Empezamos con los “sin
chapa”, luego con las empresas “ilegales” para
terminar con los “auxiliares”. Es decir, si nos ceñimos a los hechos más
recientes, no cabe duda que los
problemas de “intrusismo” a los que se enfrenta el sector de la seguridad privada,
sólo pueden ir a más en el futuro inmediato. Y si a ello añadimos el impacto adicional del pasotismo de la Administración a la hora de contratar
servicios de seguridad, el cóctel para el desastre económico en el bolsillo de
los vigilantes está servido.
En este escenario y con las “lentejas” cada vez tocando a menos, lo que resulta
más chocante e insultante, es que aquellas mismas empresas que apelan específicamente a
la “competencia desleal”, como el primer factor para justificar el
descuelgue salarial del convenio estatal, utilicen disimuladamente la
misma estrategia: “la marca blanca”. O sea, la empresa de auxiliares de su
propia casa para reemplazar a los vigilantes e ir a la baja en las
licitaciones. Las gallinas que entran por las que salen, como se dice por ahí,
que mañana Dios dirá.
Hartos de ver, una y otra vez, la
misma película, nuestra Sección Sindical ha decidido poner negro sobre blanco
esta situación que no obedece, en muchos casos, a la legalidad vigente.
Pregunta: ¿pueden los auxiliares hacer un control de accesos?. Según la Ley de
Seguridad Privada, NO pueden hacer un control de accesos. Entonces, por
ejemplo, ¿por qué AENA ha contratado a una empresa de auxiliares para efectuar
controles de accesos en Barajas, controles que anteriormente lo realizaban los
vigilantes?
Como a esas, y a otras preguntas similares que afectan a la seguridad de
infraestructuras críticas, no tenemos respuestas por el momento, hemos decidido
buscarla en la fuente misma - en el
Ministerio de Fomento -, a través de una carta dirigida a la Sra. Ministra, Ana
Pastor. La misma Ministra que difundió en todos los medios de comunicación que
“low cost” no significa “low security” ni de broma.
Esperamos que Ana Pastor no dé tan sólo la “respuesta política”, si no que haga sonar la
campana y acabe con este “cachondeo” que
se traen muchas grandes empresas que
van muy sueltas por ahí, dale a tu
cuerpo alegría Macarena porque, obviamente, el tema de la transgresión de la
normativa vigente no les quita el sueño, en tanto en cuanto, la Administración mire hacia otro lado. Ahí es
nada.
Lo curioso, es que hemos llegado a esta situación en la que parece que la
invulnerabilidad de la patronal de la seguridad privada está garantizada, después del gran crecimiento
económico del sector y que ha coincidido con otras “prácticas empresariales”
nada ortodoxas como el fraude a la seguridad social
Por lo tanto, se puede concluir que la solución a la ineficiencia de los
mecanismos tradicionales de la Administración para detectar las
“irregularidades endémicas” del sector, parece ya limitarse a un cambio de estrategia por parte de los sindicatos haciendo ver a la
Administración dónde debe echar el ojo. Eso
sí, ¿quién dará el primer paso? Desde
luego, no hay que ser un genio para saber que, sin duda, algo muy gordo es lo
que se cuece bajo ciertos contratos de seguridad privada. ¿No lo creéis?