Cuando muchos hemos aprovechado estas vacaciones para intentar
relajarnos y descansar del machaque diario, hete aquí que, algunos “estrategas
empresariales” han decidido hacer lo propio tirándose a la piscina
de cabeza, desde el trampolín más alto, sin más protección que su fe en la
reducción de los costes laborales. Cierto es que zambullirse haciendo cabriolas
ya sea con voltereta, para atrás, haciendo un giro o con carrerilla, “mola” un
montón, - sobre todo si tienes público que te aplauda la gracia -…pero,… pero,..
Saltar al agua tiene sus riesgos… O ¿quién no recuerda el dolor de algún que
otro planchazo desafortunado?
En el caso que nos ocupa, llamado el histórico “planchazo” de EULEN, diríamos que
estamos ante uno de aquellos planchazos de película debido a la cantidad
de elementos morbosos que rodean la caída de la mencionada empresa – o de su
cabeza pensante- sobre la piscina del Centro Deportivo Rio Esgueva,
propiedad de la Junta de Castilla y León y que hasta ahora, ha sido resguardada
con éxito por vigilantes “habilitados” de EULEN pero, a los que se “sustituye”
por auxiliares –también de EULEN - por motivos de “recortar” costes… ¿Kramer vs
Kramer versión española?
Cuando al mismo tiempo puede posibilitar, con la reducción de puestos de vigilante, un ERE en la delegación de Eulen Seguridad, tirando por tierra el esfuerzo de las partes, en fechas recientes, por el mantenimiento del empleo.
Cuando al mismo tiempo puede posibilitar, con la reducción de puestos de vigilante, un ERE en la delegación de Eulen Seguridad, tirando por tierra el esfuerzo de las partes, en fechas recientes, por el mantenimiento del empleo.
Aún así,
pensareis – y con razón- que esta
no es una situación nueva, la de dar gato por liebre… Quizás imprudente pero,
en cierto modo “estandarizada” desde los años de vino y rosas de la
seguridad privada en la que se practicaba con soltura el “intrusismo” y cuya
corrección ha devenido tan complicada que hasta ha justificado la promulgación
de la nueva Ley de Seguridad donde se recoge, por primera vez con rango de ley,
las actuaciones de control e inspección sobre empresas y personal y severas
sanciones a aplicar a aquellas compañías que no cumplan la normativa –
que pueden llegar incluso al cierre de la misma-, etc. todo ello para acabar con el intrusismo en el sector. O sea que…. ¿Eulen
pretendía nadar contra corriente, como los salmones?
Cierto es que en el sector empresarios “piscineros” ha habido y
hay muchos y ni tan siquiera las grandes empresas de APROSER pueden ocultar en
su expediente algunos “planchazos” de-luxe. Pero, lo que chirría esta
vez, es que cuando todavía el Gobierno y sus palmeros cacarean a todo
pulmón las bondades de la nueva ley como
un instrumento para la lucha contra el intrusismo .que ahí es na´, venga “precisamente”
una de las empresas que ha estado desde el principio en la pomada – y se
ufanaba de ello-, a meter la patita con temas de intrusismo.
A lo mejor,
de lo único que se trataba era de dar cumplimiento a aquel viejo axioma que
reza que el problema con los listos es que se creen los más listos e intentan
saltarse a la torera el sistema. Pero veréis, cuando los compañeros de
CCOO Valladolid, han dado traslado de la consulta correspondiente a la policía
territorial, imaginaos cuál ha sido la contundente respuesta…ehh, tararí que
te vi, que los auxiliares no pueden ejercer, ni en turno de noche ni de día.
Seguidamente se ha puesto la pertinente denuncia por incumplimiento de la Ley de Seguridad Privada.
Cierto es que, ya es un poco tarde para dar consejos al “padre de la criatura”,
es decir a la cabeza pensante de EULEN – la que ahora deja caer que si no se
acepta tiburón como animal de compañía, es decir los auxiliares, dejaría el
centro sin vigilancia a sabiendas de los riesgos al estar en un descampado-.
Consejos como “mete un pié en el agua primero, mira a ver la
temperatura”, etc., etc., porque otro mal de los bañistas aficionados, como el
del caso que nos ocupa, es la hidrocución. ¿Qué de que c..ño hablamos? Pues del
corte de digestión producto del cambio brusco de temperatura que sufre el
cuerpo de una persona que esta acalorada y se lanza al agüita fría…
En resumidas
cuentas, aquí lo que se juntan es un “pecado corriente” (el intrusismo) con
otro más específico (la competencia desleal) esa por la que nos amenazan que
van a seguir rebajando nuestro salario).
Como veis, todo aquello que a veces nos cuentan los empresarios
sobre los valores de calidad, profesionalidad y confianza, o sea todo lo que se
vende como la esencia de la marca, hoy por hoy, visto lo visto, más bien se
está quedando relegado a la categoría de los sueños inalcanzables. Y da igual
ley o no ley que haya de por medio. Eso es todo amigos, a disfrutar de lo que
quede de vacaciones aunque no tengas ya ni pa´ pipas.