Decía Galeano: “El mundo se divide, sobre todo, entre
indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar”. .
Cuando aún chirría el
escándalo del reparto de la bolsa de horas extras sin que nadie en Vinsa haya
sido capaz de explicar razonablemente el por qué algunos miembros del
comité de empresa por UGT tienen aseguradas hasta 1000 horas extras anuales,
vamos a plantear otro escabroso asunto que está en la mente de muchos y
en boca de todos aquellos compañeros que han tenido la mala suerte de ser
sancionados por la empresa:¿es ético que una representante de los trabajadores
represente a la vez y en el mismo acto los intereses de la empresa y del
trabajador?
Evidentemente,
cualquier afiliado de UGT parte de una premisa irrenunciable: encontrar
en sus delegados a una persona que garantice la independencia necesaria para
“pelear” por los intereses de los trabajadores. Es decir, que se va a dejar el
tipo defendiendo sus intereses pero…
Es por ello, que la
sorpresa es mayúscula- la repera patatera- cuando comparece en los actos
de conciliación, en el SMAC o en los juzgados, la delegada de UGT, Puri, con poderes
de la empresa para representarla y defender sus intereses… en pocas palabras…
es “juez y parte” en el mismo acto. La pregunta del millón es qué lado dará el
tirón más fuerte, ¿el sindical o el empresarial?
Y sería una situación casi cómica sino fuera imprescindible la seriedad y el rigor,
puesto que los trabajadores se están jugando los dineros. De hecho, como en
esto la empresa va a cuchillo, no pocos son sancionados con hasta dos meses de
empleo y sueldo, sino el despido.
Lo que sí sabemos es que la empresa, a día de
hoy, ha quedado bastante satisfecha con estas gestiones de UGT, es decir, que
alguna rentabilidad ha obtenido de estos valiosos quehaceres “sindicales”
porque su confianza es inquebrantable…a partir de ahí, cada uno puede pensar lo
que quiera, incluso considerar que estamos regresando a los oscuros
tiempos de los sindicatos verticales
Lo que ocurre es que, lamentablemente, el conflicto de intereses es
en el sector, a día de hoy, una forma de labrarse un futuro, o, para
ser más exactos, es una forma de navegar hacia un puerto más seguro para
muchos “profesionales” que viven con un pie en lo empresarial y otro en lo
sindical, o que saltan de una esfera a la otra con gran desenvoltura.
Recordemos el caso más
reciente, el del señor Centeno, Secretario de Seguridad Privada de UGT cuando se firmó el último convenio sectorial, quien
acaba de firmar para ser parte de la dirección de la empresa Segur
Ibérica dejándonos una duda existencial: ¿todas sus cualidades fueron
valoradas por Segur Ibérica antes, durante o después de firmar el último
convenio que cortó de raíz nuestras posibilidades de recuperar el poder
adquisitivo?
Desde luego, aquí la estética parece lo de menos. Sin embargo, todo esto parece
una broma de mal gusto con los tiempos que corren y nos hace pensar, como
curritos que somos, que mantiene plena vigencia la moraleja de la fábula
de la rana y el escorpión, atribuida a Esopo: cuando la rana le recrimina al
escorpión que le haya picado tras ayudarle a atravesar el río y le
pregunta ¿por qué lo hiciste? este
le contesta "no he tenido elección, es mi naturaleza”. En fin....