¿Quién rompió los banquillos del Burladés?
· Un grupo de chavales se adentró una noche de verano al campo del Burladés. Poco después, el vigilante oyó unos ruidos "de golpes" y vio cómo todos huían. Los banquillos estaban rotos. El fiscal pide una multa de 3.240 euros para uno de ellos. El acusado lo negó ayer en el juicio.
EL vigilante de seguridad del campo de fútbol del Burladés dijo que esa noche escuchó "unos golpes" de que algo se estaba rompiendo. Cuando entró en las instalaciones vio a varios jóvenes que huían dispersos hacia el exterior, donde fueron alcanzados por la Policía Municipal de Burlada. Al día siguiente, las estructuras de metacrilato de los dos banquillos del campo amanecieron destrozadas. El Patronato de Deportes lo denunció.
De todos los chavales que aquella noche, el 3 de agosto de 2009, estaban dentro del campo, el fiscal acusa a uno de ellos (el único mayor de edad entonces) de un delito de daños. Pide para él una multa de 3.240 euros, y que indemnice al Ayuntamiento. El procesado negó ayer en el juicio las acusaciones. Dijo que los banquillos "llevaban rotos un año" y que, según le constaba, "aún seguían rotos". Sí reconoció que esa noche estaba en el interior de las instalaciones, pero que no rompió nada, que es de Burlada y nunca haría algo que perjudicara a su pueblo. Pide la absolución.
Uno a uno, cuatro de los chicos que aquella noche estaban con él fueron pasando ante el Juzgado de lo Penal nº 3 de Pamplona. Uno de ellos, de 19 años, había declarado a la policía que el acusado, junto a un menor, rompieron los banquillos. Pero ayer se desdijo: "Sí, cambio mi declaración. No recuerdo haberlo visto". La juez le interrumpió con severidad. "Le advierto de que está usted bajo juramento. Como denote el mínimo indicio de que está mintiendo le voy a abrir diligencias por falso testimonio". Con la voz más entrecortada, el chico siguió declarando: "En ningún momento vi romper nada, los dos se separaron del grupo, pero no puedo confirmar que rompieran el banquillo". Los otros tres amigos vinieron a decir lo mismo. Que se encontraban en las gradas y que el acusado y un menor bajaron a la pista. Pero que no vieron nada. "Sí oí ruidos, pero supuse que era la puerta al abrirla el vigilante", dijo una chica. "Ellos bajaron al campo, pero no vi a nadie romper los banquillos. Yo no oí ningún golpe ni ningún ruido", afirmó otro. El vigilante de seguridad, sin embargo, dijo que entró porque oyó unos golpes y vio los banquillos rotos.
La fiscal sostuvo que los hechos estaban muy claros, mientras que la defensa afirmó que no había pruebas: "Como era el único mayor de edad le ha tocado la china".