economía, iniciamos un juicio que está por concluir en un par de
semanas y la pregunta es, ¿por qué no tener una Cámara que ayude a regular esta
actividad?”, añadió.
Para 2014, la Amesp estima que el sector crecerá 6%
anual, que es un aumento menor a la tasa de crecimiento anual de 10% de los
últimos 5 años y que fue favorecida por la llamada “guerra contra el narco”.
El dinamismo de esta industria, el cual repunta por
arriba del PIB, se debe a que la percepción de la inseguridad en el país
continúa, como es corroborado por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública
Urbana del Inegi que a junio de 2014 reportó que el 70.2% de los mexicanos se
siente inseguro.
“En las empresas formales es muy difícil que se filtre
un personal relacionado con la delincuencia, por todo los esquemas de
controles, pero esto también no implica que cualquier individuo puede cambiar
de decisiones dentro de una empresa formal”, comentó el representante de la
Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular
(ANERPV), Santiago Jiménez.