lunes, 11 de enero de 2016

Cuatro encapuchados asaltan una chatarrería, agreden al vigilante y huyen en su coche

Robo
Huyen con el coche del guardia tras desvalijar una chatarrería de Pozo Estrecho


Empotran una carretilla elevadora contra la puerta de la oficina de la empresa para llevarse dos ordenadores y cerca de mil euros

Fuente: laopiniondemurcia.es - 09.01.2016 - ANTONIO GONZÁLEZ

El guardia de seguridad que cada noche vigila el centro de reciclaje Hermanos Inglés de Pozo Estrecho se encontraba subiendo las escaleras de su garita cuando cuatro encapuchados se abalanzaron sobre él. Los hechos ocurrieron minutos después de las nueve de la noche del jueves. Los atracadores aprovecharon que el último trabajador de la empresa se había marchado instantes antes para irrumpir en el recinto y golpear al sereno.

Así dejaron la puerta de la oficina de la empresa cartagenera. L. O.

«Eran cuatro hombres, tres tenían acento árabe y uno era latino. Al vigilante le dieron con un tubo en la espalda y en la pierna para reducirlo, pero está bien porque sólo han sido contusiones», relató ayer uno de los responsables del centro de gestión de residuos. Asimismo, esta persona apuntó que «iban armados con una pistola y una escopeta», y también manifestó que «encañonaron a nuestro empleado de seguridad para que no se moviera».

Con el vigilante ya fuera de combate, los malhechores iniciaron su aparatoso plan para derribar la puerta de hierro -similar a la de una celda carcelaria- que impedía su acceso al interior de las oficinas de la chatarrería. Para abrirla optaron por usar una carretilla elevadora, la cual empotraron contra la puerta hasta dejarla reventada por completo.

Una vez dentro, la banda de asaltantes cogió dos ordenadores y una máquina expendedora de dinero. En el negocio utilizan este aparato, muy similar a las de tabaco, para pagar y cobrar a sus clientes. Esto sirve para centralizar la caja y que los empleados no manipulen el dinero directamente. En cuanto al relato de los hechos: una vez que sacaron a pulso la máquina de la oficina, la cargaron en el maletero del coche del propio vigilante de seguridad. En la grabación de las cámaras del local se observa cómo los atracadores tienen dificultades para introducir el cajero dentro del utilitario de la marca Fiat propiedad del sereno. El aparato no cabía.

Los ladrones huyeron en el coche del vigilante con un botín de cerca de mil euros. La Guardia Civil encontró el vehículo horas más tarde en un paraje situado en el mismo pueblo, a escasos cuatro kilómetros del escenario del atraco. Los dueños de la citada chatarrería destacaron la celeridad con la que actuaron las fuerzas del orden. Pese a su rápida intervención, ayer a última hora de la tarde aún no se conocía el paradero de los atracadores.

Cuatro encapuchados asaltan a punta de pistola una chatarrería, agreden al guarda y roban mil euros

Los ladrones, buscados por una ola de atracos en la comarca, encañonaron al vigilante y reventaron la puerta con una elevadora en Pozo Estrecho

Fuente: laverdad.es - 9 enero 2016 - J. A. G. | CARTAGENA

Una banda de ladrones, de la que se teme que en cualquier momento use sus armas de fuego, volvió a dejar claro el jueves por la noche por qué se ha convertido en el enemigo número uno de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado en la comarca de Cartagena.

Cuatro de los cinco componentes del grupo, que hace unas semanas atracaron un salón de juegos en Los Dolores, asaltaron un almacén de chatarra situado en Pozo Estrecho y robaron una máquina expendedora con mil euros en su interior. Lo hicieron tras golpear al vigilante de seguridad y reventar la puerta de la oficina con una máquina elevadora.

Los hechos ocurrieron a las nueve de la noche, cuando los empleados de Hermanos Inglés habían salido. «Cuatro hombres con guantes y pasamontañas saltaron la verja, se acercaron por la espalda al guarda, le dieron con una barra de hierro en la cabeza y le golpearon en las piernas. Lo encerraron en la garita y le exigieron las llaves de la oficina», dijo el gerente, Antonio Inglés. Y precisó que uno tenía acento latino y otros árabe, y que hablaban entre sí en español.


Al ver que el guarda no tenía las llaves, destrozaron la puerta. Sonó la alarma, pero les dio tiempo a llevarse una máquina expendedora valorada en 9.000 euros y dos ordenadores portátiles, y a huir en el coche del vigilante, que abandonaron en una finca cercana, donde presuntamente les esperaba el quinto miembro de la peligrosa banda.