Fuente:
diariojaen.es - Rafael Abolafia - 27
Septiembre 2014
La
Audiencia Nacional ha confirmado una sanción de 30.051 euros a una empresa de
seguridad, ubicada en Linares, por intrusismo. En concreto, utilizó vigilantes
que no contaban con la homologación adecuada para custodiar recintos en los que
se estaban realizando peligrosos trabajos de demolición.
Los hechos
se remontan al 2 de diciembre de 2010, cuando la Policía hizo una “visita” a la
obras, ubicadas en la Estación Linares-Baeza. Los agentes accedieron de noche
el lugar, compuesto por dos recintos perfectamente vallados y delimitados. En
el primero, se guardaban materiales y máquinas de gran tonelaje. Los policías
se toparon con un vehículo junto a la verja y, pocos metros después, una caseta
iluminada y varios focos que alumbraban toda la zona. El vigilante estaba en el
interior.
En el
segundo recinto, el “guarda” de seguridad estaba haciendo una ronda. Vestido
con un chaleco reflectante, se limitaba a dar paseos. “No portaba herramienta
alguna ni realizó otra actividad”, señala la sentencia. Tras un periodo de
vigilancia, los policías se le acercaron y se identificaron. Le pidieron que
les dejara entrar en la obra, a lo que el hombre se negó, alegando que sus
superiores se lo tenían prohibido.
Lo que sí hizo fue llamar al responsable de
su empresa para informarle de que habían recibido la inspección de la Policía.
Poco
después, los agentes se desplazaron al otro recinto. Para entonces, todas las
luces habían sido ya apagadas. Pese a que hicieron todo tipo de señales
acústicas y luminosas, nadie contestó. Diez días más tarde, llamaron a declarar
a los dos trabajadores. El que no contestó dijo que no oyó los requerimientos
que le hicieron porque estaba escuchando música con los cascos puestos mientras
almacenaba chapas.
Para la
Justicia está claro que ambos hombres estaban realizando labores de vigilancia
privada sin estar habilitados para ello. Por esa razón, su empresa, con sede
social en Linares, fue sancionada con 30.051 euros por una infracción
considerada muy grave. A pesar de que se trata la cuantía mínima para este tipo
de faltas, la firma la recurrió ante la Audiencia Nacional, que ahora acaba de
confirmarla íntegramente.
El
intrusismo es uno de los grandes problemas del sector de la seguridad privada.
Para ser guardia es necesario superar una formación en un centro reglado. Y,
después, hacer un examen que hace el Ministerio del Interior, que incluye
conocimientos y pruebas físicas. Solo quien cumple estos requisitos puede
llevar el uniforme, la porra y los grilletes y lucir la placa blanca con letras
en rojo.