Ya sabéis que la Presidenta del Grupo Seguriber,
Mónica de Oriol e Icaza, no tan sólo es reconocida por sus polémicas
declaraciones que de tanto en tanto nos “regala”, sino que también es conocida
por su profunda fe religiosa. Así las cosas, hace ya tiempo declaraba ser
una persona muy fetichista. 'Me
encanta tener cerca a la Virgen, la tengo al lado para que me ayude a controlar
la situación. Le hablo y le cuento lo que me pasa'. (belt.es)
Muchas conversaciones habrá tenido, desde entonces, para que de alguna manera se
haya convencido que el ideal es el alumbramiento espontaneo por obra y gracia
del Espíritu Santo o que vengan directamente de Paris...lo que sea. Porque lo
contrario representa “un problema” para el empresario según sus recientes
declaraciones…Curioso,… porque siendo rigurosas, es el mismo Dios en el que
ella cree, el que diseñó el sistema para que siempre opere de ese
modo con embarazos de nueve meses y periodos de lactancia incluidos…ah…y niños
que se enferman de vez en cuando.
No siendo ni siquiera coherente
con los mandatos divinos, lo cierto es que Mónica de Oriol prefiere contratar “una mujer de más de 45 años
o de menos de 25, porque como se quede embarazada nos encontramos con el
problema". Unas
afirmaciones especialmente llamativas si se tiene en cuenta que son
numerosas las vigilantes que trabajan en su empresa a las cuales la maternidad
no les ha impedido dejar de ser laboralmente capaces y que además han aportado
calidad y valor añadido a Seguriber lo que ella ha rentabilizado con mucha
alegría hasta ahora.
No obstante, no son
precisas sesudas reflexiones para entender que, con estas declaraciones,
Mónica de Oriol se ha metido en un charco ella solita de difícil solución.
Máxime cuando hasta sus amigos neoliberales han corrido a tacharla de ser
una empresaria insensible, falta de inteligencia empática y emocional e incluso
carente de visión de futuro. Aunque, -para que hablar sin tapujos-, algo se
sospechaba en el sector analizando sus declaraciones en favor de la
contratación de extranjeros no comunitarios: ¨el
inmigrante que tiene más ganas y necesidad de trabajar viene sin familia y sin
horarios fijos y el sueldo en proporción a su país es digno”. (belt.es). Si
es que la lideresa nunca ha creído en el valor de la familia ni como base de la
formación cristiana…
En fin. Evidentemente, la cosa está que arde porque, una
vez analizadas sus declaraciones, se mire por donde se mire, constituyen una
discriminación directa por razón de sexo tal cual lo establece el artículo 6 de
Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres donde se dice
claramente que es la situación en que se encuentra una persona que sea, haya sido o
pudiera ser tratada, en atención a su sexo, de manera menos favorable que otra
en situación comparable
O sea, el asunto es gordo, gordísimo, en tanto
en cuanto, las discriminaciones por razón de sexo están
prohibidas por el Art 14 de la CE y el Art 17.1 del ET que
establece la igualdad de trato (ausencia de discriminación) en la fase de
acceso al empleo, esto es, en los momentos previos a la
contratación laboral.
¿Cómo lo apañará la lideresa de Seguriber? Porque si escuchamos las declaraciones el asunto
no admite dudas... existe clara reticencia a contratar a
mujeres de determinadas edades pues cabe la posibilidad de que sean
madres y se acojan a reducciones de jornada y si nos vamos a la jurisprudencia
del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, encontraremos un caso igualito al de Mónica de Oriol, donde un empresario
manifestó públicamente en una entrevista que no contrataba ciertos trabajadores ( Sentencia de 10 de julio de
2008, C-54/07, asunto Feryn), en el que se dictaminó
que este tipo de declaraciones «bastan para presumir la existencia
de una política de contratación directamente discriminatoria» y
que «declaraciones de esa clase pueden disuadir firmemente a
determinados candidatos de solicitar el empleo y por tanto
dificultar su acceso al mercado de trabajo».
Pero no
acaba aquí la cosa
porque además, «la existencia
de tal discriminación directa no requiere que haya un denunciante identificable que alegue haber
sido víctima de tal discriminación». Es decir, un sindicato o
cualquier entidad similar podría interponer una demanda contra Mónica de Oriol
y la Inspección de Trabajo podría actuar de oficio y llegar a imponerle una sanción de como mínimo 6.251 euros.
Suponemos que como es
su costumbre, Mónica de Oriol, comentará sus dificultades con la Virgen…y
quizás esta vez la Virgen le aclare que por ese camino es más fácil “que un
camello entre por el ojo de una aguja, que un empresario de seguridad entre en
el reino de los cielos”…
Y que nadie se llame a engaño… las
vigilantes también estamos rezando para que se produzca el milagro: una
regeneración profunda e integra de la dirigencia empresarial que hasta el
momento nos tiene amoratadas por los golpes a nuestra dignidad de trabajadoras.
Rezamos por esa nueva generación de empresarias, de cuyo ingenio dependerá en
gran medida el futuro de todas, con ideas osadas capaces de competir en el
mercado sin degradar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras.
Capaces de dar cabida a las mujeres en un sector donde, de por sí, estamos sub
representadas y discriminadas. Amén…