El
ladrón de solomillos de Palma
La Audiencia Provincial
condena a medio año de cárcel a un hombre que trató de apoderarse de seis
solomillos en un supermercado de la ciudad ocultándolos en la bandolera que
llevaba
Fuente:
diariodemallorca.es/B. Palau Palma 07.06.2017
Se
apoderó de seis solomillos del supermercado y los metió en la bandolera que
llevaba. Se hizo el despistado para llevarse la carne sin pagar, pero el
vigilante de seguridad le descubrió a la salida del establecimiento y lo
interceptó. El ladrón de solomillos de Palma, al verse sorprendido, se negó en
rotundo a mostrar al profesional el contenido de la bandolera. Trató de huir
con el botín cárnico a cuestas y agredió al vigilante, pero no tuvo éxito. La
Audiencia de Palma le ha condenado a seis meses de prisión por un delito de
robo con violencia en grado de tentativa.
El
tribunal de la sección segunda le ha rebajado la pena medio año al estimar
parcialmente el recurso de apelación interpuesto por su defensa al considerar
que se trató de un robo de menor entidad. Inicialmente, el acusado fue
condenado por un juzgado penal de la ciudad a un año de cárcel, así como a
indemnizar al vigilante perjudicado con 200 euros por una falta de lesiones.
Además, se le impuso la medida de prohibición de aproximarse a menos de 200
metros del supermercado en el que actuó, que está situado en la calle Manacor,
de Palma, durante un año y seis meses. Ahora, la Audiencia Provincial ha
reducido la condena y ha fijado medio año de prisión.
Según
se declara probado, el sospechoso accedió al centro comercial de la calle
Manacor, sobre la una menos cuarto del mediodía del pasado 9 de mayo de 2015.
Una vez dentro del local, intentó robar seis solomillos valorados en 48,18 euros
y los introdujo en la bandolera que portaba. El hombre pretendía llevarse el
género sin pagar, pero fue sorprendido por un vigilante a la salida del
establecimiento. Cuando le llamó la atención, no quiso enseñar que llevaba en
el bolso y trató de darse a la fuga atacando al profesional. Le causó lesiones
leves que requirieron una primera asistencia facultativa y tardaron en curar
cinco días.
El
acusado no compareció en el juicio y no quedó acreditado ni el estado de
necesidad ni la legítima defensa que alegó su abogado. El tribunal da la razón
al magistrado que dictó la primera sentencia y destaca que sus fundamentos
fueron acertados, si bien sí que consideran que el robo fue de menor entidad.
Por ello, le rebajan la pena en un grado al encausado. La sala tiene en cuenta
que los hechos ocurrieron en un centro comercial, la persona afectada es una
persona que puede defenderse, lo sustraído tiene escaso valor, el acusado actuó
solo y las lesiones causadas fueron livianas.