lunes, 11 de mayo de 2015

Opinión: La repera patatera

Decía Galeano: “El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”. .

Cuando aún chirría el escándalo del reparto de la bolsa de horas extras sin que nadie en Vinsa haya sido capaz de explicar razonablemente  el por qué algunos miembros del comité de empresa por UGT tienen aseguradas hasta 1000 horas extras anuales,  vamos a plantear otro escabroso asunto que está en la mente de muchos y en boca de todos aquellos compañeros que han tenido la mala suerte de ser sancionados por la empresa:¿es ético que una representante de los trabajadores represente a la vez y en el mismo acto los intereses de la empresa y del trabajador?

Evidentemente,  cualquier afiliado de UGT parte de una premisa irrenunciable: encontrar en sus delegados a una persona que garantice la independencia necesaria para “pelear” por los intereses de los trabajadores. Es decir, que se va a dejar el tipo defendiendo sus intereses pero…

Es por ello, que la sorpresa es mayúscula-  la repera patatera- cuando comparece en los actos de conciliación, en el SMAC o en los juzgados, la delegada de UGT, Puri, con poderes de la empresa para representarla y defender sus intereses… en pocas palabras… es “juez y parte” en el mismo acto. La pregunta del millón es qué lado dará el tirón más fuerte, ¿el sindical o el empresarial?

Y sería  una situación casi cómica sino fuera  imprescindible la seriedad y el rigor, puesto que los trabajadores se están jugando los dineros. De hecho, como en esto la empresa va a cuchillo, no pocos son sancionados con hasta dos meses de empleo y sueldo, sino el despido.

Lo que sí sabemos es que la empresa, a día de hoy, ha quedado bastante satisfecha con estas gestiones de UGT, es decir, que alguna rentabilidad ha obtenido de estos valiosos quehaceres “sindicales” porque su confianza es inquebrantable…a partir de ahí, cada uno puede pensar lo que quiera, incluso considerar que estamos regresando  a los oscuros tiempos de los sindicatos verticales

Lo que ocurre es que, lamentablemente, el conflicto de intereses es en el sector, a día de hoy, una forma de labrarse un futuro, o, para ser más exactos, es una forma de navegar hacia un puerto más seguro para muchos “profesionales” que viven con un pie en lo empresarial y otro en lo sindical, o que saltan  de una esfera a la otra con gran desenvoltura.

Recordemos el caso más reciente, el del señor Centeno, Secretario de Seguridad Privada de UGT cuando se firmó el último convenio sectorial, quien acaba de firmar para ser parte de la dirección de la empresa Segur Ibérica  dejándonos una duda existencial: ¿todas sus cualidades fueron valoradas por Segur Ibérica antes, durante o después de firmar el último convenio que cortó de raíz nuestras posibilidades de recuperar el poder adquisitivo?


Desde luego, aquí la estética parece lo de menos. Sin embargo, todo esto parece una broma de mal gusto con los tiempos que corren y nos hace pensar, como curritos que somos, que mantiene plena vigencia  la moraleja de la fábula de la rana y el escorpión, atribuida a Esopo: cuando la rana le recrimina al escorpión que le haya picado tras ayudarle a atravesar el río y le pregunta ¿por qué lo hiciste? este le contesta "no he tenido elección, es mi naturaleza”. En fin....