Un escáner para aeropuertos más ágil, discreto y seguro
Fuente: elmundo.es - - TERESA GUERRERO Madrid - 16/03/2014
La investigación sobre la misteriosa desaparición de un avión de la compañía
Malaysia Airlines ha reabierto el debate sobre la eficacia de las medidas de
seguridad en los aeropuertos.
Los viajeros se han
acostumbrado a llegar con antelación para pasar los controles antes de acceder
a la zona de embarque, pues a menudo hay que esperar colas debido a la lentitud
del proceso y a la frecuencia con la que los arcos que detectan objetos
metálicos dan falsas alarmas que obligan a realizar cacheos. Por otro lado, los
escáneres corporales digitales implantados sobre todo en EEUU permiten detectar también objetos no
metálicos, pero han suscitado críticas porque los detalles de la anatomía del
pasajero quedan expuestos a las miradas del personal de seguridad.
Un escáner que está siendo
desarrollado por un consorcio liderado por la compañía española Alfa
Imaging y financiado por la Comisión Europea, intenta dejar
atrás los inconvenientes de los sistemas implantados en la actualidad.
Menos falsas
alarmas
Por un lado, este escáner
denominado TeraScreen pretende agilizar los controles al reducir las falsas
alarmas y requerir menor atención por parte de los vigilantes. Por otro, ofrece
una imagen genérica computerizada del individuo, que ni muestra
detalles anatómicos ni queda registrada para respetar su
privacidad.
«Nuestro sistema se basa en
la tecnología de las ondas milimétricas. A diferencia de otros escáneres, como
los que usan rayos X, no emite radiación nociva para la salud», sostiene
Fernando Allona, consejero delegado de la empresa Alfa Imaging.
No se trata de una
tecnología nueva pues desde los años 70 se usa para ver en condiciones de baja
visibilidad, por ejemplo, para que los helicópteros puedan aterrizar en el
desierto si hay tormentas de arena.
El sistema proceso los datos y ofrece una
silueta genérica en la que se indica si ha encontrado algún objeto escondido. ALFA IMAGING
Los ingenieros de esta
empresa fundada en 2006 ya han puesto en marcha a la entrada de la base de la
OTAN de Kandahar (Afganistán) un sistema pasivo de ondas milimétricas para
detectar explosivos. Ahora están dando el salto al campo civil.
Su nuevo escáner combina un
sistema pasivo y otro activo en varias frecuencias de ondas milimétricas y
terahercios, que escanean al individuo mientras éste recorre sin detenerse un
pasillo de entre tres y seis metros.
Las imágenes resultantes son procesadas
automáticamente en tiempo real, mostrando en una pantalla la silueta. Si el escáner
localiza algún objeto sospechoso adosado al cuerpo, indicará con un recuadro
dibujado en la imagen el lugar en el que se encuentra.
Un sistema pasivo de ondas
milimétricas detecta la radiación natural que los cuerpos emiten o
reflejan, y la transforma en una señal eléctrica. Por ello, si
el individuo lleva algún objeto adosado y escondido bajo la ropa, esa zona no
emitiría calor y sería detectada por la cámara.
En aeropuertos de países
como Reino Unido ya funcionan escáneres corporales de ondas milimétricas con un
planteamiento parecido. Pero además de localizar objetos escondidos, el sistema
TeraScreen avisará al vigilante del tipo de amenaza detectada con un código
de colores: por ejemplo, el recuadro será rojo si es un objeto
metálico, verde si se trata de un líquido o azul si es un producto en polvo.
Así, sostiene Allona, será capaz de detectar armas fabricadas con cualquier
material, explosivos plásticos y líquidos o drogas. Además, ya no será
necesario que el pasajero se detenga, pues el control se realiza mientras
camina, aumentando el flujo de personas.
Nuevos tipos
de ataques
Los controles para detectar
armas o explosivos se han ido extendiendo paulatinamente a otros lugares
vulnerables a ataques, como centrales energéticas, plataformas petroleras,
estaciones de tren, museos e incluso hoteles y hospitales en algunos países.
Sin embargo, su lentitud impide que su uso se generalice en recintos
multitudinarios, como estadios de fútbol, estaciones de autobús o salas de
conciertos en los que también pueden existir amenazas para la seguridad.
Según Allona, su escáner
propiciará la implantación de controles en este tipo de instalaciones. Calcula
que permitirá el paso de unas 400 personas por hora, más
del doble que con los sistemas disponibles en la actualidad. Aunque el precio
actual de estos sistemas de seguridad está en los 100.000 y 200.000 euros, su
objetivo es llegar a ofrecer sus escáneres por debajo de los 50.000 euros.
El proyecto TeraScreen, que
comenzó a desarrollarse a mediados de 2013 y concluirá en 2016 con una demostración de su viabilidad en el aeropuerto de Bristol (Reino
Unido), cuenta con un presupuesto de 4,8 millones de euros. La
mayoría procede de la Comisión Europea, que lo ha incluido en su Séptimo
Programa Marco de la UE de Seguridad.
En diciembre de 2001, el
fallido intento por parte del denominado terrorista del zapato de hacer
explosionar un avión en pleno vuelo de París a Miami puso de manifiesto la
insuficiencia de los arcos que detectan metales y de las normas de seguridad
que acababan de implantarse tras los atentados terroristas del 11-S.
En 2006 se logró abortar un
plan para explosionar varios aviones usando líquidos, lo que condujo a la
controvertida normativa que limita estos productos en el equipaje de mano y
obliga a llevarlos en una bolsita de plástico. Y en diciembre de 2009, otro intento de ataque con explosivos escondidos en un avión que cubría
la ruta Amsterdam- Detroit recordó que hacen falta sistemas más
versátiles que detecten todo tipo de sustancias potencialmente peligrosas.
Desde entonces los Estados
de la UE han probado diversos escáneres para adaptarse a los nuevos métodos de
los terroristas teniendo en cuenta varias condiciones: que no sean dañinos para
la salud, que se respete la privacidad de los pasajeros situando en otra sala a
los vigilantes cuando sea necesario, que no se registren las imágenes y que se
pueda optar por un control manual.
Preservar
la intimidad en una sociedad vigilada
Que la tecnología vaya a
permitir en los próximos años extender a multitud de lugares públicos el uso de
escáneres de control no significa que su implantación esté siempre justificada
ni que todos los ciudadanos estén dispuestos a aceptarlos. Aunque no supongan
un riesgo para la salud y se aleguen razones de seguridad, el empleo de estos
sistemas plantea importantes cuestiones éticas. Dentro del consorcio
TeraScreen, la Universidad Albert-Ludwigs de Friburgo se encarga de estudiar
estos aspectos y en qué situaciones los ciudadanos aprueban o consideran
necesarios estos controles.
Como señalaba el documento de la Unión Europea que
recogía las conclusiones de la Conferencia sobre Protección de la Aviación
Civil contra el Terrorismo celebrada en septiembre de 2011, una década después
del 11-S,«estadísticamente la amenaza a la seguridad de la aviación sigue
siendo relativamente baja», pero ésta sigue siendo un símbolo
de la libertad y el comercio internacional y un objetivo atractivo para los
terroristas.
Los ciudadanos suelen percibir los aeropuertos
como lugares vulnerables y son más proclives a aceptar los
controles. Según un Eurobarómetro de 2007, el 61% de los europeos los considera
adecuados, el 24% cree que son insuficientes y el 16% piensa que son excesivos.
La Agencia de la UE para los Derechos Fundamentales investiga el impacto de los
escáneres corporales usados en EEUU en la salud, la privacidad, la dignidad
personal o la protección de datos de los ciudadanos.