Las mutuas laborales alertan de que se acercan a “la
quiebra”
Las
organizaciones se plantean pedir una derrama a sus empresas asociadas
Fuente: elpais.com - MANUEL V. GÓMEZ Madrid 3
NOV 2014
Las mutuas de
accidentes laborales están al borde de la quiebra. Lo dice el presidente de su
patronal (Amat), Mariano de Diego, también presidente de la más grande de
ellas, Fremap, en una carta remitida el 9 de octubre a la ministra de Empleo,
Fátima Báñez, a la que ha tenido acceso este diario. “Una buena parte del
sector ya tiene sus patrimonios históricos próximos a la quiebra”, expone De
Diego. En la carta reclama que aproveche el proyecto de Ley de Mutuas que está
en tramitación en el parlamento, ahora en el Senado, para introducir medidas
que eviten esa situación, ya que en ese caso las empresas asociadas deberían
afrontar una “derrama”.
Días después,
el 15 de octubre, De Diego se dirigió al presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, al que en una misiva de una página le hacía la misma reclamación
alegando que, de lo contrario, “se estaría poniendo en riesgo la subsistencia
de las entidades”.
La delicada
situación del patrimonio histórico de las mutuas —20 asociaciones de
empresarios que con cotizaciones sociales, unos 10.000 millones al año,
atienden los accidentes laborales, las prestaciones de las bajas de estos
percances y de las bajas comunes en colaboración con la Seguridad Social— llega
por los gastos indebidos en los que incurren estas entidades. Estos gastos se
detectan en las auditorías que anualmente les hace la Intervención del
instituto público, que les reclama la devolución de este dinero, lo que el
sector llama “ajustes”.
Los gastos indebidos proceden, sobre todo, de los pagos a colaboradores
para realizar actividad comercial, algo prohibido por la ley. Es el caso de
Fremap, la mayor mutua del sector, a la que de los 43,2 millones de euros que
la Seguridad Social le reclamaba en junio, 24,2 corresponden al pago de colaboradores comerciales. Pero hay
otros conceptos por los que se les reclama la devolución del dinero gastado
indebidamente, como las dietas de directivos, que no pueden exceder los límites
marcados por la norma.
“Es de vital
importancia que los patrimonios históricos de las mutuas tengan la posibilidad
de contar con parte del resultado positivo que generamos”, explica en la carta
el presidente de las mutuas en las cartas de dos páginas dirigida a la ministra
de Empleo. En esta frase, lo que reclama De Diego es que estas entidades puedan
disponer de parte del dinero que sobra anualmente de las cotizaciones de la
gestión accidentes laborales para engrosar su patrimonio. En 2013, devolvieron
a la Seguridad Social casi 630 millones del excedente habido después de
reforzar sus reservas para atender picos de accidentes y bajas (entre las que
no se incluye el patrimonio histórico).
Tanto la ley actual como el proyecto en curso impide a las mutuas que
devuelvan los gastos indebidos con el sobrante de las cotizaciones. Pueden
hacerlo con su patrimonio histórico, el acumulado hasta que entre 1967 y 1975
se integraron en el sistema de la Seguridad Social, pese a que como dice la
norma, este también está “afecto a los fines” del instituto público.
Durante años, las
mutuas han ido devolviendo esos gastos de sus respectivos patrimonios
históricos, y estos ahora, como admite De Diego, están “próximo a la quiebra”.
“Con el riesgo inminente”, expone la carta, “de iniciar procedimientos de
derrama a los asociados [es decir, las empresas]”.
La patronal de
las mutuas considera que los ajustes son “injustos” y suelen recurrirlos ante
los tribunales cuando reciben la resolución de la Seguridad Social. Pero en
muchas ocasiones se encuentran con que los tribunales no les dan la razón. Por
ejemplo, en julio de este año la Audiencia Nacional falló que Fremap debía
devolver los 8,45 millones en gastos indebidos correspondientes a 2006 casi en
su totalidad. La sentencia está en consonancia con otras suyas y del Tribunal
Supremo sobre este tema.
Tampoco el Ministerio de Empleo, a la vista de la
redacción del proyecto de ley, comparte la opinión del sector, ni la mayoría de
grupos parlamentarios, que no prestaron atención a la reclamación de Amat.
La proximidad a
la quiebra del patrimonio histórico de varias es un secreto a voces en el
sector. Algo que su propia patronal ha puesto en blanco sobre negro en estas
cartas.
La mutua de accidentes laborales Fraternidad, la
tercera más grande del sector, ha vendido su sociedad de prevención por 30
millones de euros al grupo IDC Salud. Es la última de estas entidades que ha
dado el paso de desprenderse de las empresas de prevención de riesgos laborales
que las mutuas constituyeron.
A comienzos del verano fue Ibermutuamur, la más
pequeña de las mutuas grandes, la que se desprendió de su sociedad por 13
millones de euros. Con anterioridad, también lo han hecho otras entidades como la
Mutua Balear y la Mutua Gallega.
El Ministerio de Empleo está decidido a obligar a las
mutuas de accidentes laborales, entidades colaboradoras de la Seguridad Social
que gestionan cotizaciones, a que a vendan sus negocios privados de prevención
de riesgos laborales. Entiende el equipo de Fátima Báñez estas entidades,
asociaciones de empresarios sin posibilidad de desarrollar actividad comercial,
no pueden realizarla a través de este canal.
De ahí que el Gobierno haya
aprovechado el proyecto de ley de mutuas, ahora en trámite parlamentario, para
fijar el 31 de marzo como fecha límite, tres meses más tarde de lo previsto en
principio. Estos plazos explican que el sector se halle ahora inmerso en varios
procesos de venta.