Los vigilantes de seguridad de Belas Artes llevan seis meses sin cobrar
Fuente:
elidealgallego.com - M.G.M. A CORUÑA | Actualizado 29 Septiembre 2012 - 02:00 h.
Llevan años
realizando su trabajo pero a ninguno se le pasó por la cabeza el hecho de tener
que velar por la seguridad de los Rubens y los Colmeiros colgados de las
paredes del museo de Belas Artes sin recibir ninguna compensación económica a
cambio. Los seis vigilantes encargados de la seguridad del museo llevan seis
meses sin cobrar y otros trece advirtiendo a la Xunta del problema con misivas
de las que no han recibido respuesta.
Sin embargo,
no son los únicos afectados. A los seis del centro museístico de Zalaeta se
suman otros doce repartidos entre las bibliotecas González Garcés y Ánxel
Casal, así como el Museo de las Peregrinaciones. Los 18 están contratados por
la empresa Esabe que, en la actualidad, tiene diligencias de embargo por la
Seguridad Social y la Agencia Tributaria.
Si bien desde
la Xunta aseguran que los pagos se están realizando con normalidad y que la Ley
Xeral Tributaria no les permite efectuar el ingreso directamente a los
vigilantes, los afectados tachan a la Consellería de Cultura de ser
responsables subsidiarios del conflicto por estar al corriente de la situación
y no hacer nada para resolverla.
Después de
presentar varias denuncias en la Inspección de Trabajo y el Juzgado y de ganar
distintas sentencias, lo siguiente pasará por querellarse contra el Gobierno
autonómico. A estas alturas del año, dicen los trabajadores, el concurso
convocado por la Xunta en enero para contratar los servicios de seguridad del
edificio tendría que estar resuelto. Sin embargo, la administración lo
declaraba desierto en mayo, cinco meses más tarde, alegando que la única
propuesta fue la de Esabe en solitario y que le requirieron cierta
documentación que la firma no llegó a presentar, según afirma el colectivo.
El proceso se
encuentra ahora paralizado a la espera de que se decidan por la mejor oferta.
Entre medias, el cuerpo de seguridad ha intentado reunirse con el secretario
xeral de Cultura, Jesus Oitavén, y el conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, en
tres ocasiones y han remitido toda la información acerca de los pasos que ha
dado Esabe en este tiempo. Documentación suficiente, dicen los agentes, como
para rescindir el contrato a la empresa.
En la
actualidad, la deuda está cifrada en cerca de 11.000 euros o, lo que es lo
mismo, medio año trabajado. Tiempo en el que muchos han tenido que renunciar a
alquileres para volver a casa de sus padres con un niño en el carrito y otros
han tenido que optar por llegar andando hasta Zalaeta. Eso en el mejor de los
casos, señalan, porque la mayoría no puede hacer frente ya a las facturas de la
luz y del agua, del piso y del coche. Están embargados pero explican que
abandonar supondría renunciar a sus derechos y fuera, el mercado laboral no
ofrece alternativas mejores.
Tanto la
Agasep (Asociación Galega de Traballadores da Seguridade Privada) como los
cuatro sindicatos están implicados en el problema. De no contar con un
compromiso de la Xunta, el próximo paso, dicen, será llamar a la puerta del
Ministerio de Cultura, propietario del museo, para “que nos escuchen” o dejar
el propio centro sin vigilancia.