jueves, 28 de abril de 2016

Noticia: Intervenciones de la Seguridad Privada

Detenida robando ropa con las joyas que sustrajo del piso en el que trabajaba

Fuente: abc.es - 28-04-2016 /  EFE

Un mujer de 24 años fue detenida ayer en Bilbao cuando intentaba robar prendas de vestir en un comercio y en el registro posterior se le encontró una gran cantidad de joyas y 3.600 euros, que supuestamente robó en diciembre en una vivienda en el que trabajaba como empleada de hogar.

Según ha informado el departamento de Seguridad, los vigilantes de un comercio del centro de Bilbao retuvieron la tarde de ayer a dos chicas que se llevaban varias prendas de ropa tras haber roto los precintos electrónicos.


En el registro se encontró a una de las jóvenes una gran cantidad de joyas y 3.600 euros y sus explicaciones no convencieron a los ertzainas, que iniciaron una investigación de la que concluyeron que las había robado el pasado diciembre en una vivienda de Gorliz (Bizkaia) en la que trabajaba como empleada de hogar.

Caso Madrid Arena

La fiscalía rebaja la petición de pena para los médicos del Madrid Arena
El ministerio público mantiene la solicitud de cuatro años de cárcel para Miguel Ángel Flores, el promotor de la fiesta

Fuente: El pais .F. JAVIER BARROSO 28 abril 2016

El juicio que se sigue en la Audiencia Provincial contra los acusados por la muerte de cinco jóvenes en el pabellón municipal Madrid Arena el 1 de noviembre de 2012 está llegando a su fin, tras cuatro meses de vistas. Hoy las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales con algunas modificaciones. Entre ellas, destaca que la fiscalía de Madrid haya reducido la petición para los doctores encargados de la enfermeríaSimón Viñals (exconcejal del Ayuntamiento de Madrid y creador del Samur) y su hijo Carlos, al rebajar su solicitud de condena de dos años y medio a un año y seis meses por tres delitos de homicidio por imprudencia grave.

El ministerio público mantiene sin embargo la solicitud para el promotor de la fiesta,el dueño de la empresa Diviertt, Miguel Ángel Flores, para el que pide cuatro años de prisión por cinco homicidios por imprudencia.

La fiscal Ana Muñoz ha rebajado también la petición de pena al director general y número dos de Diviertt, Santiago Rojo; al jefe de personal y número tres de Diviertt, Miguel Ángel Morcillo; y al jefe de equipo de Seguriber durante la fiesta, Jose Antonio Díaz Romero. En lugar de los tres años de prisión que solicitaba para ellos, los ha rebajado a dos año y seis meses por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y dieciséis delitos de lesiones por imprudencia grave. En la fiesta resultaron heridas de diversa consideración 16 personas, que también han declarado en el juicio como testigos.

En caso de ser declarados culpables, no les evitaría su entrada en prisión. El Código Penal fija que para penas de dos años o menos no se ingrese en la cárcel.
Un técnico de Madridec
La representante del ministerio público, ha retirado la acusación contra el técnico de operaciones de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec) Jose Ruiz Ayuso, quien ha roto a llorar poco después, informa Efe.
En cuanto al resto de procesados, la fiscal ha mantenido la petición de tres años de prisión para el director de departamento de seguridad de Madridec, Rafael Pastor; el coordinador de proyectos del departamento de operaciones de Madridec, Francisco del Amo López; y los jefes de Seguriber Juan José París Nalda y Raúl Monterde Guillermo.
Tampoco ha modificado la pena para el jefe de equipo de Seguriber, José Antonio Díaz Romero; el vigilante de seguridad Roberto Mateos García; y los socios de Control 34 Carlos Manzanares Rodríguez y Emilio Beillard Cueto.

La Fiscalía no formuló acusación contra el que fuera máximo responsable de la Policía Municipal, Emilio Monteagudo, aunque las acusaciones particulares (ejercidas mayoritariamente por las familias de las fallecidas) han mantenido la pena contra él de tres años de prisión.

miércoles, 27 de abril de 2016

Noticia: Intervenciones de la Seguridad Privada

Sorprendidos a punto de robar en un centro comercial de Murcia

Los dos detenidos habían hecho un agujero en el techo de los aseos públicos para ocultar las herramientas que portaban

Fuente: laverdad.es  | MURCIA - 26 abril 2016

Agentes de la Policía Nacional detuvieron a dos personas como presuntos autores de un robo con fuerza en grado de tentativa.

Este viernes por la noche, en horas próximas al cierre de las tiendas, agentes policiales de la Comisaría de Distrito de San Andrés se trasladaron a uno de los centros comerciales de nuestra capital; su servicio de seguridad tenía retenidos a dos hombres al haberlos encontrado escondiendo unos efectos en los lavabos del establecimiento comercial.

Al parecer, por las prendas que vestían y portaban, ambos habían levantado las sospechas de los Vigilantes de Seguridad quienes observaron como ambos individuos controlaban visualmente varias zonas y se centraban en las dependencias de los servicios públicos del centro comercial. En un momento, otros dos individuos, entregaron a los ahora detenidos una bolsa con diversos efectos, marchando a los aseos referidos.


Uno de los vigilantes de seguridad, tras esperar un tiempo prudencial, accedió al aseo y sorprendió a uno de los varones introduciendo diversas herramientas en una zona situada bajo los lavabos y al otro encerrado en uno de los baños; tras conseguir acceder al mismo se pudo observar que habían practicado un agujero cuadrado en la escayola del techo.

Los agentes de la Policía Nacional actuantes, tras un registro de las pertenencias que los individuos portaban, pudieron constatar que ambos se habían pertrechado con una gran cantidad de herramientas y de víveres. Al parecer pretendían esconder numerosos útiles y víveres – dos destornilladores, una navaja, unos alicates, dos patas de cabra, tijeras, cutter, cinta aislante, guantes, bragas, gorras, dos teléfonos móviles, auriculares, una rejilla de ventilación, doce botellines de agua, cinco bocadillos y otros - en los aseos del centro comercial, bajo el lavabo y en el techo gracias al hueco que habían hecho y que taparían con la rejilla que portaban.

Los detenidos, dos varones de nacionalidad rumana de 18 años, tras permanecer ocultos a la espera del cierre del establecimiento, pretendían cometer diversos delitos contra la propiedad en los diversos locales y tiendas allí reunidas tras inutilizar los sistemas de alarma.

La operación fue llevada a cabo por agentes del Grupo de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Distrito de San Andrés perteneciente a la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia.


lunes, 25 de abril de 2016

La Comisión Mixta de la Comunidad Valenciana de Seguridad Privada aborda el Intrusismo en el sector

La Comisión Mixta de la Comunidad Valenciana de Seguridad Privada aborda el Intrusismo en el sector

  • En la mañana del pasado día 21 se realizó una reunión de trabajo de la Comisión Mixta Autonómica de Seguridad Privada para tratar "El intrusismo, como materia de especial incidencia en el ámbito de la Seguridad Privada"
  • CCOO de Construcción y Servicios PV recalca que el Intrusismo Laboral perjudica tanto al Vigilante de Seguridad como al trabajador externo que desempeña funciones exclusivas del sector


Fuente: construccionyservicios.ccoo.es/ 22 de Abril de 2016

Durante la mañana del día 21, en la Subdelegación del Gobierno de Valencia, se reunieron todo un conglomerado de agentes implicados como son la Delegación de Gobierno, la Unidad Provincial de Seguridad Privada, Guardia Civil, Asociaciones de Empresas de Seguridad y de Detectives Privados, Asociaciones de Directores de Seguridad y Guardas Rurales y los sindicatos más representativos del sector como son CCOO Construcción y Servicios PV, UGT-PV y USO CV, como miembros de pleno derecho de las Comisiones Mixtas de Coordinación de la Seguridad Privada, regulada por La Orden INT/315/2011, creada con el objetivo de impulsar el aumento y la mejora en las relaciones en el sector y que conlleve a un incremento en la colaboración y a una coordinación más eficaz con los distintos agentes implicados en el sector de la Seguridad Privada.

El tema a tratar en la reunión de Trabajo era " El intrusismo, como materia de especial incidencia en el ámbito de la Seguridad Privada", donde, por parte de cada miembro de la comisión se expresaron y debatieron su idea sus aportaciones y reflexiones acerca de la problemática del Intrusismo en el sector.

CCOO Construcción y Servicios PV ha hizo hincapié en que los grandes perjudicados sobre el intrusismo laboral, debido a la utilización de personal no acreditado que se produce en este sector, son siempre los trabajadores.

El ponente de CCOO, Nelo Maldonado, explicó que "Ya que existe dos partes, por una los trabajadores acreditados como Vigilantes de Seguridad del sector que pierde un potencial puesto de trabajo y por otra, no menos importante, los trabajadores externos contratados por empresas de servicios o de otros sectores para desempeñar funciones para las que no están acreditados y además, no son informados de que según la Ley de Seguridad Privada, si desarrollan funciones exclusivas para el personal habilitado como Vigilante de Seguridad, pueden recibir una sanción económica.

Recordemos que la propia Ley 5/2014 de 4 de abril de Seguridad Privada, es la que establece que funciones son exclusivas del personal habilitado como Vigilante de Seguridad y en caso de Intrusismo laboral, también establece que podrán ser sancionada la empresa con un mínimo de 30.001€, el cliente o usuario con un mínimo de 20.001€  y el trabajador con un mínimo de 6.000€ de sanción.

Una sanción cuantiosa para el trabajador externo de seguridad, cuyo salario oscila entre 650 -700 € mensuales y realizando además en muchos casos jornadas que exceden de 9 a 10 horas diarias".


En la reunión se acordó por todo el grupo de trabajo realizar otra reunión para el próximo día 2 de mayo, de cara a que en la Comisión Mixta Autonómica de Seguridad Privada se acerquen posturas, compartan ideas y se trabaje por intentar minimizar en todo lo posible el Intrusismo en el Sector.

Noticia: Intervenciones de la Seguridad Privada

Detenidos en Sestao por robar material informático en una empresa

Los arrestados, dos jóvenes de 22 y 23 años, llevaban en el maletero de su coche varios sacos con el botín, una barra de uña, guantes y cuerdas

Fuente: elcorreo.com - 25 abril 2016

La Ertzaintza ha detenido durante la madrugada del domingo a dos varones de 22 y 23 años por el presunto robo de material informático de una empresa de Sestao.

Alrededor de las tres de la madrugada del domingo un vigilante de seguridad de un centro comercial ubicado en Sestao, alertó a la Ertzaintza de la presencia de dos hombres cargando material en actitud sospechosa en un vehículo estacionado en la zona de lavado de coches. Una patrulla de seguridad ciudadana se aproximó al lugar e interceptó la marcha del vehículo sospechoso cuando se disponía a abandonar el aparcamiento.

Los agentes identificaron a sus dos ocupantes y comprobaron que en el maletero del coche había varios sacos cargados con material informático. Junto a la mercancía hallaron una barra de uña, guantes y cuerdas. Los sospechosos no pudieron explicar de forma lógica la presencia de esos objetos. Poco después, los agentes averiguaron que procedía de un robo que se había registrado unas horas antes en una empresa del Polígono Industrial Elguero de Trapaga.


Por ello ambos jóvenes fueron detenidos como autores de un delito de robo con fuerza. Acto seguido trasladados a dependencias policiales para llevar a cabo los pertinentes trámites, antes de ser puestos a disposición judicial.

Noticias: Agresiones a Vigilantes de Seguridad

SUCESOS
Dos detenidos en Sant Pol de Mar por agredir a dos vigilantes de seguridad del tren

A los arrestados se les acusa de un delito de lesiones porque han herido uno de los guardas

Fuente: lavanguardia.com, Sant Pol de Mar 24/04/2016

Dos hombres, de 20 y 25 años y de nacionalidad española, han sido detenidos este domingo en Sant Pol de Mar (Maresme) por los Mossos por agredir a dos vigilantes de seguridad del tren en el que viajaban.

Según la policía catalana, los hechos han ocurrido sobre las seis de la madrugada cuando los dos jóvenes se han enfrentado a los guardas. A consecuencia de la pelea, a uno de los guardas le han tenido que hacer varios puntos de sutura. A raíz de estos hechos, los dos individuos fueron detenidos en la estación de Sant Pol de Mar. Se les acusa de un delito de lesiones.

SUCESOS
Un herido grave en una reyerta en Costa Adeje

Fuente: eldia.es/ - Adeje 25/abr/16

Miembros de la Policía Local de Adeje detuvieron en la tarde de ayer a dos hombres como presuntos autores de lesiones graves a un vigilante de seguridad en la zona turística de Costa Adeje. Un tercer implicado en los hechos supuestamente consiguió huir.

Los hechos ocurrieron alrededor de las cinco de la tarde en los alrededores de un quiosco de Playa Fañabé. Por motivos que se investigan, los individuos provocaron un altercado. Algunas fuentes señalan que estaban algo ebrios y que no querían pagar lo que habían consumido.

Cuando un vigilante de seguridad trató de intervenir, los tres varones le propinaron diferentes golpes y los que le causaron en un miembro inferior fueron graves.

Los dos arrestados fueron identificados como David H.D., alias El Ruina, y Óliver M.Ch., ambos viejos conocidos de las fuerzas de seguridad.


Los agentes municipales de Adeje arrestaron a dichos individuos y los trasladaron a los calabozos de las dependencias de Fañabé.

martes, 19 de abril de 2016

Las lesiones debidas a accidentes laborales se vincularían con factores de riesgo psicosocial

SALUD LABORAL
Las lesiones debidas a accidentes laborales se vincularían con factores de riesgo psicosocial
  • Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, estudian la relación existente entre los riesgos psicosociales y la incidencia de las lesiones por accidentes de trabajo.


  • El estudio se ha publicado en el último número del Journal of Occupational and Environmental Medicine.


Fuente: correofarmaceutico.com -   01/04/2016

La creciente precariedad e inseguridad laboral debida a los cambios organizativos de las empresas y al proceso de globalización están haciendo que la exposición a los riesgos psicosociales en el trabajo sea cada vez más frecuente e intensa.

Estos denominados "riesgos psicosociales" se definen como aquellas deficiencias en el diseño, la organización y la gestión del trabajo que pueden producir daños psicológicos, físicos o sociales. Se han vinculado con distintos problemas de salud: enfermedades cardiovasculares, estrés, depresión... Ahora, el Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona, ha publicado un estudio que analiza la relación existente entre los factores de riesgo psicosocial y la incidencia de las lesiones por accidentes laborales. Los resultados aparecen en el último número del Journal of Occupational & Environmental Medicine.

Aunque el número de lesiones por accidentes laborales en los últimos años ha descendido de forma general en toda Europa, éstas aún suponen un reto importante para la Salud Pública.

En 2013, se informaron en España de un total de 468.030 lesiones por accidentes laborales acompañadas de baja. A pesar de que la crisis económica en nuestro país ha desencadenado grandes cambios en el mercado laboral (el paro pasó del 9 por ciento en 2007 al 26 por ciento en 2013) que podrían haber contribuido a un descenso de los accidentes laborales, su incidencia sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea.

La importancia de factores alternativos (como son los riesgos psicosociales) en la incidencia de las lesiones por accidentes laborales ha podido verse acentuada por los cambios en la economía de los países desarrollados, sobre todo en lo referente al aumento del sector de los servicios y a la mejora de la seguridad en el trabajo.

En el estudio liderado por Fernando G. Benavides, director del CiSAL, los riesgos psicosociales de cada trabajador se evaluaron mediante la versión breve de la adaptación española del Cuestionario Psicosocial de Copenhague.

Tras completar la encuesta, se realizó un seguimiento de un año a cada uno de los trabajadores para determinar cuántos de ellos sufrían al menos una lesión por accidente laboral seguido de baja.

Los factores de riesgo estudiados fueron: apoyo social (trabajar aislado, no contar con el apoyo de compañeros o supervisores, mala definición de las funciones, falta de información...); doble presencia (dificultades para compaginar la ocupación doméstica con la laboral), reconocimiento o estima (bajo reconocimiento por parte de los supervisores, tratamiento injusto en el trabajo), requerimientos psicológicos (trabajar a un ritmo excesivo o irregular, necesidad de ocultar los sentimientos), inseguridad laboral (inestabilidad en las condiciones laborales: vacaciones, horas de trabajo, salario...), y posibilidades de desarrollo (poca autonomía en el trabajo, dificultades para poner en práctica conocimientos y habilidades propias...).

También se tuvieron en cuenta características propias de los trabajadores, tales como el sexo, la edad, el nivel educativo, la ocupación y el tipo de contrato, entre otros.

Diferencia según el género

Los resultados demuestran que las tasas más elevadas de lesiones por accidente laboral se dan en aquellos trabajadores expuestos a niveles poco favorables para la salud en cada uno de los factores de riesgo evaluados. Hay una diferencia de género entre los factores de riesgo psicosocial que aumentan la incidencia de lesiones por accidente laboral. En el caso de los hombres, es el bajo reconocimiento en el trabajo lo que propicia un aumento de esta incidencia.

Para las mujeres existen varios riesgos psicosociales vinculados a un aumento en la incidencia de las lesiones por accidente laboral: el apoyo social, las demandas psicológicas, las posibilidades de desarrollo en el trabajo y la doble presencia.


Así, según los autores del trabajo, queda evidenciado que un ambiente psicosocial poco favorable aumenta la incidencia de las lesiones por accidente laboral, y los programas de intervención psicosocial podrían aportar beneficios a la hora de reducir tanto la incidencia de estas lesiones como sus costes asociados.

lunes, 18 de abril de 2016

Los vigilantes de seguridad hablan y cuentan lo que nunca dicen: sus 5 problemas

UNO DE LOS EMPLEOS MENOS AGRADECIDOS
Los vigilantes de seguridad hablan y cuentan lo que nunca dicen: sus 5 problemas

Cada vez abundan más, pero la imagen que tenemos de ellos suelen ser bastante mala. Muy pocos se han atrevido a preguntarse por los problemas que sufren cada día

Fuente: elconfidencial.com - 18.04.2016 - HÉCTOR G. BARNÉS

Hasta el nombre con el que solemos conocerlos suena despectivo. “Segurata”, en lugar de guardia o vigilante de seguridad. Se trata, sin ninguna duda, de uno de los sectores profesionales que peor consideración tienen entre la sociedad, entre sus compañeros, entre sus contratantes y entre sus clientes. Para los policías, son unos esbirros de las empresas privadas que les han arrebatado parte de su poder; para la mayor parte de la gente, el brazo blando de la ley, falsas figuras de autoridad cuyo trabajo lo podría hacer cualquiera.

En definitiva, señala una nueva investigación publicada en el 'European Journal of Criminology', pocos sectores encajan mejor que el del agente de seguridad en la definición de “trabajo sucio”. Como explica “Doing 'dirty work': Stigma and esteem in the private security industry”, es uno de los trabajos más estigmatizados, en cuanto que la suciedad de su trabajo abarca tres dimensiones: es una suciedad física (a menudo deben interactuar con personas peligrosas en situaciones de peligro), sociales (porque “necesitan comportarse de una forma servil con sus empleados y clientes”) y moral (porque su sector los percibe como una vergüenza para la profesión).

Es innegable que es cada vez más común que en los Estados democráticos modernos, las agencias de seguridad privadas cumplan parte del rol que en el pasado era detentado por la policía. Sin embargo, y como recuerda la investigación, “la industria de la seguridad privada opera en un contexto en el que la gente aún espera que la seguridad sea proporcionada por el Estado”. En esa situación, los vigilantes privados son los encargados de llevar a cabo el trabajo sucio que el sector público no quiere o piensa que no le incumbe realizar.

Los investigadores descubrieron que las conclusiones de dos trabajos diferentes realizados en Suecia y en Inglaterra tenían muchos puntos en común. Fuesen los agentes de seguridad británicos que trabajaban en un centro comercial o en unos estudios de televisión o los suecos que guardaban el cuartel de policía y se preocupaban de que no se 'okupasen' edificios vacíos, sus preocupaciones eran universales. Y, en muchos casos, pasaban por el desprecio que supone provenir de ocupaciones “mal pagadas, de clase trabajadora”.

¿De qué sirve mi trabajo?

Uno de los participantes recuerda que su compañera Agnes no podía dejar de pensar en “la gran diferencia entre trabajar como policía o en seguridad”, especialmente en lo que concierne a la actitud de la gente.

“Me he vendido, simplemente hago el trabajo por el que el cliente ha pagado” era la frase que repetía una y otra vez. Muy a menudo, asegura el estudio, los vigilantes de seguridad tienen la sensación de que su rol no es proteger a la gente, sino las propiedades de sus clientes. Algo que se acentúa cuando la empresa les exige “mirar hacia otro lado” cuando, por ejemplo, ven a un camello enfrente del centro comercial que protegen, ya que deben limitarse a aquello por lo que le han contratado.

Por otra parte, muchos tienen la sensación de que ni ellos ni su empresa son capaces de proporcionar el servicio por el que les pagan: “Adapt Security engaña a los clientes cuando dice que 'responde a las alertas de robo'. No se trata de arrestarlos. Solo vas a asegurarte de que el daño no sea aún más grave”. En respuesta, muchos de ellos hacen más de lo que se les exige para cumplir tanto las expectativas del cliente como las suyas propias: “Una percepción adicional es que la industria de la seguridad es moralmente dudosa porque vende una ilusión de seguridad”.

Me miran de arriba abajo

Es algo que hemos visto en incontables situaciones. Una persona, no necesariamente anciana, se acerca a un agente de seguridad y le pregunta dónde están las latas de tomate, los rollos de papel higiénico o los congelados. Ocurre continuamente, y es algo que hace que se les lleven los demonios. No sólo eso, sino que también les confunden con trabajadores del parking o encargados de información.
“Una señora se ha acercado a Hussain preguntándole por ropa de mujer, moda europea en concreto, y le ha preguntado dónde está la tienda”, explica uno de los testimonios. “Otra le hace una pregunta: '¿eres de seguridad o de información?' Hussain, como la mayoría de sus colegas, sonríe y le responde de la manera estipulada: '¿cómo puedo ayudarle, señora?'”

Eso, en el mejor de los casos. En el peor, no dejan de recibir muestras de desprecio, ya que “el trabajo de seguridad es considerado por algunos como de baja cualificación y trivial, un empleo que no requiere ninguna formación y que por lo tanto es adecuado para los inútiles”. Cuando la seguridad privada externalizada debe rivalizar con la interna, como ocurría en el centro comercial Fantastical Shopping, estos últimos desprecian a los primeros como “leprosos”, el término que utilizaban para referirse a ellos.

A veces, simplemente, se les agrede. “Los agentes de seguridad del estudio sueco reportaron incidentes donde no solo habían sido amenazados, sino que les habían arrojado objetos, habían reventado los neumáticos de sus coches y habían roto las ventanillas”. Hay una historia particularmente sangrante, en la que los vigilantes desarmados de una fábrica cerrada fueron atacados por varios drogadictos; uno de ellos fue alcanzado en el pecho por un dardo. La policía, por su parte, solo entraba en grupos de tres y armados, una diferencia de criterio que le llevó a quejarse a sus superiores.

Ilegalidad e inmoralidad: el pan nuestro

Ser agente de seguridad implica, entre otras cosas, alternar con gente peligrosa o de entornos desfavorecidos: prostitutas callejeras y sus clientes, yonkis, borrachos… En concreto, señala el estudio, controlar la prostitución “invoca sentimientos de peligro, disgusto y fascinación”. Uno de los trabajadores, por ejemplo, explica cómo las prostitutas utilizaban el garaje donde trabajaba para acostarse con sus clientes. Su compañera Agnes le explicó “una vez que había pillado a una prostituta y a su cliente en mitad del acto, y más tarde cuando abandonaba el garaje, el hombre se cruzó en su camino forzándola a dar un volantazo y estrellándose. Estaba convencida de que este comportamiento tenía como objetivo asustarla y que no informase a la policía”.

Otro párrafo define bien la naturaleza del peligro al que algunos han de enfrentarse: “En la reunión Tony pasa por el conjunto más reciente de imágenes dando información sobre cada persona. La mayoría son de violadores. Tony empieza con los de 'riesgo bajo' y termina con los de 'riesgo alto'. Señalando a una imagen, explica: 'Esta es de aquí. Vive en el barrio y toma drogas. Se sabe que es agresiva con la policía y la seguridad: los escupe'. Cogiendo otra, dice: 'Esta tiene problemas mentales. Se mete las manos en las bragas, hurga ahí y te pone las manos en la cara. Nadie quiere tocarla”.

En muchas ocasiones, no obstante, los agentes de seguridad intentan ganarse la confianza de estos personajes. A veces, deshaciéndose de los elementos que harían desconfiar (“los guantes negros, la porra, las esposas”); otras, ofreciéndoles su protección.

Hay que servir a alguien

¿Para quién trabaja un agente de seguridad? En realidad, para muchas personas que para más inri, tienen diferentes intereses y exigencias: sus superiores, sus clientes y otras fuerzas de seguridad. Aunque lo que coincide en todos los casos es que deben centrarse en servir al cliente, especialmente a un nivel emocional: “Deben sonreír o ser educados y suaves durante las interacciones”. Como explica un agente de seguridad de la productora Entertainment Studios, “debes sonreír las 24 horas de los siete días de la semana y no siempre te apetece, especialmente cuando te quedan 12 horas por delante”.

Otro explica que, cuando sus superiores muestran ejemplos de excelencia en el mundo de la seguridad, esta se define de la siguiente manera: “Los agentes deben ayudar en todo momento, dando direcciones correctas e información exacta a los clientes que pregunten, y terminar cada encuentro de la manera prevista, sobre todo a través de las siguientes dos frases: '¿Hay algo más que pueda hacer por usted, señor o señora?' y 'Tenga un buen día'”. Cuando lo escucha, uno de los 'seguratas', Milo, responde “sí, cuando alguien te escupe, tienes que ofrecerle te y pasteles”.

Este es uno de los aspectos más deprimentes del trabajo, especialmente para aquellos que se esperaban algo más de acción. “A la mayor parte de los recién llegados se les asigna un trabajo de bajo estatus que no requiera mucho del agente, como sentarse en una silla”. En muchos casos, lo importante es que estén ahí para dar apariencia de “seguridad y orden”, sin dar demasiado la nota, puesto que ello “puede ser malo para los negocios”.

No uses tu criterio. Limítate a seguir las reglas

Algo a lo que hay que añadir los previsibles abusos laborales, como la compañía que multa a sus trabajadores si no se presentan al menos 10 minutos antes de que empiece su turno. Además de, como es previsible, que toda iniciativa personal sea amputada, lo que resulta en sentimientos de frustración y degradación: como explica Kigali, que dejó pasar al edificio a un tipo que no tenía pase y que le amenazó porque iba a llegar tarde a una reunión (y que en realidad era un inspector): “Me preguntaron '¿por qué le dejaste entrar?' Le respondí que 'porque llegaba tarde y utilicé mi criterio'. Me dijeron: 'No uses tu criterio. Limítate a seguir las reglas'”.
Los desprecios son habituales, como le ocurre a uno de los agentes de seguridad de la comisaría, que fue respondido con mala gana por dos abogados a los que les pidió la identificación. “Siempre son así”, explica en el estudio. “Ya sabes, son abogados, piensan '¿tú, jovencito, me vas a dar lecciones?'”

Somos buena gente

Un ambiente tan opresivo provoca, lógicamente, que los agentes de seguridad diseñen inconscientemente diversas estrategias para hacer el ingrato trabajo más llevadero. Muchos de ellos intentan explicarse por qué terminaron ahí, generalmente después de ser despedidos de otros trabajos mal pagados y de bajo nivel. Así que es habitual que hablen de sus sueños de futuro, tanto dentro como fuera de la industria; por lo general, no se sienten “definidos por su trabajo como agentes de seguridad”.

En otros casos, les gusta compararse con sus compañeros para recordar que no cualquiera sirve para el puesto. Milo, por ejemplo, dice “no sé por qué la gente piensa que los agentes de seguridad son tontos. Había un artículo en 'News of the World' que decía que somos estúpidos. ¿Por qué? Tenemos contables y estudiantes entre nosotros”. Otro de ellos, por ejemplo, recuerda que “hay muchos que han trabajado durante quince años y aún no valen”.


Muchos agentes de seguridad se identifican con figuras paternas. Uno de ellos, por ejemplo, explica que “somos como papá: cuidamos del edificio y de la gente en él. Nos aseguramos de que todo está bien”. Otro asegura que sabe cuándo los mendigos del edificio que protege están mal: “Nunca miro por encima del hombro a esa gente, los respeto a todos mientras ellos me respeten. Llevas uniforme y te sientes como su padre. Se comportan como críos”. Y, en algunos casos, les gusta comparar su trabajo con el de los policías, con el que comparten muchas de sus contrapartidas, pero muy pocas de las ventajas.  

Nota del Blog:
El artículo original se basa en dos estudios etnográficos, uno realizado en Suecia y otro en Reino Unido, en las Universidades de Gotemburgo ( Suecia ) y Oxford y Manchester ( Reino Unido ).

El atunero del pánico

CRÓNICA
El atunero del pánico
Encerrados en la habitación del pánico, los tripulantes del 'Txori Gorri' se creían víctimas de un asalto pirata a 90 millas de las Seychelles

No podían imaginar que Juanjo, 'el Legía', había cogido su fusil y matado de tres tiros a su jefe de seguridad en el barco

Fuente: elmundo.es - ANDROS LOZANO - 17/04/2016

La tarde discurría en calma a bordo del Txori Gorri (pájaro rojo) hasta que el eco de un fortísimo estruendo resonó en mitad del Índico, a 90 millas de Puerto Victoria, capital de las islas Seychelles. Los más veteranos de la tripulación del atunero vasco pensaron que se trataba de un nuevo ataque pirata, como aquel que ya vivieron hace siete años.

Pero no. El autor del disparo había sido Juan José Vera, el segurataal que algunos apodaban, siempre a sus espaldas y con recelo, el Legía. Lo que nadie imaginaba era que había matado a su jefe, el ex marine Juan Manuel Marchante.

Al instante vendrían dos tiros más, a bocajarro, para rematarlo. Comenzaban asídos horas de terror a bordo del pesquero. En esos 120 minutos, el asesino acabaría quitándose la vida también.

Todo comienza a eso de las dos de la tarde del pasado sábado (hora española; dos horas más en las Seychelles). "Corred, corred", gritan los tripulantes cuando escuchan tan próxima la primera detonación. Se sienten temerosos ante la llegada de los inexistentes piratas. A bordo del Txori Gorri van una treintena de pescadores y los tres miembros del equipo de seguridad contratados por el armador, Inpesca, con sede en Bermeo (Vizcaya).

Ante una situación tan confusa, algunos de los marineros se cobijan donde pueden. En cualquier recodo, en cualquier camarote. Todo escondite sirve. Pero la mayoría de la tripulación logra adentrarse en la habitación del pánico. Se trata de un pasadizo o ciudadela a prueba de balas ubicada en la zona baja del barco -de 98 metros de eslora- y que lo recorre de proa a popa. Allí tienen agua y víveres.

En aquella trinchera, cerrada a cal y canto y con gruesos portones de acero, los marineros tienen acceso a la sala de máquinas y comunicación con el puesto de mando y el exterior de la embarcación. Además, nadie de fuera puede acceder a ella si sus ocupantes no quieren ya que sólo se puede abrir desde dentro. La estancia sólo se usa en situaciones de emergencia, como cuando hay intentos de secuestros. No es el caso, aunque muchos lo creen. El miedo recorre cada poro de los pescadores escondidos y el barco queda a la deriva.
Afuera, el cuerpo sin vida de Juan Manuel se postra sobre un charco de sangre. Su asesino le ha disparado con un arma larga -su fusil de asalto- cuando éste, tras ascender por una escalerilla, lo tiene enfrente.

Uno. Dos. Tres tiros. La muerte del jefe del equipo de seguridad del Txori Gorri se produce al instante. De nada le sirvió alertar por mail hasta en "tres o cuatro" ocasiones de la peligrosidad de su compañero a la empresa Seguribérica, para la que ambos trabajaban, según le contó a su familia.

Mientras, el tercer vigilante de seguridad -cuya identidad se desconoce- se encuentra en estado de shock. Ha sido testigo de la muerte de su jefe y teme que aquello acabe en carnicería. Más si cabe cuando se percata de que antes de matar a Juan Manuel, Juanjo ha manipulado sus armas y las ha vaciado de munición.

Juanjo, con nervios, el rostro sudoroso y siempre armado, acude a la sala del barco donde se encuentra el teléfono satélite que utilizan la tripulación y el equipo de seguridad para contactar con sus allegados. Marca un número de teléfono (probablemente, un familiar) y advierte a su interlocutor de lo que acaba de hacer. "He matado a Juan Manuel", le dice. Todo apunta a que una discusión entre ambosen los días previos movió a Juanjo a matar a su superior.

Cuando cuelga, la persona que hay al otro lado del teléfono llama a la Policía, que activa un protocolo de seguridad pensando que se trata de un intento de secuestro con rehenes y muertos. Raudo, un mediador se dispone a contactar de nuevo con elTxori Gorri. Pero ya da igual. Juanjo se ha pegado un tiro en uno de los camarotes del barco al poco del colgar. El Legía se ha suicidado.

Poco a poco, los tripulantes que no han podido acceder a la habitación del pánico se dan cuenta de que Juanjo se ha quitado la vida. En el barco se corre la voz de que las dos horas de terror han terminado. Muerto Juanjo, los portones de la trincheravuelven a abrirse. El riesgo ha pasado. Al cabo de unas horas la tripulación y los dos cadáveres desembarcan en Puerto Victoria.

Juan Manuel, la víctima, era un experto en su trabajo. Gaditano de 41 años, había estado destacado durante ocho años como infante de Marina en el Tercio de la Armada en San Fernando, su pueblo natal. Allí aprendió técnicas de guerra, el uso de armas... Pero abandonó el Ejército en busca de un mejor salario. Lo hizo en 2004. No fue una decisión sencilla: era su verdadera vocación.

Luego trabajó en dispositivos de seguridad de grandes conciertos y en giras de cantantes. También como vigilante en supermercados o en campos de fútbol, como el del Betis, donde siempre que podía colaba a algún amigo. Incluso se empleó como camionero durante seis años.

"No le temía a nada", nos dirán en su familia. "Era un currante nato".

Juan Manuel trabajó en la cooperativa de transportes de El Cuervo, un pueblo de Sevilla. Para ir al trabajo, cada mañana recorría los 60 kilómetros que distan entre ambas localidades. Entre sus compañeros caló hondo: "Era un tío especial. De ese tipo de gente que uno conoce una vez en su vida", cuenta su tocayo Juanma Durán, también transportista y con el que mantuvo amistad hasta su muerte. Aunque se veían poco, el WhastApp los mantenía unidos. "Nunca se enfadó ni se encaró con nadie".

Ahora hacía ya casi tres años que Juan Manuel se había bajado del camión para subirse a bordo de un atunero como miembro del equipo de seguridad de los barcos que faenan en las peligrosas aguas del Índico y que bañan la costa este del continente africano. Una zona, la conocida como el Cuerno de África, de miles de kilómetros de litoral donde reinan los piratas -principalmente, frente a Somalia, un país sin Estado real-. España permitió la entrada de la seguridad privada y el uso de armas de guerra a bordo de los barcos españoles en el Índico tras el incidente delAlakrana. En octubre 2009, la tripulación de este pesquero estuvo secuestrada por bucaneros durante 47 días. El Gobierno de Zapatero pagó un rescate de 4,2 millones de euros.

La última navegación de Juan Manuel, a la que el sábado pasado puso fin a balazossu compañero, era la quinta.

En el Txori Gorri, dada su experiencia y preparación -había obtenido en Madrid la placa de vigilante de seguridad y tenía licencia de armas-,
Juan Manuel era el jefe del equipo que había de velar por la seguridad de la tripulación. Bajo su mando tenía a otros dos hombres: uno de ellos acabaría resultando su asesino; el otro aún permanece impactado tras ser testigo directo de la inolvidable situación de pánico.

Desde que empezó a trabajar como vigilante de seguridad para Seguribérica en los pesqueros, intercalaba cuatro meses en alta mar con dos en tierra. Cuando volvía a casa, disfrutaba cada segundo que podía junto a su mujer, Beatriz, y sus dos hijos, de seis y nueve años.

"Os echo mucho en falta cuando estoy en la mar", les solía decir.
Mientras se encontraba faenando, sólo pisaba puerto dos días cada uno o dos meses. Por eso siempre repetía a sus amigos y a la familia: "Hay que estar muy bien del coco para aguantar este trabajo. Uno lo que ve es sólo mar a su alrededor". Así lo rememora a Crónica su hermano pequeño, José María, cuyo rostro es una copia joven de la de Juan Manuel. La poblada barba que ambos lucían en los últimos meses acentúa su parecido.

El chico cuenta que en esta última navegación su hermano había pasado seis meses enrolado en el Txori Gorri. Lo hizo por un notable motivo: quería asistir a la comunión del mayor de sus hijos, que se habría celebrado este fin de semana pero que, finalmente, quedó anulada. "Si se hubiera bajado hace dos meses, ahora estaría vivo".

Un "loco conflictivo"
Parte de la familia de Juan Manuel asimila su pérdida reunida en la casa de sus padres. Manuela, su hermana -eran cuatro hermanos en total, dos mujeres y dos hombres- es quien, junto a José María, atiende al periodista en el comedor del número 32 de la calle Santa Teresa de Jesús en San Fernando. Se trata de una vivienda de una sola altura, en cuya blanca fachada hay un azulejo de una virgen. Aquí sólo viven la madre del marine y el menor de los hermanos. El padre murió hace 11 años. Estas paredes vieron crecer al hombre muerto a balazos.

Con un laberinto de venas sonrosadas en los ojos, aunque conteniendo el llanto, Manuela se lamenta. "Mañana [por este pasado miércoles] debería haber vuelto", dice encerrando un pañuelo de papel en su puño derecho. "Pero un loco conflictivo se lo ha llevado".

Ese loco del que habla Manuela es Juan José Vera Carillo, un ex paracaidista de la Legión que pasó por el Ejército hace dos décadas. A primeros de diciembre de 2015 realizó el curso de protección marítima que Seguribérica imparte en Madrid con "prácticas antipiratería" y con "entrenamientos con fuego real", según refleja la web de la empresa. A los pocos días de conseguir el título se subió a bordo del atunero vasco en uno de sus atraques en puerto para el descanso de la tripulación.

Sin embargo, varios de sus compañeros en aquel curso aseguran que "se condensó en diez horas y en dos tardes lo que se debía hacer en 40 horas". También afirman que ninguno de los participantes se sometió a un test psicológico ni de drogas y que tampoco se entrenaron en el uso de las armas.

Un experto del sector de la seguridad en este tipo de pesqueros explica que la reducción de las exigencias en el sistema de selección de personal y las rebajas salariales han provocado una merma en la profesionalidad de los vigilantes.

Ante la nula o escasa presencia actual de piratas en la zona del Índico a la que suelen acudir los atuneros, los armadores exigen una bajada de precios a las empresas de seguridad que contratan. Éstas, a su vez, reducen gastos pagando salarios inferiores a los de hace cinco o seis años. Un mes después del suceso delAlakrana, los sueldos de los miembros de seguridad que subían a bordo de los atuneros rondaban los 4.500 euros de sueldo. Ahora se les está pagando poco más de 2.000.

"Este tío está tocado de la cabeza", le llegó a decir por teléfono Juan Manuel a su mujer. "El otro día se puso a disparar a otros pesqueros. Cuando se lo recriminé, me dijo: 'Me aburro. He venido aquí a matar piratas".

De la conducta indisciplinada y agresiva de Juanjo también dio parte a Seguribérica vía correo electrónico. Tras la muerte de Juan Manuel, la empresa sólo ha difundido un comunicado y se ha negado a responder a cualquier cuestión.

"Lo lógico habría sido desembarcar al agresor. ¿Por qué no se hizo? -se pregunta el experto en seguridad-. Puede que por ahorrarse los billetes de avión y el despido del empleado...".

Un gasto que podría haber ahorrado una vida. O dos.