Para el universo económico
liberal, ese que
nos venden como la panacea todos los días, el caso del Cementerio de Deva, Gijón,
es el típico ejemplo de cómo las
políticas de austeridad son la única respuesta para asegurar a los ciudadanos un país atrofiado
administrativamente.
De paso, mostraría a
nivel nacional cómo, si a la destrucción de empleo propugnada por la Reforma Laboral se
le deja curso libre, no tan sólo no cumple con su finalidad de “saneamiento del mercado de
trabajo” si no que, por el contrario, en corto plazo genera más gastos de todo
tipo. Entre otras cosas, porque la madre naturaleza (que obviamente es más
sabia que los sabios que toman decisiones) no perdona las equivocaciones.
Así las cosas, merece la pena leer
el Caso del Cementerio de Deva, en el
cual, en resumidas cuentas, vemos una vez más como algunas mentes pensantes no
han calculado bien el resultado de sus decisiones porque han ignorado aquel refrán
que dice: “No vale la pena cambiar lo bonito por lo hermoso. Ni lo cierto por
lo dudoso….”.
Sin embargo, os aseguramos, que este
refrán y muchos otros, lo saben hasta
los jabalíes gijoneses quienes, aprovechando que la situación la pintaban calva,
han hecho su particular agosto…
Veréis. De acuerdo
con las noticias, con nocturnidad y
alevosía, los jabalíes se cuelan diariamente en el recinto para levantar el césped
y comerse las raíces escondidas entre la tierra. ¿Cómo?..¿Por qué?...Porque los
seis vigilantes de Sabico que hacían la labor de vigilancia en el campo santo
fueron “reemplazados” por un CCTV, cumpliendo con los objetivos planeados entre
el cliente y la propia empresa de seguridad…Seguramente, basándose en el proverbio
aquel que reza: “cuando las ganas
aprietan, ni los muertos se respetan…”
Por lo tanto, fruto
de esa “política económica mixta” - es decir, por un lado, de laxitud de la seguridad y por otro, la ortodoxia con según que gastos-, se
ve como cada semana en el Cementerio de Deva se constatan nuevos desperfectos que van más allá del césped, pues, los jabalíes
también han dañado algunas lápidas, etc.…Pero, sobre todo, los daños también son
morales… Como cuentan algunos afectados “Es muy duro ir a visitar a un familiar
fallecido y ver los desperfectos que han causado estos animales”…
Es indudable (para cualquier
persona razonable, claro está), que en lo relativo a la determinación de “quitar vigilantes”
habrá que hacer un ejercicio de “rebobinamiento” con el fin de dar una solución a los ciudadanos que merecen
un servicio de calidad. Ciertamente, somos conscientes que es un ejercicio difícil
por la falta de costumbre. Y, aprovechando la carrerilla, también sería útil que se empezara a reflexionar en que la INSEGURIDAD NO ES SÓLO una SENSACIÓN si no, algo mucho más importante….
¿es mucho esperar?... Aún así, ahí queda.