¿Alguien
controlaba la fiesta de Halloween?
Fuente: madridiario.es - 21-11-2012 -
Enrique Villalba
12
policías, 38 vigilantes, 63 'controladores'. A medida que se deshace la madeja
de la tragedia de Madrid Arena se evidencia que hubo importantes fallos en la
seguridad que rodeó a la fiesta.
Tal y como demuestran los documentos hechos públicos por
el Ayuntamiento de Madrid y las declaraciones de los imputados, el suceso
estuvo plagado de irregularidades antes y durante el festejo. El
primer episodio inexplicable fue un macrobotellón que nadie niega ya. Lo que
todo el mundo deja en manos del juez es saber dónde se realizó. El Consistorio aseguró
inicialmente que este se produjo dentro del recinto de Madrid Arena, luego que
priorizaron la atención a los heridos y más tarde que la topografía hacía
imposible a los agentes acabar con todos los botellones.
Los responsables municipales informaron que la labor de la Policía Municipal
se centró en establecer un dispositivo de 12 agentes durante la tarde y 18
durante la noche, que, situados a 50 metros de la entrad, tenían como misión
controlar, entre otras cosas, que no se consumiese alcohol en la vía pública, tal y como aseguró
el jefe de Policía Municipal, Emilio Monteagudo, en su informe
sobre el caso. La empresa Seguriber era, por su parte, la responsable de evitar
el paso de alcohol al complejo y como tal, informó a Madridiario que acabaron con los conatos de
botellón que intentaron realizar los jóvenes dentro del recinto. Según
afirmaron, el botellón estaba fuera de las vallas del complejo.
Varios documentos del propio Consistorio confirman, efectivamente que, fuera
del recinto, había botellones en los que participaban varios cientos de
personas .La jefa de la Unidad de Intervención del Distrito
(U.I.D) de Policía Municipal de Moncloa-Aravaca, admite que
a jóvenes que trataban de hacer botellón en la misma puerta del recinto se les
alejó a una distancia de 40 ó 50
metros . En ningún caso se habla ni de sanciones por esta
práctica ni de que esta acción les disuadiese de continuar bebiendo. Pueden
cotejarse con este relato otros documentos, como el que firma Ervigio Corral, subdirector general
del Samur, en el que narra las
asistencias que realizó su equipo por intoxicación etílica previas a la
avalancha, especialmente en las inmediaciones del Metro de Lago, es decir fuera
del recinto de Madrid Arena. Coincide también con estas apreciaciones Rafael Pastor, director de seguridad
de Madrid Espacios y Congresos, en su informe; así como José Rodríguez Caamaño, coordinador
jefe de seguridad de MEyC, que, por sus declaraciones, da a entender que había
botellón en el exterior del recinto a pesar de la presencia de agentes de
Policía Municipal Caamaño indica en su informe que a las 23.30 horas, en
dos de los accesos al recinto, los vigilantes de Seguriber contaron con el
apoyo de policías municipales (dos agentes en el punto 3 y cuatro patrullas en la F-3 ) que permitieron la
requisa de botellas que se querían meter en el recinto. Esta declaración
contratastaría con las afirmaciones del jefe de la Policía Municipal ,
Emilio Monteagudo, en la rueda de prensa del 2 de Noviembre, en la que dijo que
los agentes destacados en Madrid Arena se limitaron a actuar en el exterior
"a bastantes metros" de las entradas, por lo que no podían controlar
lo que entraban los asistentes al evento.
También el empresario Miguel Ángel Flores, propietario de Diviertt S.L.,
aseguró este martes ante el juez que el motivo de la avalancha había sido la muchedumbre que
hacía botellón en
el exterior —habló de 3.000-4.000 personas— que, en masa, entraron en el
recinto cuando se dio el aviso de que iba a empezar el concierto de Steve Aoki.
No indicó si quienes accedieron tenían el sello de haber pagado la
entrada o si procedían de los botellones que se realizaban en el exterior. Este
flujo de personas coincidió con el traslado de muchos de los asistentes a la
fiesta que, desde los niveles superiores, se dirigieron a la pista central de
Madrid Arena, a pesar de que cada zona del coliseo debería haber estado acotada
pues cada nivel tiene un aforo determinado. En la planta del escenario, por ejemplo, solo
cabían 3.680 personas, según el informe realizado por el
Ayuntamiento y entregado a Diviertt durante la preparación de la fiesta.
Además, Flores, que asegura haber vendido unas 9.600 entradas, admite que pudo
haber duplicidades por Internet y que pudieron venderse entradas duplicadas,
sin contar con las falsificaciones, la reventa de billetes ya canjeados y las
personas que se colaron. Y
esto ocurrió porque al que le correspondía ocuparse del control de accesos y de
evitar el tráfico de personas entre niveles del complejo, no lo hizo. Según la
notificación que hizo Flores a MEyC, la empresa que se iba a encargar del
control de accesos iba a ser Kontrol 34. Sin embargo, el abogado
de esta compañía, Óskar Zein, ha explicado este miércoles que Diviertt le
solicitó un listado de 75 personas para que se encargasen del control de
accesos y que, luego, Diviertt contrató a 63 de ellos pero para que realizan
labores de auxiliares. Zein ha asegurado también que Kontrol 34 no podía
encargarse de la seguridad porque ya había una empresa para ello: Seguriber.
Esta empresa, que mantiene un contrato de vigilancia de larga duración con
MEyC, fue subcontratada por Diviertt gracias a que contaba con una homologación
de MEyC que la hacía beneficiaria de contratación preferente en caso de que se
necesitasen servicios de seguridad en algún recinto de MEyC. Según el informe de seguridad elaborado por Seguriber para el
festejo, instalaron 38 vigilantes cuya misión era evitar la entrada de bebidas
alcohólicas y botellón, objetos punzantes y contundentes, inspeccionar bolsos y
mochilas, controlas los accesos de vehículos y emergencias, y controlar los altercados
y actos vandálicos. Todo ello en las puertas de entrada y en los aparcamientos
del recinto, razón por la que 32 de los vigilantes estaban en el exterior,
mientras los cinco restantes cubrían el interior y uno estaba al frente del
control de cámaras. Seguriber asegura que el real decreto 163/2008 del 29 de
diciembre de la Comunidad
de Madrid sitúa la responsabilidad del control de acceso y de aforo
y el control para que no entrasen menores en la empresa organizadora: Diviertt.
En estas circunstancias cabe preguntarse quién controlaba el exterior del
recinto, la entrada al mismo y los flujos de gente en el interior del coliseo.
Es más, el juez debe dilucidar si había siquiera alguien controlando realmente
el acto.
Nota del Blog:
Todos los documentos los podéis encontrar en este enlace.