Así
malviven los más de 1,2 millones de personas con empleos precarios
Vigilantes de seguridad,
repartidores a domicilio e incluso informáticos se incluyen entre las diez
profesiones con peores condiciones laborables
Fuente:
diariovasco.com/LUCÍA PALACIOS MADRID/29 octubre 2017
Enfermo,
apaleado y divorciado. Así es probable que termines solo por desempeñar un
oficio: el de vigilante de seguridad, que se ha convertido en uno de los más
precarios del país, un colectivo con una plantilla de más de 123.000 personas
que este verano copó la actualidad por la huelga que protagonizaron en el
aeropuerto de Barcelona. Pero como ellos, son muchos -más de 1,2 millones de
personas solo en diez profesiones- los que trabajan en condiciones ínfimas y
con salarios muy bajos, más si se tienen en cuenta los peligros que pueden
acecharle a uno en el desempeño de su jornada laboral, como las palizas que de
cuando en cuando sufren los vigilantes de metro por parte de algún grupo
violento o el riesgo que asumen los que velan por instituciones amenazadas por
el terrorismo.
Esto es
lo que denuncia uno del gremio, Óscar Verdura, que esta misma semana se
manifestó junto a decenas de compañeros en la céntrica plaza de Atocha para
reivindicar unas condiciones más dignas: «La gente trabaja 12 horas seguidas
para poder ahorrarse el transporte y hace todas las extras que puede porque los
salarios son tremendamente bajos.
Tenemos un índice de conciliación cero y un
nivel de divorcios que supera con creces al de otros colectivos. Te destrozan
la vida...». Verdura explica además que por convenio tienen cercenado el derecho
a huelga y también por ley se establece que no pueden abandonar su puesto de
trabajo hasta que no llegue el reemplazo; de lo contrario, sería delito. «Y
todo esto, ¿para qué? Si voy a ganar menos de 1.000 euros al mes [concretamente
1.122 euros brutos al mes de inicio, según recoge el convenio] y voy a echar
más horas que un reloj. No compensa», asegura este vigilante de seguridad
privada.
Precariedad
femenina
72% de
los contratos firmados a tiempo parcial son para mujeres, de los cuales más de
la mitad no son deseados.
80% de
la temporalidad recae también sobre ellas en unos sectores como las camareras
de piso o teleoperadoras que están muy feminizados, según datos de CC OO
Menos
todavía gana Maite Méndez, auxiliar de ayuda a domicilio, otra de las
profesiones más precarias del actual mercado laboral y que cuenta con más de
220.000 trabajadoras, según un informe de CC OO. «Concretamente mi sueldo bruto
mensual son 850 euros, pero a mi casa entran 700 euros», explica. Bien es
verdad que, al igual que el 90% de los trabajadores de este sector -que se
ocupan de atender a los dependientes en su casa-, tiene una jornada parcial.
Pero ella casi que es una afortunada porque en su contrato figuran 30 horas,
frente a las 36 que se establece para la jornada completa. «Si mi sueldo es
precario, el de la mayor parte de mis compañeras no tiene nombre», se lamenta,
al tiempo que denuncia que se hacen muchas horas extras que no se las pagan.
CC OO
lanza una campaña para denunciar salarios de 5 euros la hora y reivindica un
mínimo de 8 euros
El
trabajo de Dani es entregar la comida en el domicilio del cliente en un tiempo
récord. De día o de noche, haga un sol asfixiante o diluvie... debe estar
siempre disponible para salir corriendo con su moto. Y todo por un sueldo
mísero de 5,35 euros brutos por hora. Al final, la remuneración media como
mucho suele estar en los 300 euros al mes por trabajar 15 horas a la semana.
Pero, eso sí, cuando te digan, porque debes estar siempre a punto para la
empresa, con lo que se hace difícil compatibilizar esta actividad con otra o
con cursar unos estudios.
«La
mayoría de los jóvenes que vemos en bici por las ciudades repartiendo comida
están en el limbo laboral», denuncia Vicente Sánchez, secretario de la
Federación de Construcción y Servicios de CC OO, que explica que los
profesionales de la comida rápida y a domicilio son los que menos cobran del
sector de la hostelería -que de por sí ya tiene sueldos bajos- y tienen un
nivel de parcialidad del 90%. Asimismo, se dan muchos contratos fraudulentos,
ya que trabajan más horas de las que firman y no se cotizan a la Seguridad
Social.
Afecta
al 7% de ocupados
Además
de los vigilantes de seguridad, las auxiliares de ayuda a domicilio, los
profesionales de comida rápida o los repartidores a domicilio, hay otras seis
actividades que CC OO denuncia como las más vulnerables del mercado laboral en
la segunda fase de la campaña Precarity War que ha lanzado recientemente. Se
trata también de los dependientes, promotores de productos y reponedores,
trabajadoras del hogar, auxiliares de servicios... u otras todavía más
contradictorias si cabe como los trabajadores del Estado, los informáticos y
los consultores, que pese a estar más que cualificados con licenciaturas de las
más demandadas, ingresan entre 10.500 y 13.500 euros brutos al mes. Todos ellos
suman más de 1,2 millones de empleados, el 7% del total de ocupados, donde «la
precariedad laboral está más presente que nunca», a juicio del sindicato, que
ha puesto a su disposición una página web (www.precaritywar.com) para que
puedan dejar sus testimonios, recibir consejos y unirse a esta lucha.
Para
evitar que la peor cara del mercado laboral se extienda aún más, CC OO se ha
marcado el objetivo de que la negociación colectiva fije sueldos mínimos de 8
euros la hora, frente a los 5,35 euros que cobran algunos de estos
profesionales. «El salario mínimo en los convenios tiene que estar en torno a
los 14.000 euros anuales. Es lo justo», defiende José María Martínez,
secretario de la Federación de Servicios del sindicato, que culpa a la reforma
laboral de esta devaluación de derechos y de salarios y a la proliferación de
las empresas multiservicios. Y quienes más sufren sus efectos son los jóvenes y
las mujeres, que firman el 72% de los contratos parciales, de los cuales más de
la mitad no son deseados, según datos de CC OO. También sobre ellas recae un
porcentaje mayor de temporalidad: un 80%.