La crisis llega a la seguridad privada, con un 10% menos de contrataciones
Los recortes de las administraciones y los
retrasos en los pagos comienzan a hacer mella en el sector
Fuente:
laopiniondemalaga.es – 3 diciembre 2012 -
JOSE TORRES
La crisis sigue su curso río abajo destruyendo todo lo que encuentra en el
cauce. Sin embargo, la fuerza de la riada es tal y se prolonga tanto en el
tiempo que la erosión hace mella en las orillas. En una de ellas se encuentra
la seguridad privada, un sector bien consolidado en la provincia pero que
comienza a resentirse tras tantos años de recesión.
Así lo dice el presidente de la Asociación Malagueña de Empresas de
Seguridad (AMES), Federico Sánchez, quien asegura que a este sector la crisis
no le ha afectado de lleno como a otros, «pero está durando tanto que ya
comienza a notarse coletazos». Según Sánchez, los principales problemas llegan
desde las administraciones porque los recortes se traducen en menos
contrataciones y en retrasos en los pagos a las empresas, provocando que éstas
también tengan que recortar y ajustar sus presupuestos.
La estimación de AMES revela que el pilar económico del sector son los
servicios prestados a las administraciones, que suponen entre un 35 y un 40%
del volumen de negocio del sector en la provincia, mientras que el resto lo
absorbe la venta de sistemas al comercio, a la industria y a los particulares.
Aún así, el sector resiste en cuanto que todavía no se ha producido una caída
importante en el número de empresas que se ven obligadas a cerrar en la
provincia de Málaga ni en el número de despidos. «En Málaga, más que empresas
se cierran delegaciones, pero donde estamos notando la crisis es en un sensible
descenso de las contrataciones», asegura el responsable de AMES antes de cifrar
esa bajada en algo más de un 10% en el último año.
Pero la crisis también se nota a otros niveles. «Menos pero se nota»,
apunta Federico Sánchez. El presidente de Asociación Malagueña de Empresas de
Seguridad se refiere a cómo todo el mundo se aprieta el cinturón y recorta,
aunque se da la paradoja que a mayor inseguridad más medidas se toman. «La
seguridad es un mal necesario. Hay de todo. Desde quien renuncia a ella porque
no llega, pero también hay muchos casos en los que es lo último gasto que se
quiere evitar», explica. El comercio y las familias es donde más dificultades
se detectan.