INFORMÁTICA
Robocop ya es
real y tiene forma de huevo
El robot K5 detecta y alerta sobre
comportamientos anómalos y podría sustituir a los guardias de seguridad
Fuente: technologyreview.es - 14 DE NOVIEMBRE DE 2014 - POR
RACHEL METZ - TRADUCIDO POR LÍA MOYA
El
Sol se ponía una cálida tarde de noviembre mientras un cuarteto de robots de
metro y medio de altura y 150 kilos de peso patrullaba la fachada del Edificio
1 de las instalaciones de Microsoft en Silicon Valley (EEUU). Parecían un
equipo de Daleks depurados
con la elegancia de Fred Astaire y se movían en silencio por el asfalto en
direcciones distintas, parándose y girándose sobre sí mismos para no chocar con
cubos de basura, paredes y otros obstáculos.
Estos robots son monos e intimidantes al mismo
tiempo. Su presencia amable pero no demasiado les servirá para vigilar
instalaciones empresariales y universitarias, centros comerciales y colegios.
Foto: El robot de seguridad K5.
Knightscope,
una start-up con
sede en Mountain View, California (EEUU), ha estado ocupada diseñando,
fabricando y probando este robot, conocido como K5, desde 2013. Por el momento
se han construido siete unidades y la empresa tiene intención de desplegar
cuatro antes de finales de este año en una empresa de tecnología de la zona
cuyo nombre aún no se ha revelado. Los robots están diseñados para detectar
comportamientos anómalos, por ejemplo, alguien moviéndose por un edificio de
noche, e informar de lo que han detectado a un centro de seguridad remoto.
"Así
eliminamos el trabajo monótono y a veces peligroso, y dejamos el trabajo
estratégico a los cuerpos de seguridad o a empresas de seguridad privada, en
función de la aplicación", explica la cofundadora y vicepresidenta de
Ventas y Marketing de Knightscope, Stacy Stephens,
mientras un K5 pasa a su lado.
Para poder hacer el trabajo que normalmente haría
un guarda de seguridad, el K5 usa cámaras, sensores, equipo de navegación y
motores eléctricos, todos empaquetados dentro de su cuerpo con forma de huevo
junto a una gran batería recargable y un ordenador. Tiene cuatro cámaras de
alta definición (una en cada una de sus cuatro caras), una cámara de
reconocimiento de matrículas, cuatro micrófonos y un sensor del tiempo (que
parece una ranura para DVD) para medir la presión atmosférica, los niveles de
dióxido de carbono y la temperatura. Los robots usan wifi o una red de datos
inalámbrica para comunicarse entre ellos y con las personas que vigilan a
distancia los datos producidos por sus cámaras, micrófonos y demás fuentes.
El GPS y un instrumento de LIDAR ayudan a los
robots a moverse por el área y evitar los obstáculos cuando están patrullando.
Cuando se colocan en un lugar nuevo, como las instalaciones de Microsoft donde
estaban patrullando a principios de este mes, antes de que el cofundador y
director ejecutivo de Knightscope William Santana Li hablase en una conferencia
sobre tecnología, un humano con un mando a distancia inalámbrico muestra el
lugar al robot para establecer el área que patrullará y que conozca el entorno.
"Le das un mapa base y empieza a construir sobe eso", afirma
Stephens.
Knightscope
es una de las muchas empresas que se están dedicando a usar robots para asistir
en labores normalmente hechas por humanos (ver "Robots inteligentes junto a
trabajadores en fábricas de automóviles") o incluso
sustituirlos por completo (ver "De cómo la tecnología está
destruyendo el empleo"). Esta tendencia se acelera ahora que
los robots son cada vez más inteligentes, ágiles y adaptables a tareas
específicas. Y aunque la mayoría de ellos se dedica a trabajar en cadenas de
producción,
Knightscope
es de las pocas empresas que apuesta porque se puedan encargar de otras tareas.
Probablemente
Knightscope no sustituya a demasiados guardias de seguridad a corto plazo; en
Estados Unidos se contrataron más de un millón sólo el año pasado según uncálculo de la Oficina de Estadística del
Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Pero el salario medio de estos
guardias es más del doble que los 6,25 dólares (unos 5 euros) por hora que
Knightscope afirma que cobrará por sus robots, lo que podría tentar a algunas
empresas y colegios a probarlos al menos.
Los robots tienen una batería que puede durar unas
24 horas con una única carga, aunque se supone que el K5 lleva un control de la
batería que le queda y se traslada a una base de carga cuando lo necesita.
Tarda de 15 a 20 minutos en recargarse.
Aunque el K5 tenga un aspecto agradable y no lleva
armas, no admite bromas. Si te cruzas en su camino, se para en seco. Si lo
intentas parar, pasado un momento su alarma empezará a pitar al tiempo que
manda un aviso de nivel bajo al centro de control a distancia. Si sigues
molestándolo sonará una alarma ensordecedora y enviará otro aviso para que un
operador use el software de Knightscope para comprobar el estado de los
sensores, ver qué pasa alrededor del robot y hablar con quien pudiera estar
molestándolo.
Si necesitas asistencia y hay un robot cerca,
puedes apretar un botón que tiene en la parte superior de su cabeza para
llamar.
Stephens afirma que hay varias decenas de clientes
potenciales interesados por el robot, entre ellos muchas empresas de seguridad,
cansadas de que los guardas no duren demasiado en el trabajo. Knightscope
espera empezar a poner a trabajar robots en toda una serie de empresas en la
primera mitad del año que viene.
Además la compañía está convencida de que los
robots tendrán más aplicaciones que las de seguridad estándar. Por ejemplo,
Stephens sugiere una aplicación que permitiría a los estudiantes universitarios
solicitar la ayuda de uno de estos robots para recorrer el campus por la noche.
Pero Knightscope tiene muchos cabos sueltos que
atar, tanto tecnológicos como culturales, para que los roboguardias funcionen.
Para empezar, tienen que demostrar su eficacia durante un uso continuado y la
gente tendrá que sentirse cómoda en su presencia.
Los robots también tendrán que mejorar su
equilibrio. Mientras hablaba con Stephens, vi que en la distancia un K5 se
había caído de la acera al asfalto. Hicieron falta un par de empleados de
Knightscope para colocarlo de pie. Al contrario que los guardas de seguridad,
estos robots aún no pueden recomponerse si se caen.