TRAGEDIA EN EL 'TXORI GORRI'
Segur
Ibérica hizo "caso omiso" a los avisos sobre el asesino de Marchante
El jefe de seguridad del
barco había enviado a la empresa varios informes negativos de su presunto
verdugo, Juan Antonio V. C., pero la compañía los ignoró.
Un día antes de la tragedia, Marchante
quiso retirarle el armamento a su subordinado al advertir "comportamientos
anormales" en él
Fuente:
estrelladigital.es - CARLOS LOSPITAO 12/04/2016 |
Juan
Manuel Marchante, el vigilante asesinado el pasado viernes en el atunero 'Txori
Gorri', había dado varios partes desfavorables de su presunto verdugo a su
empresa, pero Segur Ibérica "hizo caso omiso" a los mismos, según
aseguran fuentes de la familia del asesinado. Es más, un día antes de la
tragedia, el jefe de seguridad comunicó a sus superiores y al patrón del barco
la intención de retirar el armamento a Juan Antonio V.C. al advertir en él
"actitudes anormales", según afirma la misma fuente. La petición fue
recibida con indiferencia, igual que los anteriores partes de conducta.
Como ya
adelantó en exclusiva Estrella Digital, Segur Ibérica había rebajado
considerablemente los requisitos para entrar en la empresa porque los cuerpos
de élite que antes engrosaban las filas de la compañía se negaban a realizar un
trabajo tan arriesgado a cambio de una baja remuneración económica y unas
deficientes condiciones de habitabilidad y salubridad. Juan Antonio V. C.
aprovechó esa rebaja de las condiciones para embarcarse en el atunero en el
último periodo de navegación que está a punto de finalizar. Por su parte, la
compañía de seguridad privada defiende su proceso de selección a través de un
comunicado y afirma que "todos los trabajadores de Segur Ibérica cumplen
con los requisitos legales y normativa vigente".
Antes
de que se produjera el debilitamiento de las condiciones laborales era
necesario superar un curso de seis días para poder embarcarse en un atunero que
llevaba armamento como el empleado por las fuerzas armadas. Todos los
aspirantes debían superar test psicológicos, psicotécnicos, exámenes de
seguridad con armamento o seguridad en la mar. A pesar de ser considerado como
apto, cualquier mínimo fallo como mostrarse nervioso al coger un fusil de
asalto podría suponer el suspenso inmediato dado la exigencia del curso.
"Juan
Antonio V. C. sólo hizo un curso de 10 horas repartidas en dos días e impartido
por una administrativa de Segur Ibérica que no tenía ningún tipo de experiencia
ni conocimiento en armamento, munición y seguridad privada. No tuvo que
realizar ningún test psicológico ni psicotécnico y apenas efectuó una hora de
práctica de tiro. Ni siquiera tuvo que superar la analítica de estupefacientes",
denuncian fuentes de la familia del asesinado. Segur Ibérica no ha querido
atender las llamadas de Estrella Digital para conocer su versión sobre estos
fallos de seguridad.
No eran
amigos
A pesar
de las diversas teorías que apuntaban a una relación directa de amistad entre
Marchante y Juan Antonio, la familia asegura que la realidad es que se
conocieron a la hora de embarcar en el ‘Txori Gorri’ y que en ningún caso el
presunto asesino había sido infante de marina, según recalcan las fuentes
consultadas.
Las
versiones de lo ocurrido el pasado 8 de abril son múltiples y muy variadas. Se
ha especulado con una posible discusión entre ellos, pero fuentes familiares
niegan que existiera ningún tipo de rencilla previa al incidente que acabó con
la vida de Marchante. Lo que sí afirman es que el jefe de seguridad había dado
partes negativos de su supuesto verdugo y que la empresa “había hecho caso
omiso”.
También
se disparó la rumorología sobre las intenciones reales de Juan Antonio V. C.
tras asesinar a su jefe de seguridad. De hecho, y siempre según fuentes de la
familia de Marchante, el patrón del barco tuvo que esconderse porque Juan
Antonio V. C. lo amenazó con acabar con su vida cuando éste salió a cubierta
ante el ruido de los disparos. "Métete dentro o te mato", le advirtió
pistola en mano.
Actitud
desafiante
“El
tercer vigilante que estaba a bordo nos comenta que salió a pecho descubierto
sin ningún tipo de armamento para convencer a Juan Antonio de que dejara el
arma y se calmara. Según él, le notó muy nervioso y con la intención de
llevarse a cualquier persona por delante”, afirman fuentes de la familia. Tras
varios minutos de duda, el presunto asesino se dirigió a la cubierta de botes y
puso fin a su vida con un certero disparo, según la versión del tercer
vigilante de seguridad.
La
familia de Marchante también se queja amargamente del trato recibido por Segur
Ibérica: “La empresa se llena la boca diciendo que está haciendo todo lo que
está en su mano por la familia y lo mínimo que podría hacer era informarnos, y
es algo que no está haciendo”. La visión no es compartida por la empresa, que
alega en una nota que la atención a los familiares es "su prioridad".
Además "ruega" el máximo respeto por éstas últimas y por el resto de
trabajadores que siguen desempeñando su labor con dedicación y profesionalidad.
Por el
momento, los dos cuerpos de los fallecidos permanecen en las Islas Seychelles a
la espera de que un equipo forense español se traslade hasta el lugar de los
hechos para practicarles la autopsia. Los familiares no tienen ningún plazo
para la repatriación de los cuerpos.