La sentencia considera a A.F.G. autor de dos
faltas de amenazas por los que le impone sendas multas de 20 días a razón de
tres euros al día, y de un delito de atentado ya que "acometió al
agente"
EUROPA PRESS 2 julio 2015
El Juzgado de lo Penal 1 de Almería ha
condenado a cuatro meses y 15 días de prisión a un vecino de Almería que
amenazó a dos guardias de seguridad del complejo hospitalario de Torrecárdenas
de la capital al que había acudido para ser atendido al percatarse de que ellos
habían dado aviso a la Policía Nacional debido al comportamiento que estaba
teniendo su esposa en el Área de Urgencias.
Dos días después, insultó y lanzó un
puñetazo a un agente de Policía Nacional en las dependencias de la Comisaría, a
las que acudió, en estado de embriaguez, porque habían detenido a su mujer y se
encontraba en los calabozos. Entró, "desafiante y con violencia", al
grito de: "cobarde, maricón, cabrón inútil, que me detengas" y, a
continuación, lanzó un puñetazo que esquivó el funcionario.
La sentencia, consultada por Europa Press,
considera a A.F.G., de 48 años, autor de dos faltas de amenazas por los que le
impone sendas multas de 20 días a razón de tres euros al día, y de un delito de
atentado ya que "acometió al agente para así lanzarle un puñetazo cuando
este intentaba calmarlo", por el que le condena a cuatro meses y 15 días
de prisión. Le aplica, en este caso, la eximente incompleta de embriaguez y la
agravante de reincidencia ya que tiene antecedentes por hechos similares.
Según recogen los hechos probados, el
acusado se encontraba a las 15,30 horas del 19 de mayo de 2015 en Torrecárdenas
para ser atendido médicamente y, cuando se percató de que los vigilantes de
seguridad daban aviso por la conducta que mantenía su esposa en el centro, se
acercó a una de ellas y le dijo "con ánimo de atemorizarla":
"Como mi mujer no duerma en casa esta noche, yo no amenazo como ella, yo
actúo".
Para "dar más veracidad" a la
amenaza, según remarca el magistrado Luis Columna, le recordó que hacía un año
había sido víctima de una agresión en su puesto de trabajo y le dijo: "tú
eres la que te pegaron una paliza y te conocemos todos". La misma amenaza
se la repitió a su compañero.
A.F.G. se personó dos días después, de
madrugada, en la Comisaría Provincial, donde su esposa estaba detenida, y
consumó el atentado contra el agente aunque lo hizo tras una "ingesta de
alcohol que limitaba de forma considerable su capacidad de discernimiento
aunque no llegaba anularla".
El magistrado califica las amenazas como
falta ya que, pese a que reconoce la gravedad por el recinto hospitalario en el
que se realizaron, "son de poca intensidad". El fiscal solicitó tres
años de cárcel por el atentado y dos años de prisión por cada amenaza, que calificó
de delitos.