Los empleados de seguridad
piden cobrar un plus de peligrosidad por las situaciones de riesgo que viven a
diario
Fuente:
diaridetarragona.com - 20/11/2015 - Joan Morales |
Seguro
que recuerdan un incidente que ocurrió el pasado mes de julio en un tren que
estaba a punto de parar en la estación de Reus. Cuatro jóvenes acabaron
agrediendo a un vigilante de Renfe, después de que este interviniese ante la
negativa de los adolescentes a enseñarles el billete, activaron el freno de
mano del convoy y después huyeron apedreando el tren. Los cuatro jóvenes, dos
de ellos menores de edad, fueron detenidos días después por los Mossos
d’Esquadra.
Este
incidente, que tuvo repercusión mediática por el hecho de que un pasajero lo
grabó, no fue un hecho puntual, tal y como denuncian un par de vigilantes de la
empresa LPM, contratada por Renfe, para reforzar la seguridad en el interior de
los trenes que cubren trayectos de la provincia de Tarragona. Estos dos
vigilantes de seguridad, que prefieren mantener su nombre en el anonimato por
miedo a sufrir represalias laborales por parte de la empresa, explican al Diari
que «nos enfrentamos cada día a situaciones de riesgo, por las que no nos
pagan. Tenemos una nómina de 920 euros al mes, sin plus de peligrosidad, que en
el mejor de los casos puede llegar a los 1.200 euros. Pero no se nos paga por
todo lo que hacemos».
Estos
empleados que a diario se suben en los trenes que cubren el trayecto entre Reus
y Vilanova i la Geltrú también se quejan de que «no tenemos medios para
desarrollar nuestro trabajo en condiciones. No tenemos ni chalecos de
seguridad, ni guantes anti-corte. Vamos con una simple defensa de 50
centímetros con la que tenemos que enfrentarnos a situaciones de riesgo».
Escoltas
Respecto
al tipo de servicio que realizan también aseguran que «no hacemos vigilancia en
los trenes, sino de escoltas de los interventores, que también están amenazados
por gamberros que van sin billete». Es por ello que también reclaman que
«cuando estemos en trenes dobles deberíamos ir dos parejas de vigilantes, para
estar más seguros».
Entre
las situaciones a las que se enfrentan cada día los vigilantes de seguridad de
los trenes, la de las personas que viajan sin billete es una de las más
repetidas. «He visto a personas ponerse muy agresivas por no pagar los dos
euros que cuesta un billete», comenta uno de estos vigilantes, quien añade que
«cuando el revisor nos requiere porque encuentra a alguien sin billete, muchos
se ponen agresivos. Además, muchas personas se niegan a identificarse si les
pedimos el DNI porque dicen que no somos agentes de la autoridad. Están
equivocadas porque dentro del tren sí que podemos hacerlo». El pan nuestro de cada
día también son los robos que se producen en el tren. Según estos vigilantes
«básicamente son móviles, ordenadores, tablets, etc. Sin olvidarnos de los
carteristas que aparecen, especialmente durante los meses de más presencia
turística».
Los
actos de incivismo también están a la orden del día, como la pintada de
grafitis, o la presencia de «bandas de jóvenes que se mueven con mucha
facilidad de una población a otra y que en el tren molestan al resto de
pasajeros, llegando incluso a amenazarlos».
Poca
formación
Ante
este panorama, estos dos vigilantes de seguridad también aprovechan para
recordar que «la formación que tienen muchos de nuestros compañeros es escasa,
y la empresa no hace nada al respecto, ni cursos de reciclaje, ni de formación,
ni nada». Por todos estos motivos, estos dos trabajadores tienen muy claro que
«el trabajo que hacemos, para nada, está pagado. Estamos haciendo en los trenes
la labor que debería hacer la policía».
El
Diari contactó ayer con la empresa de seguridad LPM para intentar conocer su
opinión sobre las quejas de los trabajadores sin obtener respuesta.