MADRID
Investigan
la venta de una alarma sin homologar a un joyero
Un perito lo ha declarado en
el juzgado que lleva la querella de un joyero contra Securitas
Fuente:
elmundo.es - PABLO HERRAIZ - 30/07/2015
Un
joyero de Arganda del Rey está poniendo en aprietos a una de las mayores
compañías de seguridad de España. En el Juzgado de Instrucción número 5 de
Arganda se está instruyendo una causa por estafa contra Securitas Direct, cuya
historia se resume en que el orfebre contrató una alarma, que le vendieron como
homologada y con una serie de características que en realidad parece que no
tenía, y al final le robaron dos veces.
Si este
caso terminara en una condena podría suponer una debacle para la empresa,
porque durante el periodo que ocurrió esto vendió miles de alarmas iguales, y
todos los que hayan sufrido robos podrían denunciarla.
Al
orfebre Juan Garrido le ofrecieron la alarma Verisure en 2010, después de que
un comercial de Securitas le llamara y le contara las bondades del nuevo
producto que estaban promocionando. Le recomendaron entonces un kit con «módulo
de comunicaciones GPRS», y esto es clave, porque supuestamente con ese sistema
de comunicación la alarma está conectada permanentemente con la central, y si
se interrumpe el flujo entre ambos polos se actúa. Pero no era así: el sistema
no podía funcionar ni tenía utilidad alguna, ya que se chequeaba cada 23 horas
y por tanto el GPRS carecía de sentido. De hecho, posiblemente transmitía por
un sistema menos sofisticado y útil, como el SMS, común en muchas alarmas.
Se
suponía también que ante una avería o un sabotaje -que es lo que suelen hacer
los ladrones-, la central lo detecta y también avisa a la Policía o lo que
proceda. Pero esto tampoco funcionó, puesto que no acudió nadie cuando más
tarde le robaron.
Intento
de robo en marzo de 2013
La
instalación del sistema de seguridad incluía una videocámara y otros detalles.
En 2011 el joyero contrató el servicio y todo transcurrió más o menos con
normalidad, hasta que en marzo de 2013 ya le intentaron robar, aunque esa vez
no se consumó el robo.
Securitas
Direct le recomendó entonces reforzar el servicio (con un coste añadido), y él
lo hizo, pero en abril de 2013 le robaron. Securitas Direct intentó negociar
con él la sustitución del equipo, que había quedado destrozado, a cambio de que
él no denunciara, pero el vaso se colmó en mayo, un mes más tarde, cuando
volvieron a robarle. En ninguna de las ocasiones la central recibió señales de
la alarma, lo que significa que no estaba conectada permanentemente, como
aseguraba la empresa.
La nave
del orfebre, de 800 m2, guardaba gran cantidad de objetos de plata muy caros,
así que estos robos le supusieron la ruina, y de hecho ha tenido que cambiar de
actividad profesional y abandonar un negocio que comenzó su padre. Entonces,
presentó una querella por estafa, publicidad engañosa y desobediencia que
elaboró el abogado Luis Peláez Garmendia.
El
meollo de la cuestión es que esta es la primera vez que ante un caso semejante
la denuncia no va por vía civil, sino penal. Habitualmente, las víctimas de
robos cuyas alarmas han fallado o no cumplían las medidas preceptivas denuncian
por lo civil para recuperar su dinero. Sin embargo, en este caso se ha imputado
a la empresa por estafa, además de la publicidad engañosa y desobediencia
porque ha habido varios requerimientos de la Guardia Civil y del juzgado para
que Securitas envíe el histórico de las comunicaciones entre la alarma y la
central en las fechas de los robos y no lo ha hecho, según fuentes cercanas al
caso.
Sin
embargo, Securitas Directo niega que estos hechos sean así. "Siempre
colaboramos con la justicia, y también en este caso, somos los primeros
interesados en que el caso quede aclarado. Por otro lado, no puede ser de otra
manera, pues forma parte de nuestra actividad diaria colaborar estrechamente
con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, poderes públicos, juzgados,
etcétera", afirmó un portavoz de la empresa, que aseguró también que esa
documentación "sí fue remitida al juzgado, aunque se tardó en encontrar un
poco más de tiempo y se envió más tarde".
Pero el
principal problema para Securitas es que vendía la alarma como si estuviera
homologada, algo que ya era obligatorio en la fecha en que se la ofrecieron al
joyero, pero no lo estaba y de hecho ese modelo no lo empezó a estar hasta al
menos octubre de 2013, cuando ya se habían producido los robos a Garrido, a
quien además se le había certificado que las alarmas estaban homologadas y
funcionaban con GPRS.
Además,
un perito ya ha certificado en el juzgado que la alarma «no estaba homologada
cuando la instalaron», y que «sus sistemas eran fácilmente saboteables».
Securitas
Direct, por su parte, tampoco está de acuerdo en la falta de homologación:
"Nuestras alarmas y todos nuestros procedimientos cumplen estrictamente
con la legalidad vigente, y negamos y desmentimos rotundamente cualquier
incumplimiento legal por parte de Securitas Direct", dijo su portavoz.
Además,
desde el sindicato de seguridad Intersindical, que había pasado dos años
estudiando con varios ingenieros un posible fraude masivo en la venta de
alarmas, y cuya representante también fue a declarar al juzgado, apuntaron que
la alarma era de las calificadas como de «grado 2», y éstas son insuficientes
para una nave de 800 m2.
Una
alarma de ese tipo no se considera fiable porque no garantizan la cobertura en
toda la superficie, ya que son dispositivos pensados para viviendas de un
tamaño normal, como un piso. El caso sigue en fase de instrucción, a la espera
de terminar todas las declaraciones y pruebas para decidir si se juzga. Pero si
así fuera, podría haber un aluvión de querellas por lo mismo.
Por su
parte, Securitas afirma que ha pedido el archivo de la causa: "Hemos
solicitado que se archive el caso, y confiamos en que así sea. Hemos aportado
toda la información requerida y consideramos que el caso no tiene más
recorrido, por eso esperamos el sobreseimiento".