Lavacolla tiene menos seguridad privada pero paga lo
mismo a la concesionaria
La CIG denuncia que de las 70.188 horas
anuales que marca el contrato solo se cumplen 54.385
Fuente: ccaa.elpais.com - MARÍA PAMPÍN Santiago de
Compostela 29 JUN 2012 -
El servicio de
seguridad privada del aeropuerto de Santiago se mantiene con el mismo
presupuesto —solo actualizado por la subida del IPC— que Aena firmó con la
empresa Eulen a finales de 2009, sin embargo el número de horas de vigilancia
que deben cumplir está por debajo del acuerdo, según la denuncia de la central
sindical CIG. Los vigilantes, que se encargan del control de arcos de
seguridad, el acceso al área de embarque, el control de zonas restringidas y la
vigilancia del perímetro del recinto, han pasado de trabajar 164 horas al día
—equivalente al trabajo de 20 vigilantes— a 149 horas, atendiendo a las cifras
del sindicato. El presupuesto de licitación de Aena fija en 70.188 las horas
anuales de seguridad privada —entre los servicios de vigilante con arma, sin
arma y sin arma y con radioscopia (arcos de seguridad y rayos X)— pero
actualmente se cumplen 54.385.
Tras el
traslado a la nueva terminal de Lavacolla el pasado mes de octubre, Aena no
modificó el contrato de seguridad y siguió contanto con el mismo número de
vigilantes privados pese a que la superficie actual triplica la de la vieja
terminal, sitúada dentro del recinto aeroportuario y en la que solo trabaja el
personal del servicio de meteorología. En total, el acuerdo entre la unión
temporal de empresas de Eulen y Eulen Seguridad y Aena estipula que deben
mantener a 34 vigilantes —tres de ellos armados— pero entre las bajas y las
medias jornadas del personal no llega para cumplir el contrato, asegura la CIG.
Los partes de los vigilantes de los últimos meses recogen incidentes como robos
en las instalaciones del antiguo Aeroclub y “sabotajes” en en las vallas que
cierran el recinto aeroportuario. Para el gestor del aeropuerto estos accesos
sin autorización se produjeron en zonas que no están dentro del vallado y que
no son críticos para la seguridad del aeropuerto. “Faltan vigilantes en los
filtros de seguridad y el trabajo se multiplica, se producen colas y retrasos y
una mayor presión contra los vigilantes”, explica el secretario nacional de
CIG-Servizos, Paulo Rubido. La situación se complica a partir de las once de la
noche, indican los vigilantes, cuando un vigilante atiende a “18 monitores con
300 cámaras, 428 alarmas y 154 puertas de acceso” a pesar de que también tiene
que controlar los arcos de acceso. Ponen de ejemplo el caso de un vuelo
desviado desde Vigo la noche del pasado 15 de julio con destino Madrid: “El
control no se hizo conforme a la ley”. Sin un hombre y una mujer, como
corresponde, para hacer el control de acceso. La central sindical considera
además que en Lavacolla no se cumple con la normativa estatal que obliga a
dedicar a seguridad la tasa de 2,08 euros que se cobra a cada pasajero, ya que
el contrato se firmó por 1,2 millones de euros anuales. A razón de los
2.464.431 pasajeros que pasaron por Lavacolla en 2011, al sindicato no le salen
las cuentas. “La tasa que se cobra es casi el doble de lo que se gasta. Se está
cobrando una tasa para una finalidad, la de seguridad, que luego no se utiliza
y eso es muy cuestionable”, indica Rubido. La central sindical estudia la vía
jurídica que debe emplear para llevar a los tribunales a Aena por este motivo.
La CIG insiste en que el director del
aeropuerto, Luis Rey, “tiene conocimiento por escrito de la situación desde
hace tiempo”. “Y no recibimos contestación por su parte”, apunta Rubido. El
sindicato denuncia además que la situación se mantiene con la “complicidad” de
uno de los jefes de seguridad del aeropuerto, el mando de la Guardia Civil
Jesús Andrés de Parada.