La investigación revela que
los atracadores se repartieron el dinero tras el golpe y se separaron. El
fugado, de origen francés, podría haber abandonado ya el país
Fuente:
eldiariomontanes.es - CONSUELO DE LA PEÑA | SANTANDER
10
noviembre 2014
Tenían
todo planeado. Tras el atraco se repartirían el dinero y cada uno tomaría su
propio camino para borrar huellas y dificultar su seguimiento. Y así fue. Tras
el asalto al furgón blindado de Prosegur en Torrelavega el pasado lunes, los
dos malhechores dividieron el botín, unos 60.000 euros según fuentes próximas a
la investigación, y se separaron, aunque con distinta suerte. Cuatro días
después uno de ellos, que responde al nombre de Lorenzo, resultó gravemente
herido en un tiroteo con la Policía, que le intervino varias bolsas con parte
del saqueo. Su compinche sin embargo consiguió eludir el cordón policial y cada
vez cobra más fuerza que haya podido huir ya a Francia, su país de origen y de
residencia, según ha podido saber este periódico.
Precisamente
el país galo es el nexo de unión entre ambos delincuentes. El fugado,
perfectamente identificado por los investigadores, es un individuo francés con
un amplio historial delictivo en el país vecino por atracos, aunque carece de
ficha policial en España. El atracador detenido nació también en Francia, donde
conoció a su compañero de correrías, pero vivía en Cantabria con su esposa e
hija, en una cabaña ubicada en la zona de El Carabío, próxima al cementerio de
La Penilla, pero de difícil acceso. Lorenzo es un viejo conocido de la Policía
cántabra, aunque por «asuntos de poca monta», subrayan fuentes próximas a la
investigación, que apuntan al atracador huido como el ideólogo del golpe al
camión blindado de Prosegur.
Sin
rastro
El
rastro del francés se esfumó tras el asalto. Se diría que se lo ha tragado la
tierra. Aunque una docena de agentes de la Policía Nacional se dedican «en
exclusiva» a la búsqueda del evadido y peinan la región a la búsqueda de algún
indicio que conduzca a su detención, los invesgadores reconocen la dificultad
del arresto. Creen que el delincuente galo pudo cruzar la frontera el mismo día
o al siguiente del robo a punta de escopeta.
La
Policía manejó desde el principio la pista de un vehículo Audi A-3, de color
negro y matrícula francesa, en el que los delincuentes huyeron tras el atraco.
Es uno de los rastros que permitieron a los investigadores llegar hasta Lorenzo
el pasado viernes. El sospechoso estacionaba el turismo en el aparcamiento de
la urbanización ‘El Castro’, situada cerca de la cabaña donde vivía con su
familia y a la que accedía a pie por un angosto camino, y allí le esperaron esa
madrugada para proceder a su arresto. Agentes de uniforme y de paisano se
apostaron en distintos puntos del recinto, esperaron a que Lorenzo subiera al
Audi y, cuando fue a arrancarlo, le dieron el alto. Pero el asaltante hizo caso
omiso a la orden y pisó el acelerador, una maniobra en la que intentó arrollar
a uno de los policías, que disparó. El conductor recibió dos impactos de bala y
fue trasladado al Hospital Valdecilla, donde evoluciona favorablemente a pesar
de la gravedad de las lesiones.
No
obstante, los investigadores todavía no han podido interrogar al herido,
testimonio que no recabarán hasta que los médicos que atienden al paciente den
su consentimiento. Mientras eso ocurre, permanece bajo intensa vigilancia policial.
Su declaración podría ser clave para llegar hasta el escurridizo francés.
Aunque en un principio se pensó que al aparcamiento acudieron los dos
asaltantes, lo cierto es que Lorenzo fue solo. Su compinche ni siquiera fue
visto por los alrededores. Se cree que para entonces había puesto ya tierra de
por medio.
El
atraco, cosa de dos
Dado el
mutismo que rodea las pesquisas policiales, en un principio se barajó la
posibilidad de que terceras personas hubieran participado en el atraco como
colaboradores necesarios. Pero fuentes policiales han descartado esta tesis. La
Policía está segura de que el golpe fue cosa de dos: de Lorenzo, el atracador
malherido, y de su cómplice, el francés fugado. Los agentes han tomado
declaración a tres personas, una de las cuales podría ser la esposa del
detenido aunque este extremo no ha podido ser confirmado, pero han quedado en
libertad.
El
atraco se produjo a primera hora del lunes. Los asaltantes esperaron al camión
blindado a las diez de la mañana en la calle sin salida de la zona de Los
Ochos, donde los vigilantes aparcaron para recoger la recaudación de Mercadona.
Cuando salían del centro comercial y se dirigían al vehículo fueron encañonados
por los ladrones, vestidos de negro y con la cara cubierta. Tras intimidarles,
se apoderaron de sus revólveres, cogieron seis sacas llenas de dinero y huyeron
a pie para posteriormente huir en otro vehículo, el Audi de matrícula francesa.
Fuentes de la investigación han cifrado en unos 60.000 euros la cuantía del
botín, un dinero que procedía de la recaudación de los establecimientos de la
ruta de recogida realizada por el furgón blindado ese día.
El
atraco al blindado abrió una semana negra en lo que a seguridad ciudadana se
refiere, porque a este asalto se sumó, dos días después, el robo con secuestro
perpetrado en una sucursal de Caja Cantabria de Laredo el miércoles. Un hombre
armado secuestró en su domicilio de Cicero al director y único empleado de la
oficina y lo utilizó como escudo para sustraer unos 35.000 euros de la sucursal
pejina.