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El
fiscal denuncia a cuatro vigilantes de es Pinaret por golpear a menores
Acusa a los trabajadores, que
pertenecen a una empresa privada, de ser seguidores neonazis
Fuente:
diariodemallorca.es - 10.05.2014 j.f.mestre
La
fiscalía de Palma ha presentado una denuncia contra un grupo de cuatro
vigilantes de seguridad del centro de menores de es Pinaret, que se han
confesado seguidores de la ideología neonazi, por los presuntos delitos de
coacciones, lesiones y amenazas, tanto a internos como a compañeros de trabajo.
Esta denuncia, formulada la pasada semana, ha recaído en el juzgado de
instrucción número 4 de Palma, que todavía no ha adoptado ninguna decisión con
respecto a este caso.
El
escrito, firmado por la fiscal María Moretó, es el resultado de una
investigación interna que ha realizado la fiscalía, que ha consistido en
recabar datos tras tener noticias de la presencia de estos trabajadores, que se
autodenominaban “La Camada”.
Estos vigilantes trabajan para la empresa privada
que fue contratada por el Govern (responsable del centro de menores), para que
se encargaran de la vigilancia de los adolescentes conflictivos, que están
internos en estas instalaciones de reinserción.
La fiscal ha comprobado la
veracidad de los testimonios de otros trabajadores del centro que señalaban que
estos compañeros habían establecido una especie de régimen de terror, no solo
entre los empleados, sino sobre todo con los menores, a los que teóricamente
tenían que proteger. Además, denunciaban que no tenían ningún reparo en
fotografiarse con elementos de ideología fascista y que tenían costumbre de
saludar con el gesto nazi.
Estos
hechos fueron inicialmente denunciados por el sindicato Comisiones Obreras, a
través de la Federación de Servicios Públicos, que comunicó a la Delegación del
Gobierno la situación que se estaba produciendo en el centro de internamiento
con la intención de que se adoptaran medidas al respecto.
La
denuncia se basaba en el testimonio de una serie de trabajadores que lamentaban
la situación de violencia que se estaba viviendo en es Pinaret, sobre todo por
el régimen de agresividad que habían impuestos estos guardias de seguridad, que
coincidía con la ideología fascista de la que alardeaban, tanto en público como
en privado. Decía la denuncia que estos cuatro vigilantes no tenían ningún
problema en presumir de su simpatía por estos grupos políticos radicales y que
empleaban la violencia cada vez que se les cuestionaba su comportamiento
laboral.
La
denuncia del fiscal refleja el testimonio de varios internos del centro, así
como de trabajadores y personal educativo, que han afirmado que han sido
víctimas de vejaciones y coacciones por los vigilantes. La presencia de estos
individuos coincidió con un aumento del número de bajas laborales, motivadas
por problemas de depresión, que se producían como consecuencia de este clima de
agresividad que se había instaurado en el centro de Marratxí.
Además
de Delegación de Gobierno, el Govern, a través de la dirección general de
Familia y Menores, también tuvo conocimiento de estos hechos.
El
Ejecutivo presentó una denuncia ante la fiscalía, que ha decidido finalmente
trasladar el caso al juzgado. La dirección general denunció que un menor,
tutelado por la fundación s’ Estel, había recibió una patada de unos de estos
vigilantes de seguridad, mientras que otro detalló también que padeció una
agresión durante un incidente.
El
Govern, que no aparece inicialmente implicado en esta denuncia, solicitó la
suspensión inmediata de los cuatro trabajadores para que no volvieran más por
el centro. La empresa les sancionó varios meses de empleo por una falta muy
grave. Varios de ellos regresaron después a este mismo puesto de trabajo.