Más
agresiones verbales que físicas
El personal sanitario
constata un aumento de los insultos de pacientes irritados por el mayor tiempo
de espera
Fuente:
diariodemallorca.es - 14.11.2013
I.
Olaizola. Palma Las agresiones físicas a personal sanitario son casos
puntuales, pero no así los insultos, coacciones y amenazas que cada día
proliferan más en las consultas médicas provocadas, interpretan los expertos
consultados, por la ofuscación que produce en el paciente el mayor tiempo de
espera en la sanidad pública.
"No
tengo datos contrastados para afirmar o descartar que hayan aumentado las
agresiones físicas al personal sanitario ya que esta contabilidad la lleva el
IB-Salut, pero sí tenemos constancia de que han aumentado los malos modos y las
agresiones verbales, sobre todo en los servicios de urgencias, donde suele
haber más nervios y se dan situaciones de mayor tensión", corrobora Jorge
Tera, secretario general del sindicato de enfermería (SATSE).
"Sí,
ahora hay más agresiones verbales, las físicas son más anecdóticas. Pero las
primeras se están generalizando, quizá porque la gente está más molesta con las
listas de espera. Ahora tienen que esperar más tiempo que antes para ser
atendidos y esto les irrita", interpreta la actual situación Isidro
Torres, presidente del Sindicato Médico (Simebal).
En
referencia a la agresión de un médico y un vigilante de seguridad que la
madrugada del pasado viernes fueron atacados por una persona muy violenta en el
centro de salud de Llucmajor, el presidente sindical se consuela asegurando que
"la suerte es que no te toque un individuo como éste, pero estas actitudes
no se pueden prevenir. Bueno sí, echando a correr o defendiéndote si antes has
recibido clases de artes marciales", bromea el facultativo.
El
líder del Simebal lamentó también la
actuación del guardia jurado del centro de Llucmajor, que al parecer prefirió
salir del lugar de la agresión para no alterar más al atacante, dejándole solo
en la consulta con el médico Fernando Unzeta, que finalmente también recibió un
puñetazo. "Al parecer los vigilantes de seguridad no pueden ponerle las
esposas a un agresor. ¿Cómo van a evitar así un ataque violento? Deberían
darles más autoridad para evitar estos hechos tan lamentables", reclama
Torres.
Desde
el SATSE, Tera propone una mayor coordinación de los centros sanitarios con las
Fuerzas de Seguridad del Estado, para que éstas acudan con mayor celeridad ante
cualquier agresión. "También habría que adoptar otras medidas de
prevención como la de formar a los profesionales para que sepan cómo actuar
ante un paciente que muestre una actitud violenta o colgar más carteles
disuasorios dirigidos a los usuarios en los centros públicos. Y en el plano
estricto de la seguridad se deberían incrementar las cámaras de seguridad, los
timbres antipánico en las consultas y aumentar
el número de los guardias de seguridad en los centros más conflictivos",
sugiere el líder los enfermeros de las islas.
Desde
el Colegio de Médicos (COMIB), su presidente Antoni Bennàssar señala que la
institución que dirige siempre se persona en los casos de agresiones a los
facultativos y va más allá al instar a los jueces que juzgan estos casos que
apliquen el agravante de atentado contra la autoridad, esto es, considerar al
médico o al profesional sanitario agredido como un agente de la autoridad para
agravar las penas a las que previsiblemente será condenado por su acción.
"Hay que tener tolerancia cero con estos ataques, por eso hay que castigarlos
lo más duramente posible", sostiene.
"Lo
que sí han aumentado son las agresiones verbales, las amenazas y las
coacciones. Y no hablo de un pequeño insulto producto de la ansiedad, sino de
exigencias o amenazas en caso de que el profesional no transija con sus
peticiones, que pueden ser desde una valoración para cobrar un seguro tras un
accidente de tráfico o la reclamación para que le recetes determinado
medicamento", continúa Bennàssar, que propone por ello llevar también un
registro de esas agresiones verbales que evitarían que un paciente reincidente
en ellas pasara al estadio superior de la agresión física.
"Un
paciente que ha coaccionado a sus médicos en tres o cuatro ocasiones tendría
que ser denunciado ante los tribunales por amenazas para prevenir males
mayores", sostiene el presidente.
Por
estas agresiones a los profesionales de la medicina, el Colegio de Médicos creó
a inicios de 2011 el observatorio de agresiones en donde el médico afectado
puede registrar un ataque sufrido. Ese año se hicieron 4 denuncias que
aumentaron a 6 en 2012 mientras que en lo que llevamos de ejercicio se han
producido 5. La secretaria general del COMIB, Manuela García Romero, lo
atribuye no a una menor conflictividad en las islas sino a que "en Balears
cuesta mucho que el médico denuncie".