miércoles, 6 de agosto de 2014

Eulen: Un intruso en vacaciones

Cuando muchos hemos aprovechado estas vacaciones para intentar relajarnos y descansar del machaque diario, hete aquí que, algunos “estrategas empresariales” han decidido hacer lo propio tirándose  a la piscina  de cabeza, desde el trampolín más alto, sin más protección que su fe en la reducción de los costes laborales. Cierto es que zambullirse haciendo cabriolas ya sea con voltereta, para atrás, haciendo un giro o con carrerilla, “mola” un montón, - sobre todo si tienes público que te aplauda la gracia -…pero,…  pero,.. Saltar al agua tiene sus riesgos… O ¿quién no recuerda el dolor de algún que otro planchazo desafortunado?

En el caso que nos ocupa,  llamado el histórico “planchazo” de EULEN, diríamos que estamos ante uno de aquellos planchazos  de película debido a la cantidad de elementos morbosos que rodean la caída de la mencionada empresa – o de su cabeza pensante-  sobre la piscina del Centro Deportivo Rio Esgueva, propiedad de la Junta de Castilla y León y que hasta ahora, ha sido resguardada con éxito por vigilantes “habilitados” de EULEN pero, a los que se “sustituye” por auxiliares –también de EULEN - por motivos de “recortar” costes… ¿Kramer vs Kramer versión española? 

Cuando al mismo tiempo puede posibilitar, con la reducción de puestos de vigilante, un ERE en la delegación de Eulen Seguridad, tirando por tierra el esfuerzo de las partes, en fechas recientes, por el mantenimiento del empleo.


 Aún así, pensareis – y con razón- que esta no es una situación nueva, la de dar gato por liebre… Quizás imprudente pero, en cierto modo “estandarizada” desde   los años de vino y rosas de la seguridad privada en la que se practicaba con soltura el “intrusismo” y cuya corrección ha devenido tan complicada que hasta ha justificado la promulgación de la nueva Ley de Seguridad donde se recoge, por primera vez con rango de ley, las actuaciones de control e inspección sobre empresas y personal y severas  sanciones a aplicar a aquellas compañías que no cumplan la normativa – que pueden llegar incluso al cierre de la misma-, etc. todo ello para acabar con el intrusismo en el sector. O sea que…. ¿Eulen pretendía nadar contra corriente, como los salmones?

Cierto es que en el sector empresarios “piscineros” ha habido y hay muchos y ni tan siquiera las grandes empresas de APROSER pueden ocultar en su expediente algunos “planchazos” de-luxe. Pero, lo que chirría esta vez, es que cuando todavía el Gobierno y sus palmeros cacarean a todo pulmón las bondades de la nueva ley como un instrumento para  la lucha contra el intrusismo .que ahí es na´, venga “precisamente” una de las empresas que ha estado desde el principio en la pomada – y se ufanaba de ello-, a meter la patita con temas de intrusismo.

A lo mejor, de lo único que se trataba era de dar cumplimiento a aquel viejo axioma que reza que el problema con los listos es que se creen los más listos e intentan saltarse a la torera el sistema. Pero veréis, cuando  los compañeros de CCOO Valladolid, han dado traslado de la consulta correspondiente a la policía territorial, imaginaos cuál ha sido la contundente respuesta…ehh, tararí que te vi, que los auxiliares no pueden ejercer, ni en turno de noche ni de día. Seguidamente se ha puesto la pertinente denuncia por incumplimiento de la Ley de Seguridad Privada.

Cierto es que, ya es un poco tarde para dar consejos al “padre de la criatura”, es decir a la cabeza pensante de EULEN – la que ahora deja caer que si no se acepta tiburón como animal de compañía, es decir los auxiliares, dejaría el centro sin vigilancia a sabiendas de los riesgos al estar en un descampado-. Consejos como “mete un pié en el agua primero, mira a ver  la temperatura”, etc., etc., porque otro mal de los bañistas aficionados, como el del caso que nos ocupa, es la hidrocución. ¿Qué de que c..ño hablamos? Pues del corte de digestión producto del cambio brusco de temperatura que sufre el cuerpo de una persona que esta acalorada y se lanza al agüita fría…


En resumidas cuentas, aquí lo que se juntan es un “pecado corriente” (el intrusismo) con otro más específico (la competencia desleal) esa por la que nos amenazan que van a seguir rebajando nuestro salario).

Como veis, todo aquello que a veces nos cuentan los empresarios sobre los valores de calidad, profesionalidad y confianza, o sea todo lo que se vende como la esencia de la marca, hoy por hoy, visto lo visto, más bien se está quedando relegado a la categoría de los sueños inalcanzables. Y da igual ley o no ley que haya de por medio. Eso es todo amigos, a disfrutar de lo que quede de vacaciones aunque no tengas ya ni pa´ pipas.