Sin un
pan bajo el brazo
El vigilante no subrogado por
la empresa de seguridad, de 33 años, será padre en días "Esto es un
palo", dice Javier Pérez
Fuente:
ine.es - 11.03.2016 – M. MANCISIDOR
Javier
Pérez tiene 33 años. Es natural de San Fernando (Cádiz) y sus colegas
vigilantes de seguridad lo llaman de forma cariñosa "quillo". Es uno
de los más jóvenes de los trece guardias de seguridad que hace meses se vieron
inmersos en un conflicto laboral al entrar en concurso de acreedores la empresa
para la que trabajaban, Seguridad Empresarial Navarra.
Cuando Pérez vislumbraba
luz al final del túnel, la nueva adjudicataria del servicio de seguridad en el
área sanitaria avilesina, Prosetecnisa, decidió amortizar su plaza. La razón es
supuestamente económica. La firma aceptó el servicio a 16,27 euros la hora por
vigilante y por un periodo máximo de 58 días hasta que el Gobierno regional
adjudique definitivamente el contrato.
Javier Pérez.RICARDO SOLÍS
Pérez,
casado con una asturiana que le trajo a la "tierrina", está a punto
de ser papá de un niño que se llamará Mateo. "En solo unos días mi mujer
sale de cuentas", precisa este hombre, que considera "un palo"
la notificación de despido que prevé llevar al Juzgado al considerarla injusta.
Le avala el sindicato Comisiones Obreras, al igual que a otro vigilante que
verá recortada su jornada en un setenta por ciento. Llevaba trabajando en el
área sanitaria avilesina desde 2013. Era el que presentaba menos antigüedad de
los trece vigilantes que secundaron la huelga.
Ejercía en los centros de salud
y en la unidad de dispensación de metadona aunque también hacía horas en el
Hospital. Antes de llegar a este punto, Pérez ya vivió una situación similar.
Entonces, trabajaba en la Casa del Mar de Gijón como vigilante. "La
empresa que entró no nos subrogó. Denuncié y gané", explica. Ésa es ahora
su esperanza para darle a Mateo el futuro que se merece.