jueves, 20 de marzo de 2014

Aprobada la Ley de Seguridad Privada

CÁMARA BAJA
Aprobada la Ley de Seguridad Privada con más atribuciones para los vigilantes

Fuente: lainformacion.com - jueves, 20/03/14

El Congreso ha aprobado de forma definitiva el proyecto de Ley de Seguridad Privada, que permitirá aumentar las competencias de los vigilantes, aunque con límites, y regulará un sector en auge bajo los principios de complementariedad y subordinación a la seguridad pública.

El Congreso ha aprobado de forma definitiva el proyecto de Ley de Seguridad Privada, que permitirá aumentar las competencias de los vigilantes, aunque con límites, y regulará un sector en auge bajo los principios de complementariedad y subordinación a la seguridad pública.

A falta de la votación, que se producirá a final del pleno en torno a las cuatro de la tarde, el texto que ha llegado a la Cámara Baja ha incorporado en el trámite del Senado medio centenar de enmiendas al articulado, la mayoría de carácter técnico.

Entre los retoques dados al proyecto inicial destaca la limitación de los supuestos en los que los vigilantes pueden prestar servicio, de forma que no podrán asumir funciones en calles comerciales peatonales como la de Preciados, en Madrid, o las Ramblas, en Barcelona, como inicialmente estaba previsto.


Así, el texto salió de la comisión del Senado con una nueva redacción del artículo 41, el más criticado, para clarificar los trabajos que pueden desempeñar los vigilantes con o sin autorización de los órganos competentes.

De este artículo ya quedó excluida una de las atribuciones que suscitó más polémica: la que posibilitaba con autorización a las empresas privadas a vigilar "zonas comerciales peatonales" para concretar en el texto actual que esta actividad podrá realizarse en "parques o complejos comerciales y de ocio que se encuentren delimitados".

También varió el Senado la redacción que aprobó el Congreso sobre la potestad a los vigilantes de perseguir a los delincuentes "sorprendidos en flagrante delito aun cuando no guarden relación con las personas o bienes objeto de su vigilancia y protección".

Finalmente los vigilantes solo podrán detener a delincuentes y ponerlos a disposición de las fuerzas de seguridad cuando sean sorprendidos en flagrante delito "en relación con las personas o bienes objeto de su vigilancia y protección".

Los vigilantes podrán anotar los datos personales de esos detenidos pero, a diferencia del texto inicial, no podrán hacer averiguaciones sobre esos datos ni comprobarlos.

Unas modificaciones que no satisfacen ni al PSOE, Izquierda Plural, UPyD ni a PNV, que coinciden en que la ley pretende consolidar la seguridad privada en detrimento de la pública y abrir nuevos negocios a este sector en un asunto, la seguridad, que debe únicamente corresponder a las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Muy crítico se ha mostrado el portavoz de la Izquierda Plural Ricardo Sixto, para quien la supuesta modificación del polémico artículo 41 ha sido simplemente un "ejercicio de trilerismo gramatical" que no ha supuesto que los "campos de negocio sean cercenados ni limitados", pese a lo que se quiere hacer ver desde el PP.

En este sentido, para el diputado socialista Antonio Trevín el hecho de que el texto finalmente incluya la autorización para que los vigilantes presten determinados servicios, como la seguridad en el perímetro de las fronteras o su presencia en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), no significa nada porque esos permisos "se darán como churros".

"Necesitábamos una ley, pero no ésta", ha destacado Trevín, para quien el objetivo de la norma es aumentar "considerablemente" las oportunidades de negocio de las empresas privadas y "que el quiera seguridad se la pague".

Tampoco el PNV y CiU se han mostrado satisfechos con el texto, salvo en el punto que reconoce a País Vasco y Cataluña las competencias sobre el control o inspección de las empresas de seguridad y los despachos de detectives que operen en sus territorios.

"Tenemos nuestras reservas severas sobre la configuración de este proyecto que nos acerca peligrosamente a un estado policial", ha advertido el diputado nacionalista vasco Emilio Olabarria, que considera "muy perversa" la "interacción" de la norma hoy aprobada con la futura Ley de Seguridad Ciudadana.

Mientras, el portavoz de CiU Jordi Janè, ha vaticinado que la ley supondrá una "alteración del equilibrio" entre seguridad privada y pública, frente a la preeminencia que siempre debe existir de la segunda con respecto a la primera.

Y desde UPyD, su portavoz Toni Cantó ha dejado clara su oposición al texto que supone "una dejación" del trabajo del Estado a favor de las empresas privadas.


Frente a las críticas, el diputado del PP Conrado Escobar ha defendido que la norma no solo era necesaria, sino que además regulará el sector de forma más específica y siempre bajo los principios de "complementariedad" y "subsidiaridad" a la seguridad pública.

Respecto a la posibilidad de que los vigilantes puedan detener en la vía pública, Escobar ha sido contundente: "Las detenciones son las mismas que puede desarrollar cualquier ciudadano en virtud de la Ley de Enjuiciamiento Criminal".

EN SU ÚLTIMO TRÁMITE EN EL CONGRESO
PSOE, Izquierda Plural y UPyD, contra la ley que "privatiza la seguridad"

El PP defiende que la nueva Ley de Seguridad Privada ayuda a combatir "nuevas amenazas" y logra el apoyo parcial de CiU y PNV

MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

El PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y parte del Grupo Mixto han rechazado este jueves en el Pleno del Congreso la nueva Ley de Seguridad Privada que amplía las competencias de los vigilantes y que, según han denunciado, "privatiza la seguridad en detrimento de las Fuerzas de Seguridad del Estado".

La ley impulsada por el Gobierno sólo cuenta con el visto bueno de CiU y, parcialmente, el PNV, ya que ambas formaciones valoran su "escrupuloso respeto" a las competencias autonómicas, "garantizado" a través de diversas modificaciones introducidas durante el trámite parlamentario.

QUIEN QUIERA SEGURIDAD, QUE SE LA PAGUE

El resto de la oposición ha mostrado su rechazo a esta nueva Ley que modifica una anterior del año 1992 y que, a su juicio, se resume en que "quien quiera seguridad que se la pague", según ha advertido el diputado socialista Antonio Trevín, parafraseando a un delegado del gobierno de la era Aznar. "No todos los españoles van a tener a partir de ahora el mismo grado de seguridad", ha insistido el portavoz de Interior del PSOE en el Congreso.

Trevín ha denunciado que "la equidad vuelve a sacrificarse en España" para convertir la seguridad en "una oportunidad más de negocio". Según ha adelantado, esto llevará a que los ciudadanos tengan que acostumbrarse a partir de ahora a la presencia de seguridad privada en su "día a día" pese a que el Estado "carece de medios" para controlar los incumplimientos o violaciones de derechos de los ciudadanos en los que puedan incurrir los vigilantes o las propias empresas.

Los aspectos más polémicos de la nueva Ley son aquellos relativos a las nuevas competencias que se otorgan a los vigilantes y que el diputado socialista ha alertado de que, aunque en algunos casos requiera autorización previa, ampliará la presencia de seguridad privada en detrimento de las fuerzas del Estado. "Esas autorizaciones se van a dar como churros, se lo digo yo que fui delegado del Gobierno", ha asegurado evocando su etapa al frente de la Delegación del Gobierno en Asturias entre 2004 y 2011.

Pero además, ha denunciado que mientras la legislación no cuenta con medidas para combatir la "precarización laboral" que sufren los trabajadores de la seguridad privada y tampoco establece requisitos de formación profesional ni refuerza la formación continua.

HORARIOS ABUSIVOS Y RETRIBUCIONES MISERABLES

En este punto ha coincidido el diputado de Izquierda Plural Ricardo Sixto, quien ha recordado que la seguridad privada cuenta con más de 85.000 puestos de trabajo, "la mayoría en condiciones lamentables, horarios abusivos y retribuciones miserables".

Sixto ha lamentado que la seguridad quede reducida "a quien tenga dinero" y quien no sólo pueda recurrir a unas Fuerzas de Seguridad del Estado "cada vez más cercenadas". Y como ejemplo del "negocio" que supondrá para las empresas, se ha remitido a un contrato de vigilancia privada para el perímetro de instituciones penitenciarias por valor de casi 7,5 millones de euros.

Por su parte, el diputado de UPyD Toni Cantó, quien ha lamentado la "retirada del Estado" y ha exigido al Gobierno que, en vez de ampliar la presencia de seguridad privada, acometa un aumento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El texto también ha sumado el rechazo de ERC y Amaiur, formaciones muy críticas con las empresas de seguridad privada. "Fascistas con placa de vigilante podrán actuar como si fueran policías", ha denunciado la diputada de ERC Teresa Jordà, quien además ha alertado de que muchas de esas empresas están en manos de familiares de dirigentes del PP.

Por su parte, el PNV es crítico con la "complementaridad" que la nueva Ley da a la seguridad privada respecto a la pública en vez de "subordinación", aunque no rechaza de plano el texto por su respeto a las competencias autonómicas, según ha explicado el diputado Emilio Olabarria.

El diputado nacionalista vasco ha advertido de que, junto a la Ley de Seguridad Ciudadana en tramitación, "se está creando algo que se parece al Estado casi policiaco", ya que se expande la aplicación del "derecho punitivo".

También el diputado de CiU ha justificado el apoyo de su formación en el resto a las competencias que establece el Estatuto catalán. "Tal y como entró en la Cámara conculcaba la Constitución porque conculcaba el Estatut. Se han acordado unas enmiendas que hacen que el texto final sea muy distinto al que entró en octubre de 2013", ha argumentado.

MÁS Y MEJOR SEGURIDAD

El diputado del PP Conrado Escobar ha sido el encargado de defender el texto, que ha asegurado que garantiza "más y mejor seguridad para todos los españoles" permitiendo que los más de 80.000 empleos de seguridad privada "se aprovechen en seguridad de todos". "Los españoles tenemos las mejores Fuerzas de Seguridad del Estado del mundo y además uno de los mejores ratios de Europa. Pero no nos podemos quedar ahí, hay que salir al paso de nuevas amenazas", ha sostenido.

Escobar ha puesto como ejemplo los atentados del 11-S en Nueva York o los del 11-M en Madrid, que cree que demuestran la necesidad de "globalizar la seguridad y arrimar todos el hombro en necesidad del interés general".

Así, el diputado 'popular' ha rechazado las críticas de la oposición, "soflamas sectarias y retorcidos argumentos radicales e inmovilistas", y ha insistido en que la nueva legislación abre la puerta a un modelo de seguridad pública que aprovecha "el potencial" de la seguridad privada "desde la preeminencia del Estado".
APOYO DE PP, CIU Y, PARCIAL, DEL PNV
Vía libre del Congreso para aplicar la Ley de Seguridad Privada, que amplía las competencias de los vigilantes
No podrán patrullar por zonas comerciales peatonales, pero sí vigilar las cárceles, centros de extranjeros o parques comerciales y de ocio

MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Congreso ha dado este jueves el visto bueno definitivo a la nueva Ley de Seguridad Privada, que amplía las competencias de los vigilantes y les habilita para nuevas funciones como el control del perímetro exterior de las cárceles y centros de internamiento de extranjeros o la "participación en la prestación de servicios encomendados a la seguridad pública, complementando la acción policial". Para su entrada en vigor, ya sólo resta su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El texto ha sido aprobado definitivamente con las enmiendas introducidas durante su paso por el Senado, que han contado con el apoyo de PP, CiU y, parcialmente, PNV. El resto de grupos parlamentarios rechazan de plano la nueva legislación, que consideran que "privatiza la seguridad en detrimento de las Fuerzas de Seguridad del Estado".

Los aspectos más polémicos de esta nueva Ley de Seguridad Privada son los referidos a las competencias que otorga a los agentes de seguridad privada en su artículo 41. Tras los acuerdos alcanzados por PP y CiU en el Senado, finalmente los vigilantes no podrán patrullar por las zonas comerciales comerciales.

Sin embargo, sí se mantienen el resto de funciones que figuraban en el redactado original, de manera que los agentes de seguridad privada podrán hacerse cargo del control del perímetro exterior de las cárceles y los centros de extranjeros.

También, con autorización previa, los agentes jurados podrán vigilar polígonos industriales y urbanizaciones (incluidas sus vías o espacios de uso común), complejos o parques comerciales y de ocio que se encuentren delimitados así como acontecimientos culturales, deportivos o cualquier otro evento de relevancia social que se desarrolle en vías o espacios públicos o de uso común.

PODRÁN DETENER Y ANOTAR DATOS PERSONALES

Otro de los puntos de la Ley que ha provocado más debate durante su tramitación parlamentaria es el relativo a la potestad de los vigilantes para detener a ciudadanos que hayan cometido un delito. Tanto el Ministerio del Interior como el PP han defendido que las competencias de los vigilantes de seguridad privada para detener son las mismas con las que cuenta cualquier otro ciudadano desde la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882, según la cual, cualquier ciudadano puede detener a otro si le descubre cometiendo un delito, si se ha fugado de prisión o si se encuentra huido de la Justicia.


El texto final aprobado este jueves por el Congreso mantiene la potestad de los agentes de seguridad privada para practicar detenciones en el ejercicio de su labor, así como anotar datos personales de los delincuentes para trasladarlos después a las autoridades. Sin embargo, no les permite averiguar o comprobar estos datos, como figuraba en el texto inicial y que fue modificado durante su tramitación en el Senado.