La policía ha detenido a 18
personas y ha decomisado 68 kilos de droga
Fuente:
elpais.com - JESÚS DUVA Madrid 8 AGO 2013
La
droga decomisada por la policía en la operación . / POLICÍA
Dos
vigilantes de seguridad, un electricista y un maletero del aeropuerto de
Madrid-Barajas se dedicaban a sacar subrepticiamente cargamentos de cocaína,
eludiendo los controles fronterizos, formando parte de una organización. Esta
logró así introducir en España numerosos cargamentos de droga, gracias a un
constante goteo de envíos desde Sudamérica, según fuentes policiales. A lo
largo de las últimas semanas han sido detenidas 18 personas y decomisados 68
kilos de estupefaciente.
La
investigación se inició en octubre del pasado año cuando la Brigada Central de
Estupefacientes y la unidad antidrogas de Las Palmas tuvieron conocimiento de
que un grupo dirigido por dominicanos se dedicaba a introducir cocaína en
España. Además se tuvo constancia de que esta organización utilizaba
principalmente correos que salían con la droga en su equipaje desde aeropuertos
de Sudamérica hasta el de Madrid-Barajas.
Los
agentes averiguaron el modo de actuación de la red. En un primer momento esta
captaba a personas, a los que en su argot denominaban caminantes o
funcionarios, preferentemente varones españoles o ciudadanos nacionalizados o
con residencia legal en España. Estos individuos eran trasladados a diferentes
países sudamericanos como Colombia, Ecuador y Perú, donde los alojaban hasta
que estaban en disposición de enviarlos con la droga a nuestro país. En algunos
casos, estos caminantes estuvieron más de un mes esperando el regreso a España.
Los narcos disponían de infraestructura tanto en el origen como en el
aeropuerto de Barajas para sortear el control aduanero, por lo que la cocaína
era introducida en maletas y mochilas sin ningún tipo de camuflaje especial ya
que podía llegar a su destino sin ningún tipo de impedimento.
Los
'correos' de la red salían con la droga en su equipaje desde aeropuertos de
Sudamérica
Cuando
el caminante salía del aeropuerto de origen, la organización criminal enviaba
una foto de esta persona para que el encargado de recoger su maleta en Barajas
pudiera identificarlo por su indumentaria y hacerse cargo de su equipaje.
También hablaba telefónicamente con el empleado del aeropuerto para que el
caminante saliera del aeropuerto de Barajas con su equipaje de mano, mientras
su maleta era retirada por los empleados corruptos, sorteando los controles
policiales.
Cuando
el camello llegaba a Barajas, el maletero o el electricista recogían su
equipaje a pie de pista y lo sacaban directamente al exterior, burlando todos
los controles policiales gracias a que disponían de tarjetas magnéticas que les
franqueaban todas las puertas. En otras ocasiones, un vigilante de seguridad
llamaba al caminante por teléfono y le iba guiando hasta un lavabo u otro lugar
para que dejara allí su maleta con droga, de donde después sería retirada y
sacada a la calle por otro cómplice.
La
operación Altitude culminó el pasado 12 de julio con la interceptación de una
maleta con 23 kilos de cocaína que había sido transportada por un ecuatoriano
desde Guayaquil a Madrid. Durante los últimos tres meses fueron cayendo
diversos camellos y los cuatro empleados de Barajas: el vigilante de seguridad
Andrés M. G. (actualmente en excedencia), el vigilante en activo Francisco
Javier G. M., el electricista César C. J. y el maletero Janés Alberto L. F., de
origen dominicano.
Los
agentes realizaron cinco registros en Madrid, en la localidad madrileña de
Getafe, así como en Illescas y Yuncos, ambas en la provincia de Toledo. En
estos registros se intervinieron planos de diferentes zonas del aeropuerto de
Barajas, así como del circuito cerrado de cámaras de seguridad.
La
investigación ha sido desarrollada por la Sección 3ª y 4ª de la Brigada Central
de Estupefacientes, la UDYCO de la comisaría de Las Palmas de Gran Canaria y la
Comisaría del aeropuerto de Madrid-Barajas.