"O
ponen la alarma o no duermen": el adiestramiento de Securitas Direct a sus
comerciales para generar pánico
- eldiario.es accede a vídeos de instrucción a los vendedores que piden meter miedo a los clientes: "Si un rumano entra en casa y pega a tu hijo, que acaba entubado en un hospital, tu vida se va a la mierda"
- Extrabajadores de la empresa que trabajaron en la venta puerta a puerta aseguran que "la estrategia y las órdenes que llegan desde arriba es infundir miedo" a los potenciales clientes
- La empresa explica en un comunicado que se trata de un hecho puntual "de hace casi cuatro años que concluyó con una importante sanción"
Fuente:
eldiario.es - José Precedo - 14/06/2017
"¡O
ponen la alarma o no duermen, o ponen la alarma o no duermen, o ponen la alarma
o no duermen!", grita J. P., mientras va golpeando con una porra cada mesa
de la oficina de Securitas Direct en Alcorcón.
El
grupo de comerciales a su cargo asiste atento a la sesión de motivación antes
de salir al mercado a vender alarmas puerta a puerta. Es una más de las charlas
que tienen lugar cada mañana sobre las nueve en las distintas sedes de la
compañía.
J. P.,
el gerente del equipo de ventas, sigue con su cantinela: "Esto va a ser
aquí un himno, o ponen la alarma o no duermen, o ponen la alarma o no
duermen". Casi nadie en la sala le sigue el estribillo. Uno de los
vendedores, que está decidido a abandonar la empresa cansado de la presión por
vender y el estrés al que está sometido el personal, graba a escondidas la
escena con su teléfono móvil.
"¿Nosotros
por qué vendemos alarmas? ¿Por pánico, no?". El responsable de equipo de
Securitas Direct continúa con su perorata y ahora recurre a un relato
dramático, un supuesto caso que puede ayudar a mejorar las ventas si se cuenta
a la familia adecuada: "Yo ahora mismo estoy aquí, me llaman al puto
teléfono y me dicen que mi mujer está en un puto hospital, entubada porque ha
entrado, no sé, un rumano, y le ha metido cuatro hostias… y toda mi puta mi
vida se va a la mierda, todo mi puto proyecto, todo mi puto trabajo… ¿es verdad
o es mentira? Es la puta verdad, toda mi puta vida, toda la motivación, todo a
la puta mierda. [...] Y eso se lo tenemos que demostrar a la gente, tenemos que
ir a su puta casa y decir: 'mire, usted está de puta madre hoy, pero si viene
alguien por la noche, se va a la habitación del niño y le da una hostia, eh,
toda su puta vida, ahí estará el padre en la cama de un hospital entubado,
viendo a ver si el hijo respira'".
La
charla es una mezcla de consignas de profesor de coaching y el tono autoritario
de un cabo chusquero en la mili de los 80. El líder comercial se permite
incluso una serie de improperios machistas antes de dejar claro cuáles son los
mandamientos allí. Básicamente: vender,
vender y vender.
El
episodio recogido en el vídeo, al que ha tenido acceso eldiario.es, se produjo
hace tres años pero no había trascendido. Entonces, generó un gran revuelo en
los despachos de la compañía líder en el sector –con más de 900.000 clientes y
una facturación anual que ronda los 400 millones de euros solo en España, mil
millones, si contamos las exportaciones– que es propiedad del fondo de inversión
norteamericano Hellman & Friedman.
Las
polémicas imágenes nunca vieron la luz, pese a que fueron parte de una denuncia
en un juzgado de Pozuelo de Alarcón, donde tiene la sede la sociedad. La
dirección de Securitas Direct optó por tapar el caso y llegó a un acuerdo
extrajudicial con el denunciante, que alegaba daños morales por los métodos de
algunos cargos intermedios. El extrabajador tuvo que firmar una cláusula de
confidencialidad, según admite la propia empresa, y no ha querido atender a
eldiario.es.
El
gerente protagonista del vídeo fue sancionado con un mes de suspensión de
empleo y sueldo. Hoy sigue en el mismo puesto en otra delegación de Madrid.
Desde entonces a los empleados se les prohíbe introducir el móvil en esas
reuniones. Seis fuentes distintas que trabajan o han trabajado en la empresa
sostienen que la filosofía del miedo sigue vigente e impregna toda la empresa
desde los cuadros directivos hasta la base.
Securitas
muestra su "rechazo frontal" a esas prácticas
La
empresa ha respondido con un comunicado a las preguntas de eldiario.es.
"Rechaza frontalmente las prácticas que se muestran en ese vídeo, grabado
hace casi cuatro años" y descarta que las instrucciones de su gerente en
Alcorcón "respondan a ninguna directriz de la compañía".
Securitas
Direct sostiene que, en cuanto tuvo conocimiento de los hechos, abrió "una
investigación interna que concluyó con una importante sanción al empleado
[suspensión de un mes de empleo y sueldo] acorde con lo que establece el
Estatuto de los Trabajadores". La compañía alega que "dispone de
recursos y medios para hacer cumplir el código ético y perseguir las
actuaciones que contravienen estas normas". "Expresamos nuestro
rechazo absoluto a las prácticas comerciales ilegítimas y reiteramos nuestro
compromiso por erradicarlas", señala la nota de la empresa que manifiesta
su "preocupación por que la publicación de un evento aislado empañe el
excelente trabajo que desempeña el conjunto de sus 5.000 empleados".
El
recurso al pánico no solo ha formado parte de las sesiones de motivación de los
comerciales. Está también en las campañas de radio y televisión desde hace más
de un lustro. Autocontrol, la asociación para autorregular la publicidad, ya
reprendió a la compañía en 2012 por un microespacio que utilizaba como reclamo
al meteorólogo Mario Picazo.
En la
locución Picazo decía: “Esta es la casa de los López, cuando estaban de
vacaciones, les robaron todo. Y ésta la
de los García, ellos no tuvieron tanta suerte. Cuando robaron estaban dentro
[...] Solo con un llamada puedes evitarlo”.
Un
particular presentó una reclamación alegando que el anuncio vulneraba el código
de conducta publicitaria al hacer una "explotación indebida del
miedo". Autocontrol exigió la retirada del espacio y pidió a Securitas
Direct que abandonase la emisión de spots que vulneren el código deontológico
del sector.
Cinco
años después, las últimas campañas en televisiones y radios de Securitas
mantienen ese reclamo. Uno de los últimos spots que se puede ver en Internet
calca el argumentario del exgerente de Alcorcón. En blanco y negro la voz en
off avisa: "Sabemos qué se siente cuando un ruido te despierta en mitad de
la noche". Según la narración del locutor, el sistema de alertas de
Securitas funciona igual que nuestro cerebro y avisa "en segundos a la central
para que puedas dormir tranquilo".
Quienes
han convivido con ese ambiente sostienen que la cultura del miedo está tan
presente en el día a día de la empresa que circula incluso en las
comunicaciones informales entre jefes y empleados. Por distintos departamentos
de Securitas se movió un correo electrónico remitido por un mando intermedio a
sus comerciales en el que les animaba a seguir infundiendo pánico para aumentar
la facturación.
La
imagen recrea el cuerpo de una mujer supuestamente violada junto al texto
"Haz un marzo de miedo, si no haces que ocurran cosas, entonces las cosas
te ocurrirán a ti". El texto del correo con una tipografía gigantesca que
ocupa medio folio acaba: "Hoy tiene que ser un jueves de mucho
miedo".
Captura
del correo de Securitas Direct.
R.
tiene 37 años, se ha pasado los últimos tres vendiendo alarmas en la compañía
hasta que decidió salir el pasado invierno, y no se extraña de nada de lo que
se ve en el vídeo y las cadenas de correos. Hoy está en paro. Sostiene que las
tácticas del miedo caen desde arriba, desde los cuadros directivos hasta el
último comercial, pasando por el departamento que planifica los anuncios. Así
ha sido siempre, según dice, hasta el día en que salió por la puerta para no
volver hace un par de meses: "Es una técnica generalizada en Securitas,
hay que meter miedo, meter miedo, meter miedo. Te lo inculcan, si uno escucha
las cuñas de radio..., pues lo que nosotros teníamos que hacer con los clientes
en las batidas era mucho peor".
Batidas
es cómo llaman en el argot profesional a las salidas en grupo del equipo de
comerciales para peinar determinadas zonas. Quienes participan en ellas
sostienen que las más eficientes se dan en los barrios donde se han producido
robos recientemente. El objetivo es dejar instalada la alarma sea como sea y,
si es posible, cuentan testigos de primera mano, "cerrar un plan de
financiación del que a veces se avisa al cliente... y a veces no".
"Se
trata de captar cuotas mensuales, que van de los 32 euros por equipo a los 42
si se incluye la financiación, IVA aparte. El precio del aparato es negociable,
hemos llegado a cobrar desde 600 euros a 200 o incluso a regalarlos, porque el
verdadero negocio está en atar a los clientes con contratos de permanencia que
se extienden durante tres años", sostiene M.
Pasó
cerca de un año haciendo visitas y ahora ha cambiado de sector. Media docena de
testigos que han accedido a hablar con eldiario.es y que forman o han formado
parte de la plantilla de Securitas (ninguno de ellos mantiene pleitos laborales
ni se ha ido a la competencia) defienden que para cubrir los objetivos sirve
cualquier atajo. Que los gerentes aprietan a los vendedores, y los jefes
territoriales a los gerentes y así hasta llegar a la dirección. Dos testigos
que siguen en la empresa respaldan este relato con la condición de no ser
identificados. Se niegan siquiera a facilitar sus iniciales.
Vuelve
a hablar R., exinstalador de la empresa que abandonó el pasado invierno por
voluntad propia: "Los jefes tenían un programa informático que
geolocalizaba los lugares donde, según ellos, se han registrado robos
recientes. Los lugares donde han entrado los ladrones se señalan con una gorra
de policía sobre el mapa. Las ocupaciones de pisos también se destacan en el
gráfico. En esos edificios la estrategia debía ser todavía más agresiva".
"Securitas
tiene acuerdos con bancos y aseguradoras que ofrecen mejores precios que los
comerciales que trabajan a puerta fría, así que en la calle había que ir más
fuerte", recalca M, a su lado.
Que el
fin de aumentar la facturación ha justificado los medios de jefes de equipo y
mandos intermedios lo demuestra el vídeo del exgerente de Alcorcón en otro
tramo de la arenga a sus comerciales. En esa suerte de entrenamiento para
vender, exige a los recién llegados endurecer el discurso para entrar en las
casas ya que, según admite, los vecinos están cansados de sus visitas. Con su
porra en la mano, J. P. llama a utilizar
"la sugestión".
Y otra
vez vuelve el discurso del miedo.
"Como veis, cualquier cliente os va a
aguantar un momentito la conversación. Luego entramos en la sugestión y nos
metemos en lo que le preocupa. ¿Y qué les preocupa? El miedo, el puto miedo. Yo
no sé quién tiene aquí cojones, como dije el otro día, de decir las
barbaridades esas pero que están pasando, que esto es como los putos anuncios
de tráfico, que salen las familias todas llenas de sangre por el suelo, pero es
que es la puta verdad. 'Sí, sí, han entrado, y se levantó el niño y le dieron
una paliza al niño, bueno, bueno, bueno, un desastre, un puto desastre'. Y si
ese cliente nos da bola, seguimos, seguimos, seguimos dándole, seguimos
dándole. Le gusta, eh, y le gustaría tenerla. ¿Le gusta el equipo? Para
explicar el equipo no hay que meterse en la junta […], del detector y su puta
madre. Aquí la central da a un botón y usted tiene una persona 24 horas
pendiente de usted, 24 horas pendiente de usted… Aquí, le da, ambulancias,
bomberos, lo que haga falta. Aquí hay unos detectores que ven lo que está
pasando. Un teclado y unas llaves que puede controlar a todo el mundo. Y luego
con una cuota, mantenimiento, visitas del técnico, y la transmisión y la
policía y le mandamos un vigilante, que somos los únicos que lo hacemos. ¿Qué
más le explicamos a un tío? Nada más".