jueves, 21 de mayo de 2015

" Máxima tensión " en el centro de menores de Sograndio

Dos menores de Sograndio, ingresados en el HUCA tras provocar un incendio en una celda

El incidente se produjo cuando no había ningún vigilante en la planta, por lo que Avispa reitera sus denuncias «por el grave recorte de plantilla»

Fuente: elcomercio.es - CHELO TUYA | GIJÓN - 21 mayo 2015

A las 10 de la mañana, en el centro de internamiento juvenil de Sograndio, el único de Asturias destinado a menores con condena, saltaron todas las alarmas. Salía humo de una de las celdas de aislamiento de la primera planta, la destinada a menores con penas más altas. Ante la ausencia de vigilante, que se encontraba acompañando a otros internos a uno de los talleres, el educador abrió el visor de la puerta y vio que el colchón estaba ardiendo. Tras activar el protocolo de emergencias, el suceso se saldó con dos menores intoxicados por humo. El que quemó el colchón de la celda de aislamiento, denominada 'camarilla', y el ocupante de la habitación de al lado. Ambos fueron trasladados en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). A media tarde de ayer, ambos habían vuelto ya a Sograndio.

Así lo aseguraron a este periódico fuentes del área de seguridad, desde donde se aseguró que el problema «podría haber sido muy grave», y que la rápida intervención del educador evitó males mayores. Para la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa), lo ocurrido es fruto «del grave recorte de plantilla aplicado por la nueva empresa adjudicataria de la seguridad.

Tal y como adelantó EL COMERCIO, desde diciembre, hay un profesional menos por turno, con lo que no hay vigilante de refuerzo. Es decir, «ahora son seis personas por turno, para controlar a entre 35 y 40 menores, cuando antes eran siete. Si el vigilante de planta tiene que acompañar a los menores a un taller, nadie queda vigilando a los que permanecen en las 'camarillas'», explicó el coordinador de Avispa, Jorge Fernández Cuesta.

Esta situación ha provocado numerosos incidentes en los últimos meses. Tras la sonada fuga de dos internos el pasado 10 de abril, cuando utilizaron para huir una escala formada por sábanas y cordones de zapatos, el centro de internamiento asturiano se ha mantenido en primer plano de la noticia.

Porque menos de un mes después de aquella escapada, que se saldó con un vigilante despedido y un menor aún en paradero desconocido, otro joven decidió marcharse. Lo hizo en plena clase de mecánica. Abruptamente salió del aula, saltó a un tejadillo y escapó a la carrera.

Además de las fugas, desde Avispa dan cuenta de muchos otros incidentes, «como los problemas para cobrar las nóminas, los defectos de las mismas, con diferencias salariales de hasta 200 euros, y la presión para que los vigilantes controlen a los educadores, sin olvidar el uso de las cámaras de seguridad».

«La tensión es máxima»

Se refiere Fernández Cuesta a las cámaras que, desde enero, graban todo lo que ocurre en las celdas de aislamiento. Pese a que muchas voces se alzaron contra lo que parecía un atentado a la libertad de los menores, el Principado respondió que se trataba de una propuesta de la Defensora del Pueblo. Según explicó el coordinador de Avispa, esas cámaras son utilizadas, también, «para vigilar a los vigilantes. La tensión en el centro es máxima en estos momentos».


Como lo demuestra el hecho de que el joven que quemó ayer el colchón, «lo hizo porque acaba de ser castigado, de nuevo, a 'camarilla', cuando había salido de ella el día anterior», situación que la Defensora del Pueblo calificó de «abusiva», al entender que el aislamiento es una medida de castigo excesiva. En una de ellas está, desde el mediodía de ayer, el joven que se fugó en abril tras escalar la valla. Protagonizó un altercado que obligó, incluso, a ponerle grilletes. «La tensión es máxima», insiste Fernández Cuesta.

Tras 3 fugas, un VS despedido y varias denuncias, se revisará la seguridad del centro de menores